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Economía

Las empresas y ciudadanos españoles en Reino Unido congelan sus inversiones en el país por el 'brexit'

Bandera de la UE frente al Parlamento británico.

Las empresas españolas basadas en Reino Unido tiene un "compromiso a largo plazo" con el país, pero se mantienen a la espera de saber cómo evolucionan los acontecimientos en torno al 'brexit' para incrementar sus inversiones, una actitud que comparten sus trabajadores, que también están posponiendo decisiones como comprarse una casa. 

Todo dependerá de cómo se materializa la salida de Reino Unido de la Unión Europea y cómo afecta a sus empresas y a su propia condición de extranjeros, explica Nacho Morais, tesorero de la Cámara de Comercio de España en Reino Unido, en una entrevista con Vozpópuli.

"Depende de la casuística de cada empresa, pero en general sus planes se han parado por la incertidumbre, ya que dificulta la planificación", advierte.

Su asociación representa a 275 empresas de todos los sectores y entre las labores que desempeña en Londres figura la organización de foros a los que invita a personas relevantes del panorama económico y político a los que pone en concreto con las compañías que representa, como Santander, Sabadell, Ferrovial, AENA, Cepsa o Iberdrola, entre otros grandes nombres.

Las compañías españolas en general han preparado planes de contingencia para reaccionar ante los diferentes escenarios"

En uno de estos encuentros el invitado fue Hilary Benn, político laborista número dos de la primera ministra, Theresa May, al que la Cámara trasladó las inquietudes de las compañías españolas. "Hay un ánimo de colaboración, la presencia de las empresas españolas en Reino Unido, que generan más de 126.000 empleos en el país - según una estimación conservadora -, se aprecia por parte del Gobierno británico", señala Morais. 

Diálogo con el Gobierno

La Cámara mantiene un diálogo con las instituciones para intentar que, en cualquiera de los posibles escenarios del 'brexit' la disrupción sea la menor posible y también esta coordinada con las cámaras de comercio de otros países como Alemania, Francia o Estados Unidos. 

Morais explica que sus preocupaciones se resumen en sus trabajadores, su flujo comercial y la regulación con la que deban alinearse. 

"A las empresas españolas les preocupa tanto la dimensión humana como su capacidad de poder contratar a trabajadores de otros países en el futuro. A las compañías que importan y exportan, les inquieta también la posible imposición de aranceles (sobre todo en sectores como el agroalimentario o automovilístico) y también les preocupa la alineación regulatoria (por ejemplo, a las del sector financiero, especialmente a aquellas que tienen actividad transfronteriza)", ilustra. 

Para las compañías que exportan o importan bienes al país una posibilidad es intentar comprar los productos en el mercado doméstico, apunta, por ejemplo un español que tenga una cafetería y empiece a comprar los productos aquí, aunque esa opción no sería válida para negocios de importación de frutas, por ejemplo.

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