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Economía

Mega 2, el caso más lucrativo de los policías de El Corte Inglés

Una mujer pasa al lado de uno de los centros del Corte Inglés de Madrid.

La peor parte de las guerras familiares es que sus contendientes no pueden estar tranquilos ni en sus dormitorios. Hubo un momento, allá por 2018, en el que las aguas bajaban revueltas en El Corte Inglés. Los descendientes de Isidoro Álvarez pugnaban por el control de la compañía y el entonces presidente, Dimas Gimeno, contrató a una agencia de detectives para que examinara su despacho, ante la sospecha de que podrían haber colocado micrófonos. Esa decisión chocó con los intereses del histórico jefe de seguridad de los grandes almacenes, Juan Carlos Fernández Cernuda, quien -cuentan fuentes de la Dirección de la empresa- detectó 'la zorra en el gallinero' y transmitió su malestar.

Las más altas torres se asientan sobre sólidos cimientos, del mismo modo que las familiares más poderosas suelen delegar la administración de su fortuna o de seguridad a profesionales que viven a su sombra y nunca reciben atención mediática, pero que explican la buena o la mala salud de esos imperios. Fernández Cernuda fue durante muchos años -oficialmente, hasta 2017- quien se encargó de que El Corte Inglés fuera un lugar seguro.

También para que su cúpula estuviera a salvo. Adelantaba esta semana El Confidencial que El Corte Inglés ha acordado la compra de la empresa de seguridad Mega-2 por 28 millones de euros. La operación sorprendía, dado que se presentaba como un intento de 'diversificar' el negocio para adentrarse en el campo de la seguridad y competir con otras grandes del sector.

Fuentes de la empresa inciden en que el objetivo de esta compra sería la de establecer una empresa de servicios que se integre dentro de la estructura de los grandes almacenes y pueda trabajar para otras compañías. De momento, es un proyecto a medio plazo, pero se encuentra entre las metas de sus directivos.

Compra en tiempos de recortes

La compra se ha producido en un momento complejo de la historia, en medio de una pandemia que obligó a cerrar una gran parte del negocio durante varias semanas y que ha obligado a El Corte Inglés a financiarse con los préstamos ICO del Estado por un importe de 960 millones de euros. También tuvo que plantear un Expediente de Regulación de Empleo sobre 26.000 empleados.

La operación también rompe la tendencia de ventas y absorciones que se habían marcado tanto la presidenta, Marta Álvarez, como el consejero delegado, Víctor del Pozo. La reciente venta de Informática El Corte Inglés al grupo francés Gfi llegó tras la creación de una inmobiliaria para revisar sus activos, mientras la sombra de venta de Viajes El Corte Inglés sigue sin disiparse en el mercado.

En este contexto, la reciente absorción de Bricor y Sfera, tal y como adelantó Vozpópuli, evidencia la hoja de ruta del gigante de la distribución. Pero desde El Corte Inglés insisten en que los 28 millones pagados por Mega 2, una empresa que fundamenta su negocio en dar servicio al propio Corte Inglés, se explican en su intención de ahorrar costes en el área de seguridad. 

La empresa adquirida

La citada empresa que ha comprado esta semana El Corte Inglés está comandada por la madre de Fernández Cernuda y por su histórico socio, el excomisario Joaquín de Domingo Martorell. Este último ha sido durante muchos años la otra cabeza visible en el ámbito de la seguridad en los grandes almacenes. Su perfil llama la atención, pues, como recordó eldiario.es en este reportaje, saltó a la fama tras la liberación del doctor Iglesias Puga de su secuestro, en 1982.

Eran entonces 'los años del plomo' y, de hecho, en 1987 tuvo lugar el cruento atentado de ETA en un Hipercor de Barcelona, que dejó 21 muertos y 45 heridos. Los grandes empresarios españoles temían al terrorismo y, en algunos casos, se rodearon de policías bregados en la lucha contra la banda armada para proteger su seguridad.

Isidoro Álvarez contrató, por recomendación de Domingo Martorell, al policía Fernández-Cernuda de guardaespaldas. Antes de convertirse en la sombra del histórico presidente del gigante de distribución, Cernuda se encargaba de perseguir delitos financieros en el Banco de España. Un cambio de empresa al que le costó poco adaptarse y que le llevó en poco tiempo a gestionar un negocio de cientos de millones de euros que daba servicio a la empresa de la familia Álvarez. 

Como recuerdan desde dentro de la empresa, poco a poco, y haciendo uso de su inteligencia, Cernuda hizo uso de sus contactos judiciales y de su capacidad para situarse generalmente en el lugar adecuado, en el momento justo, para aumentar el poder en la compañía, hasta el punto de gestionar cuantiosos contratos y de conocer la rutina y unas cuantas interioridades de la familia. Este periódico ha contactado con la empresa Mega-2 para tratar de contrastar esta información con el aludido, sin embargo, no ha recibido respuesta a su petición. Fuentes oficiales de El Corte Inglés apuntan a que el directivo sigue en activo en el grupo y que no tenía ni una sola acción de Mega 2 Seguridad, al contrario que su madre.

Pese a moverse siempre entre las bambalinas de El Corte Inglés, Fernández-Cernuda saltó a los medios hace dos años después de que Dimas Gimeno interpusiera una querella en los juzgados en la que denunciaba las presuntas irregularidades en la gestión del departamento de seguridad de la compañía. Entonces, el citado policía ejercía de responsable del Departamento de Protección de Datos, el puesto que mantiene, según un portavoz de los grandes almacenes.

Gimeno decidió esta medida en plena batalla familiar por el control del grupo; y tras recibir unos documentos de forma anónima en los que se señalaban algunos aspectos sobre la adjudicación de contratos millonarios por parte de Fernández-Cernuda a empresas que guardaban algún tipo de relación con él y con su familia. Finalmente, la querella no avanzó.

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