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Economía

Los expertos creen que la guerra de divisas que ha provocado Trump servirá para que la Fed baje más los tipos

Jerome Powell, presidente de la Fed

El anuncio de Donald Trump de que impondrá aranceles adicionales a la importación de productos chinos no ha tardado en tener respuesta de Pekín, que permitió el lunes que su moneda se devaluara por debajo del límite simbólico de 1 dólar/7 yuanes, desatando una guerra de divisas que ha hecho tambalear las bolsas de todo el planeta. 

Este movimiento por parte del presidente de Estados Unidos no ha sido al azar, a juicio de los expertos, que consideran que forma parte de su estrategia para empeorar las relaciones comerciales internacionales y avivar el miedo a una recesión, lo que no dejará otra opción a la Reserva Federal (Fed, su banco central) que bajar los tipos de interés de nuevo en septiembre y con más intensidad, algo que el inquilino de la Casa Blanca le ha reclamado a esta institución en muchas ocasiones. 

"La Fed ha hecho todos los movimientos equivocados. Una pequeña bajada de tipos no es suficiente, pero ganaremos de todas formas", tuiteó el mandatario la semana pasada después de que Jerome Powell anunciara la primera bajada de tipos de interés desde el año 2008, de 25 puntos básicos, hasta el rango de 2%-2,25%.

Este mensaje parecía presagiar la decisión que comunicó tres días después, también vía Twitter, de aplicar aranceles del 10% a productos importados de China por un valor total de 300.000 millones de dólares, que entrarán en vigor el próximo 1 de septiembre; a lo que el Banco Popular de China (su banco central) reaccionó devaluando el yuan, un movimiento que beneficia a sus exportadores ya que sus productos son más baratos y más competitivos. 

La Fed, contra las cuerdas

"A no ser que Trump retrase la subida de los aranceles sobre China, la Fed probablemente bajará los tipos en septiembre y dejará la puerta abierta para un nuevo recorte en diciembre", defiende Esty Dwek, responsable de estrategia de Dynamic Solutions (división de la gestora Natixis IM).

Este experto cree que, dentro de su estrategia, el propio Trump cuenta "con que la Fed mitigará los riesgos económicos con mayores recortes de tipos, añadiendo más margen de actuación para su disputa comercial".

Coincide con esta tesis Keith Wade, economista jefe y responsable de estrategia de la gestora británica Schroders, quien prevé que este entorno "podría llevar a la Reserva Federal a recortar los tipos de interés con mayor rapidez y en mayor medida", un movimiento que "complacería al presidente estadounidense".

La Fed tendrá que seguir de cerca la evolución del dólar, la curva de tipos de interés y los indicadores del comercio, y decidir en función de estas métricas cuánto baja los tipos y a qué ritmo. Nick Wall, gestor de Merian Global Investors, vaticina que ni siquiera una bajada de 60 puntos básicos sería suficiente.

Aunque el mercado descuenta que la Fed actuará el mes próximo para sostener la economía, los expertos advierten de que cualquier guerra de divisas es negativa a nivel global y perjudicial para el crecimiento.

"El aumento de las tensiones comerciales ejercerá una mayor presión a la baja sobre la actividad mundial, con la probabilidad de que los planes de inversión se retrasen o se cancelen, y de que el comercio sufra. China y la cadena de suministro asiática serán las más afectadas, pero el crecimiento de EEUU también se resentirá", añade Wade.

El economista Lawrence Summers, que fue secretario del Tesoro de los EEUU durante el Gobierno de Bill Clinton, ha advertido en Twitter que el mundo se encuentra ante el "momento financiero más peligroso desde la crisis de 2009" y con las probabilidades más altas de recesión desde 2011.

El Tesoro, también en la diana

Algunos economistas como Yves Bonzon, jefe de inversiones del banco Julius Baer, no ven tan claro que el objetivo de Trump sea presionar a la Fed con aranceles, sino que sostiene que "Trump estaba enfadado con Powell porque probablemente ya contemplaba anunciar nuevos aranceles y Mr. Powell no estaba colaborando", ya que su bajada de tipos era insuficiente.

Además de presionar a la Fed, intentar influir al Tesoro para que intervenga en el dólar estadounidense puede ser otro movimiento de Trump que los expertos no ven tan lejano.

"El presidente Trump ha lamentado abiertamente la fortaleza del dólar y la amenaza que supone para su agenda económica. No ha descartado la intervención de la moneda cuando se le ha preguntado directamente y le avala un historial de cumplimiento de sus advertencias. Las probabilidades de salirse con la suya son ciertamente más altas después de que el Tesoro haya calificado a China de manipulador de divisas, dado que es el mismo departamento el que fija la política en torno al dólar", recuerda George Efstathopoulos, cogestor del fondo FF Global Multi Asset Income Fund, de Fidelity.

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