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Economía

La economía pierde 200.000 empleos por el retraso en la formación de Gobierno tras las elecciones del 28-A

Oficina de Empleo, en Madrid.

La desaceleración económica también hizo acto de presencia en el empleo en septiembre, aunque menos de lo que se esperaba como consecuencia de alguna curiosa coincidencia estadística y de calendario. Este mes no suele ser malo porque, pese al despido del empleo remanente del verano, empieza a activarse la industria manufacturera de cara a la campaña navideña, la construcción y, por ejemplo, el campo y la vendimia. Sin embargo, el número de creación de puestos de trabajo se quedó en encefalograma plano. La Seguridad Social sólo consiguió 3.224 nuevos afiliados medios (0,02%) cuando hace un año se crearon en el mismo mes 22.899 puestos y 26.318 en 2017. Se trata de la creación de empleo más baja desde 2013. El empleo anual se situó en 460.739, 20.000 menos que hace un año, 66.000 menos que en 2017 y 165.00 menos que en 2017. Es el registro más bajo desde 2014. Lo que significa que, pese a los esfuerzo del Gobierno por sembrar optimismo de cara a las próximas elecciones, la parálisis del mercado de trabajo es más que evidente. Desde junio, mes en que se debería haber formado oficialmente el nuevo Gobierno tras las elecciones de abril, se han destruido casi 200.000 empleos mientras que el paro ha crecido en 64.000 personas. Y de nuevo la Seguridad Social pierde el registro histórico de afiliados obtenido en julio por encima de los 19,5 millones al situarse en 19,3 millones con 208.000 cotizantes menos. En términos desestacionalizados, se aprecia mejor el freno del empleo: en septiembre creció en 32.811 frente a, por ejemplo, 51.815 hace un año; y en el balance anual se crearon 460.981 puestos frente a los 573.047 en 2018. Todo esto, unido al mayor deterioro de los dos primeros meses del trimestre (julio y agosto) se notará en la EPA del tercer trimestre que se conocerá a fin de mes, a dos semanas escasas de las nuevas elecciones generales.

Estos datos tienen, además, mucha letra pequeña. Por ejemplo, el Régimen General de la Seguridad Social (sin los regímenes agregados de agricultura y hogar), que aglutina el 80% de los cotizantes y es por tanto el que aporta la mayor parte de los ingresos, ha perdido en este mes casi 24.000 afiliados medios cuando en el mismo mes de 2018 aumentaba en 3.203. Es decir, a pesar del alza de esos 3.224 cotizantes, el sistema ha perdido 24.000 nóminas, que son las que sustentan las cotizaciones por su calidad y cantidad contributiva. Si se añade la agricultura, que gracias al adelanto de la vendimia ha cosechado 26.000 nuevos cotizantes que irán al paro cuando acabe la campaña, y el hogar, con más de 2.300 puestos perdidos, sale que el Régimen General global tuvo tan sólo 139 nuevos afiliados, frente a los 20.135 en septiembre del año pasado y los 24.511 de 2017. Es el peor dato desde 2012.

Los autónomos levantan la cifra de paro

Las cifras totales del exiguo empleo en septiembre se han salvado gracias a los autónomos ya que crecieron en 4.707 (el mejor dato desde 2012), un 7% más que hace un año, por el alza en actividades profesionales, sanitarias y educación, en parte por el fin de las vacaciones veraniegas y sobre todo porque el autoempleo es el único trabajo que parece crearse en este nuevo proceso de desaceleración sin que el Gobierno y la oposición adopte medida alguna pese a su escasa contribución a las cajas de la Seguridad Social y de impuestos. Es decir, el Estado necesita que haya nóminas para sustentar los ingresos públicos y es ahora precisamente lo que más se destruye.

En todo caso, el calendario ha vuelto a salvar a la estadística oficial a poco más de un mes de las nuevas elecciones. La casualidad ha hecho coincidir que el último día del mes (30 de septiembre) haya caído en lunes, es decir, cuando más se contrata de forma semanal. De esta forma, en ese día se dieron de baja a 431.595 trabajadores, por el fin de mes, y de alta aparecieron 203.339, por el inicio de la semana. Lo que supuso una variación neta de afiliados medios de -228.256. Todo esto quiere decir que los datos habrían sido peores si ese día 30 no hubiera caído en lunes (el último día de octubre cae en jueves). Lo que es evidente es que la estadística laboral, en plena desaceleración, se ha convertido en un auténtico tobogán de precariedad: el primer día de trabajo en septiembre (lunes, 2) se dieron de baja a 533.808 trabajadores y a 477.896 de alta, con una variación neta de -55.940.

El consumo y las exportaciones, también tocados

Por sectores, la estadística evidencia también que ya se está creando mucho menos empleo  incluso en las actividades con más movimiento en la última época. Por ejemplo, en educación (profesores que vuelven al trabajo tras ser despedidos en verano) han aparecido 45.000 nuevos afiliados en este mes, pero la cifra superaba los 53.000 en el mismo mes de 2018. Algo similar ha ocurrido con la industria manufacturera, lo que confirma que el consumo y las exportaciones también están tocados, y la construcción. Mientras, aumentan respecto al año anterior los despidos en la hostelería (5.000 más en septiembre de 2019 que en el mismo mes de 2018), el comercio (3.000 salidas más) o las Administraciones Públicas (5.000 interinos más).

El paro (casi 3,1 millones) siguió también aumentado (14.000, la mitad son extranjeros), aunque de forma más moderada que hace un año (20.000) y se aleja de la barrera psicológica de los tres millones. Lleva más de tres años por debajo de los cuatro millones, pero no consigue reducir esa barrera y las expectativas no parecen mejores. En todo caso, en tasa anual el descenso es del 3,83% frente al 6,08% de hace un año, el 8,34% en 2017 y, por ejemplo, el 9,13% en 2016.

Contratos fijos... a tiempo parcial

En cuanto a las contrataciones, pese a su incremento, el dato positivo es que aumentaron las indefinidas en tasa anual tras siete meses de caídas ininterrumpidas. Pero, no hay que hacerse ilusiones, se debe al nuevo auge de la contratación a tiempo parcial. Es decir, muchas empresas optan primero por el contrato temporal y, cuando acaba el plazo legal acumulado para tener que hacer fijo al trabajador, acuden a la fórmula del indefinido pero por horas.  Así, en septiembre se registró otro nuevo récord: de los 238.723 contratos fijos formulados (el 40% proceden de conversiones de temporales), 108.338 fueron por sólo unas horas de trabajo. Es decir, casi el 46% del empleo denominado estable es a tiempo parcial. Esta cifra supera el porcentaje (37%) de los contratos temporales también por horas. Si sumamos todos estos empleos a tiempo parcial (indefinidos y eventuales) sale que en septiembre se hicieron 785.893 contrataciones, el 38% de los 2.094.635 contratos totales del mes.

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