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Economía

El Corte Inglés afronta la campaña más dura de su historia para evitar recortes en 2021

Varias personas hacen cola para entrar en El Corte Inglés.

La Navidad no se entiende sin El Corte Inglés. Y, este año, El Corte Inglés necesita a la Navidad más que nunca. La pandemia ha castigado sus principales fuentes de ingresos en pleno proceso de adaptación a la dictadura del comercio online (Amazon) y el ascenso de las cadenas especializadas (Ikea, Decathlon, Fnac o MediaMarkt). El pequeño oasis que le ofrecen las compras navideñas es fundamental para maquillar las primeras pérdidas millonarias de la historia de la compañía y suavizar los recortes que se avecinan, tanto en personal como en superficie de venta, para afrontar este golpe.

Las previsiones que comparten fuentes muy cercanas a la dirección de El Corte Inglés son un cierre de ejercicio con unos números rojos que rondarán los 1.000 millones de euros, frente al beneficio de 233 millones que registró en 2019. Las mismas fuentes consideran que estas cifras serán el mejor argumento para comenzar su plan de cierre de centros deficitarios, rebajar la superficie de venta de otras tiendas y reducir drásticamente la plantilla de cerca de 88.000 trabajadores que tiene el grupo. 

Desde la empresa consideran, ante las preguntas de Vozpópuli sobre estas estimaciones, que es "precipitado" hacer una previsión sobre sus cuentas tres meses antes de cerrar del ejercicio, que se producirá el próximo 28 de febrero. "Ahora estamos centrados en la campaña de Navidad, que siempre es un momento clave, y que tiene una vital importancia para nuestro resultado", afirman desde El Corte Inglés. "Nuestras previsiones para esta campaña son buenas", añaden. 

Pero la visión 'no oficial' que se maneja desde la compañía es otra. Las restricciones de movilidad, la cautela con el virus, la falta de turismo e, incluso, la obligación de cierre que han sufrido algunas tiendas de El Corte Inglés en las primeras semanas de la campaña castigarán su Navidad. El 'black friday', que sirve de termómetro para la tendencia de compras de diciembre/enero, ha dejado este año de ser 'la bomba' para ser, simplemente, 'bombita'. Y esto no son buenas noticias para la compañía que preside Marta Álvarez

Mala salud en tiempos de pandemia

La pandemia es un golpe externo para todas las empresas de distribución. Aunque, en el caso de El Corte Inglés, la salud de su negocio ya llevaba años dando signos de debilidad. La venta en 2019 de filiales como Óptica 2000 e Informática evidencian la idea simplificar el modelo de la compañía. Unas ventas que le generaron unos ingresos extraordinarios el pasado ejercicio de cerca de 400 millones de euros y que no tendrán en este cierre de 2020. 

Además, los movimientos de absorción dentro de El Corte Inglés de Sfera, Hipercor y Bricor añaden más argumentos a la sensación de que el grupo está 'plegando velas' con sus filiales. El último factor de esta tendencia fue la creación de una división inmobiliaria para poder gestionar la venta de su gran cartera de propiedades inmobiliarias. 

Pequeños parches para una empresa con grandes amenazas para su negocio, elevados costes fijos y una deuda que no baja de los 3.300 millones. Las decisiones más impopulares, cerrar centros que castigan las cuentas de la compañía y reducir su masa salarial, se han ido aparcando mientras se cerraban las heridas de la guerra familiar que se ha vivido en los últimos tres años entre sus accionistas.

Pero parece que en 2021 ha llegado el momento. La dirección que lidera Víctor del Pozo tiene identificados una decena de centros deficitarios y en zonas no estratégicas, como es el caso del sur de Madrid (El Bercial y Parquesur), Linares o Guadalajara, para su cierre. Desde la calle Hermosilla, el centro de operaciones de El Cortes Inglés, ya han contactado con los representantes de las diferentes zonas para conocer de primera mano la situación de estos centros para sus inminentes decisiones.  

'El mayor generador de empleo'

El cierre de centros lleva de la mano un ajuste de plantilla. El Corte Inglés se ha definido históricamente como 'el mayor generador de empleo de España' tanto por los cerca de 100.000 puestos de trabajo directos que generaba, como por los otros 100.000 empleos que demandaban las empresas asociadas y proveedores. Pero, como le sucede con su red de centros, su plantilla no se ha redimensionado conforme a las recomendaciones que le dieron expertos como el caso de AT Kearney, la consultora que contrató en 2019 para adelgazar sus gastos. 

Las impopulares decisiones de recortes de plantilla y reducir en un 10% el salario de sus trabajadores de forma lineal están encima de la mesa tras la pandemia. Varios representantes sindicales consultados por este medio aseguran que la empresa les transmite el duro castigo que han sufrido sus cuentas con la crisis y su intención de mantener los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) el mayor tiempo posible. No obstante, inmersos en la campaña de Navidad, los sindicatos no esperan a corto plazo ninguna negociación con El Corte Inglés.  

Pero nadie niega que se avecina un 2021 movido en la calle Hermosilla. Su futuro, a corto plazo, viene marcado por la fuerza de las ventas online y la importancia que ha tomado el negocio de los supermercados en el grupo. Su modelo de gran almacén se focalizará en los sectores más premium y el lujo, que se ejemplificará en sus centros más potentes como es Castellana en Madrid o La Diagonal en Barcelona. Su objetivo está ahora en una buena campaña de Navidad y amortiguar lo máximo posible el desplome de este 2020. 

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