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Economía

Las contradicciones en las que cae Benjumea para tratar de justificar una indemnización injustificable

Felipe Benjumea, expresidente de Abengoa

Felipe Benjumea, expresidente de Abengoa, aseguró el viernes en el juzgado mercantil de Sevilla a cargo del preconcurso del grupo energético, que el consejo de administración de la empresa tenía libertad para decidir, en septiembre del pasado año, sobre su salida de Abengoa, aunque señaló al presidente de Santander en España, Rodrigo Echenique, como la persona que "recomendó" su cese. 

La cuestión sobre cómo se produjo la salida de Benjumea de Abengoa es crucial para dirimir su posible responsabilidad penal por la millonaria indemnización que recibió al dejar el puesto. Al tratar de justificar una indemnización injustificable, 11,4 millones de euros poco antes de que el grupo se declara en preconcurso y de que comenzara el desguace de la que era una de las compañías de energía alternativa más prometedoras del mundo, Felipe Benjumea cae en inevitables contradicciones. 

La Audiencia Nacional investiga los 11,4 millones de euros que Benjumea recibió como indemnización por su salida de Abengoa. El despacho Ius+Aequitas y el abogado Felipe Izquierdo presentaron querella contra Benjumea, en representación de bonistas, y también contra el exconsejero delegado Manuel Sánchez Ortega, que percibió 4,48 millones, por presuntos delitos de administración desleal y uso de información privilegiada. En total, Benjumea recibió por el ejercicio pasado 15,6 millones, entre salarios e indemnización. 

Benjumea señaló al presidente de Santander en España, Rodrigo Echenique, como la persona que "recomendó" su cese

Tras apercibir el juez del mercantil número dos de Sevilla que si Felipe Benjumea no se dignaba a acudir al juzgado este entraría en causa penal, el expresidente de Abengoa acudió el viernes finalmente a la sala. Durante las dos ultimas semanas el juzgado sevillano ha celebrado vista por las impugnaciones al acuerdo de homologación presentado por la compañía el pasado mes de marzo, al que se han opuesto importantes inversores como fondos de inversión estadounidenses, la aseguradora suiza Zurich Insurance, o bonistas, que entre todos reclaman una deuda al grupo energético cercana a los 1.500 millones de euros. La representación legal de algunos de estos inversores había solicitado la declaración de Benjumea, pero en dos ocasiones el expresidente de la compañía sevillana privó al juzgado de su presencia.

En su declaración, finalmente, ante el juez el pasado viernes, de acuerdo a fuentes presentes en el juzgado, Benjumea volvió a señalar a Rodrigo Echenique, presidente de Santander en España, como la persona que "recomendó" su salida de Abengoa. "Le citó al menos en siete ocasiones", recuerdan las fuentes consultadas. Sin embargo, el hijo del fundador de la multinacional sevillana cayó en una contradicción, ya que en ocasiones mencionó que Santander había impuesto su salida, mientras que en otras habló simplemente de recomendación. Cuando en la sala, el viernes, se sacó a colación la indemnización cobrada por Benjumea, este aseguró que el consejo, a pesar de las presiones del primer banco español, era "libre" para tomar una decisión sobre su cese. Y aquí está el quid de la cuestión. Porque si Benjumea hubiera cesado voluntariamente de su cargo, no hubiera tenido derecho a percibir tamaña indemnización. Pero si hubiera sido el consejo el que, libremente, hubiese optado por cargarse a su presidente, entonces la indemnización sí que era pertinente, de acuerdo al contrato laboral de Benjumea, explican distintas fuentes jurídicas.

Benjumea tenía más del 50% de los derechos políticos sobre Abengoa

El consejo que decidió supuestamente libremente la salida de Benjumea se celebró el 23 de septiembre de 2015. Según declaró Rodrigo Echenique en la Audiencia Nacional el pasado mes de julio, él mismo recomendó personalmente a Benjumea que dejara el puesto de presidente para que se llevara a cabo la reestructuración del grupo. Fue una recomendación hecha antes de ese consejo del 23 de septiembre del pasado año. "Decían tener unas cuentas que luego resultaban ser otras", vino a declarar entonces Echenique ante la juez sobre la situación de Abengoa.

Cuando se celebró aquel consejo de administración fatídico, Benjumea tenía más del 50% de los derechos políticos sobre Abengoa, con lo que, nueva contradicción, ¿realmente era libre de decidir nada el consejo sobre un tema como el cese de quién tiene el control político sobre la compañía? 

Todo pinta a que Benjumea, acorralado, con la acción de Abengoa por los suelos, sin la confianza ya de bancos y fondos de inversión, con un pasivo de 20.000 millones, al borde de la mayor quiebra empresarial ocurrida en España, decidió, por el poco bien que ya podía hacer a la compañía que fundara su padre en los años cuarenta del pasado siglo, dejar la presidencia y facilitar la reestructuración -desguace- de la empresa. Pero una salida voluntaria, aunque forzada por las circunstancias, hubiese impedido la millonaria indemnización. Y que entonces se monta el consejo de administración del 23 de septiembre para que sean los consejeros, los mismos a los que Benjumea ha colocado con salarios de cienmileuristas, los que impongan su cese permitiéndole entonces amarrar la jugosa indemnización. Tendrá que ser en todo caso la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela la que juzgue el caso. De forma paralela, tendrá que ser el juez del mercantil de Sevilla el que decida si el acuerdo de homologación de la reestructuración financiera de Abengoa es acorde al derecho concursal, y rechaza las impugnaciones al mismo. En caso contrario, Abengoa protagonizaría la mayor liquidación de una empresa ocurrida en España.

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