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Economía

Cerrar Nissan Barcelona costará 1.500 millones de euros: mantenerla, menos de 400

El coste de cerrar las plantas de Nissan en Barcelona resulta muy superior a la inversión necesaria para mantenerla.

El cierre de la planta de Nissan en Barcelona sigue coleando, y aunque la decisión según confirman fuentes de la propia empresa en España está tomada sigue habiendo intentos sobre todo desde las administraciones para tratar de evitarlo. Y es que según informes internos de la multinacional, el coste de cerrar las plantas de Nissan en Barcelona alcanza los 1.450 millones de euros, sumando indemnizaciones a personal y proveedores, amortizaciones anticipadas, transferencia de maquinaria y devolución de subvenciones. En estos informes internos, la compañía reconocería que el coste de cerrar Barcelona tardará en recuperarse casi siete años y que invertir para mantener las plantas habría resultado más barato, con una inyección de recursos de 398 millones y ayudas públicas de 70 millones.

Sea o no por ello, la ministra de Industria, Reyes Maroto, se reunió ayer martes con la consellera de Empresa, Àngels Chacón, y con representantes del Ayuntamiento de Barcelona y los agentes sociales para abordar la crisis de Nissan y acordar próximos pasos para intentar evitar el cierre de la automovilística en Cataluña. El encuentro tuvo lugar en la tarde ayer de forma telemática y, además de Maroto y Chacón, participaron el presidente de la patronal Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, y representantes del consistorio barcelonés y de los sindicatos CCOO, UGT y USO-USOC.

El objetivo de la reunión era "reforzar la unidad de acción" de las diferentes administraciones y entidades empresariales y sindicales ante el anuncio de Nissan del cierre en diciembre de las tres plantas que tiene en Barcelona situadas en la Zona Franca, en Montcada i Reixac y en Sant Andreu de la Barca, según han indicado a Efe fuentes del Ministerio de Industria. Tres factorías que dan trabajo directo a unas 3.000 personas, aunque el cierre de la multinacional afectaría a otros 20.000 empleos indirectos en proveedores y subcontratas.

El encuentro servía para estudiar la situación y acordar una hoja de ruta que permita trabajar para mantener las capacidades productivas y el empleo en Nissan. Gobierno y Generalitat ya anunciaron hace unos días su intención de reunirse esta semana por Nissan y estudiar si hay alguna posibilidad de evitar el cierre de la compañía japonesa.

En un comunicado conjunto, administraciones públicas, patronal y sindicatos han reiterado la viabilidad de las plantas de Nissan a través del plan elaborado por el Ministerio de Industria y la Generalitat de Cataluña, con el apoyo del Ayuntamiento de Barcelona y el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona. También han insistido en que el objetivo es mantener la actividad de Nissan y del parque de proveedores y han renovado su "firme apuesta por la automoción catalana" y su compromiso con el conjunto de la industria, como sector clave de futuro

Cataluña insiste en evitar el cierre

Y es que la Generalitat de Cataluña ha insistido en rechazar el cierre definitivo de estas plantas y, de momento, no trabaja con ningún calendario sobre las negociaciones de las condiciones laborales de salida de los 3.000 trabajadores de la compañía. El secretario de Trabajo de la Generalitat, Josep Ginesta, aseguró ayer martes que "no hay ningún calendario por parte del departamento de Trabajo, más allá de velar por los derechos de los trabajadores y de las familias que dependen de la industria".

En la videoconferencia de prensa de valoración de los datos del paro, Ginesta ha señalado que esta semana tampoco está prevista ninguna reunión de mediación con relación a la huelga indefinida en Nissan, que se inició el pasado 4 de mayo. Preguntado por el calendario para avanzar en el desmantelamiento de las plantas de Nissan, el representante del Govern ha apuntado que "los tempos de la Generalitat y del departamento de Trabajo son negar la mayor".

El cierre de los tres centros de Nissan en Barcelona es, a su juicio, "un error extraordinario", ya que podría afectar a hasta 25.000 familias, impactando en todo el sector de la automoción de Cataluña. "Cataluña no puede quedarse despojada de una planta que le ha dado sentido durante tantos años", ha dicho, tras asegurar que el Govern "no renunciará" a intentar convencer a la multinacional nipona de que reconsidere su decisión.

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