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Economía

Se acerca el 'brexit' duro y España es uno de los países más expuestos

El Parlamento británico rechazó por tercera vez el acuerdo de May la semana pasada.

El pasado viernes, el Parlamento británico rechazó por tercera vez consecutiva el acuerdo de salida de la Unión Europea presentado por la primera ministra, Theresa May. Era 29 de marzo, la fecha establecida cuando comenzaron las negociaciones para formalizar el brexit. Ahora, las principales opciones pasan por el temido brexit duro o una prorróga larga, pero por el momento lo único constante es la incertidumbre. 

No obstante, Londres continúa dentro de la comunidad económica europea y todo el mundo se pregunta cuál será la siguiente etapa para Gran Bretaña y ante todo, cuáles van a ser sus efectos en los demás países del bloque europeo, como en el caso de España.

La semana pasada, apenas horas antes de la última votación, la agencia de calificación Standard and Poor’s publicó un informe en el que establece que España es el país “más expuesto” ante la salida de Reino Unido de la UE dentro de las grandes economías europeas: es decir, aquellas cuyo Producto Interior Bruto (PIB) excede el billón de euros.

En el documento, la agencia establece un “índice de sensibilidad” o exposición de las potencias europeas al divorcio entre Londres y Bruselas, siendo Irlanda -que no entra dentro de las “grandes” economías- la más afectada de todas, al contar con la única frontera terrestre entre Reino Unido y el resto del bloque.

Sector financiero

La exposición de España al brexit cuenta con varios frentes. De acuerdo con la calificadora de riesgos, parte de esta vulnerabilidad, más allá del posible impacto en las exportaciones e importaciones, se debe al hecho de que varios bancos españoles -como Santander, Sabadell, BBVA y CaixaBank- son propietarios de filiales en Reino Unido.

En el caso de Santander, cuenta con la filial Santander UK, un a de las más importantes del país, mientras que Sabadell cuenta con TSB. La entidad que preside Ana Botín logra el 16% de su beneficio y el 11% de su facturación en Reino Unido. Por su parte, la entidad que preside Josep Oliu ingresa al año en Reino Unido 975 millones al año, un 17,5% de su facturación total.

Por el contrario, BBVA y CaixaBank cuentan con actividad más reducida en Reino Unido y el grueso de su negocio en la isla británica se centra en el segmento corporativo.

Según cálculos de S&P, la exposición financiera a Reino Unido puede llegar a representar hasta un 30% del PIB de España, lo que le convierte en el segundo país más expuesto financieramente, después de Luxemburgo -cuyas instituciones cuentan con numerosas entidades británicas-.

Desde que el pasado 23 de junio de 2016 la población británica votó a favor de salir de la Unión Europea, los sistemas bancarios de países como Bélgica, Alemania o Suiza optaron de manera casi inmediata por reducir su exposición financiera a Londres. Por el contrario España, Países Bajos o Francia la han aumentado durante los últimos tres años, lo que nos coloca ahora en esta situación.

De esta forma, las filiales bancarias en Reino Unido, así como las inversiones en telecomunicaciones, seguros y concesiones de infraestructuras hacen que la inversión extranjera directa sea equivalente al 4,7% del PIB de España.

Exportaciones

Algo similar sucede con las exportaciones. Mientras que ciertos países de la zona euro, como Alemania, las han reducido a raíz del tumulto político que ha provocado el proceso de divorcio entre Bruselas y Londres, las exportaciones españolas a Reino Unido han aumentado.

En apenas tres años han pasado de suponer un 0,3% del PIB a un 3,1%. No obstante, continúa muy por debajo de economías que sí que sufrirán en gran medida el impacto de una supuesta imposición de aranceles comerciales con Londres, como es el caso de Irlanda, Países Bajos o Noruega.

A día de hoy, todavía no se tiene certeza alguna de qué va a ocurrir con las relaciones comerciales entre la zona euro y Reino Unido. En el caso de que el desenlace pase por un brexit duro, la imposición de aranceles resultaría inevitable. 

Lo único tangible por el momento es el ‘borrador’ de aranceles temporales que presentó Theresa May a mediados de marzo, en un intento de lograr -sin éxito- el apoyo del Parlamento británico. Dichas medidas sólo se iban a aplicar durante doce meses tras la salida de la UE -por aquel entonces, prevista para el pasado 29 de marzo-.

Según este paquete de medidas, un brexit duro implicaría una nueva política arancelaria eximiría de aranceles a un 87% del valor de las importaciones -frente al 80% actual- sobre todo de fuera del bloque comunitario.

Según el Ministerio británico de Comercio, las importaciones de vehículos desde la UE al Reino Unido contarían tarifas del 10,6%, la misma que se impondría a las multinacionales que operen en un país comunitario. Otro de los sectores más afectados sería el textil, que cuenta con gigantes como Inditex a la cabeza y que tendría que hacer frente a aranceles de un 12%

Entre el 13% de las importaciones que también estarían sujetas a aranceles figuran la carne de vacuno, de cordero, de ave y algunos productos lácteos, ya que su objetivo es proteger a los agricultores y productores del Reino Unido de importaciones baratas.

Turismo 

Los viajeros británicos suponen más del 20% de los ingresos turísticos que registra España al año, según datos de 2018. El Gobierno de Reino Unido ha advertido de que, en caso de que no haya un acuerdo de salida, los viajeros no podrían entrar a la UE si su pasaporte vence antes de seis meses tras la visita. 

No obstante, gran parte del gasto que se produce por parte de británicos en España procede de aquellos que residen en nuestro país, por lo que el impacto podría minimizarse. 

La prensa británica publicaba este fin de semana que su primera ministra no se iba a dar por vencida y planeaba someter el acuerdo de salida a una cuarta votación esta semana. Con ello espera, como ya apuntaba el viernes, poder conseguir "una salida ordenada" de la UE con la votación de hoy, donde se intentará aprobar algún plan alternativo. 

Pase lo que pase, la pelota está en el tejado de Bruselas y parece que la nueva fecha de salida será el próximo 12 de abril. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ya ha convocado una cumbre extraordinaria de la UE para el 10 de abril -tan sólo 48 horas antes del plazo actual de salida- donde esperará que May le presente sus opciones y así, supuestamente, establecer una conclusión para este proceso.  

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