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El dueño de Cepsa prepara una oferta para comprar la Ciudad Financiera del Santander

Edificio principal de la Ciudad Financiera del Santander, en Boadilla del Monte.

El principal fondo de Abu Dhabi, Aabar Investments PJS toma posiciones para compar la Ciudad Financiera de Banco Santander. El brazo inversor de IPIC, dueño de Cepsa y socio del Real Madrid, está preparando una oferta que desbloquee la venta de Marme Inversiones 2007 (dueña de la sede del banco), que está en concurso de acreedores desde 2014.

Este macrocomplejo de oficinas ha estado cerca de cambiar de manos recientemente, por cerca de 2.500 millones de euros al fondo también árabe AGC Equity Partners. Pero el banco presidido por Ana Botín bloqueó la operación con un recurso ante el Juzgado Mercantil encargado del concurso y la Audiencia Provincial, tal y como adelantó Vozpópuli. Santander se opuso debido a que el juez y los administradores concursales le quitaron su derecho a tanteo en el plan de liquidación. Por ello, el banco tiene la sartén por el mango: hasta que la Audiencia se pronuncie, algo que tardará medio año como poco, cualquier acuerdo pasa porque Santander retire su recurso.

Conscientes de ello, el fondo Aabar ha decidido sentarse primero con Santander, con quien ya ha mantenido varias reuniones, según fuentes financieras consultadas por este medio. Desde el fondo árabe y el banco español no hicieron comentarios al respecto. Por parte de Santander intervienen en estas reuniones su asesor financiero para esta operación, Goldman Sachs, y el legal, Clifford Chance. Aabar también tiene contratado a uno de los principales bufetes especializados.

Viejo conocido

Estas reuniones no son el primer paso que da el fondo árabe para quedarse la Ciudad Financiera. Esta compleja operación, un rompecabezas para un ejército de abogados en España y Reino Unido, tiene tres sociedades en liza: Marme Inversiones, la empresa española en concurso que tiene el control de la sede de Santander; la sociedad holandesa Delma, primera matriz; y Ramblas Investments, también holandesa y dueña a su vez de Delma.

En este contexto, el fondo de Abu Dhabi ha ido tomando el control de distintas participaciones de este conglomerado: tiene un 50% del capital de Ramblas, que compró por 1 euro al empresario británico Derek Quinlan; y controla parte de la deuda subordinada de Delma, que le vendió Royal Bank of Scotland. En esta última operación, Aabar está asociado a la sociedad luxemburguesa Edgeworth Capital, liderada por el controvertido financiero iraní Robert Tchenguiz. A su vez, el fondo árabe demandó en Reino Unido a Glenn Maud, otro de los compradores originales de la Ciudad Financiera dueño del otro 50% de Ramblas, con el objetivo de quedarse con todo el control.

La única vía para desbloquear la operación es negociar una rebaja de la renta con Santander, lo que reduciría el precio de venta

Tener posición aventajada en Delma y Ramblas da un comodín extra para la filial de IPIC. Una de las principales complicaciones para cerrar la operación (además del recurso de Santander) está siendo poner de acuerdo a todos los acreedores. Cualquiera que no cobre recurrirá el proceso, pudiendo retrasarlo indefinidamente. Al ser el principal acreedor de las sociedades matriz holandesas, Aabar puede poner una oferta inferior en precio sin oposición.

Esta flexibilidad puede resultar determinante. Una de las llaves para desbloquear la operación puede ser una renegociación a la baja de la renta que paga Santander, de entre 80 y 100 millones de euros anuales. Y una menor renta implica forzosamente un precio más bajo de compra. Aunque la resolución de este proceso todavía está lejos, la irrupción de Aabar puede acortar los plazos.

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