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Economía

La avalancha de rebajas de previsiones pone contra las cuerdas al Gobierno de Sánchez

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez

Cada día se conoce un dato nuevo que hace más evidente que la desaceleración económica se acerca, a pesar de que el Gobierno no quiere reconocerlo. Y la acumulación de datos negativos está provocando una avalancha de rebajas de previsiones que está poniendo contra las cuerdas al Gobierno de Pedro Sánchez, que se resiste a revisar su cuadro macroeconómico, que heredó de Mariano Rajoy, pero que tendrá que acabar tocando antes o después.

Analistas Financieros Internacionales (AFI) fue el primer organismo económico en dar el paso al recortar tres décimas su previsión para 2018. En junio esperaba un crecimiento del PIB del 2,9% y acaba de rebajar esa cifra hasta el 2,6%. Y, como era de esperar, no ha sido el único. Poco tardó en sumarse la CEOE, que rebajó una décima su estimación para este año y tres la de 2019. 

Este jueves se ha subido también al carro la Fundación de Cajas de Ahorro (Funcas), que ha recortado dos décimas sus estimaciones para este año y el próximo. Espera ahora que el PIB crezca un 2,6% y un 2,2%, respectivamente.  Según Funcas, la rebaja responde al enfriamiento del consumo interno por el escaso margen de las familias para incrementar su gasto y al hecho de que algunos de los principales mercados de exportaciones apenas crecen, sobre todo, Italia y Reino Unido.

Tercer trimestre  

Funcas no ha sido el único en reaccionar este jueves. El Servicio de Estudios de BBVA, BBVA Research, ha aprovechado para publicar en su página web un observatorio económico en el que avanza que el PIB volverá a crecer un 0,6% en el tercer trimestre, como ya ocurrió en el segundo. Si se confirma la cifra, el crecimiento volverá a ser menor al esperado.

Aunque el banco aún no ha revisado a la baja sus previsiones, es cuestión de tiempo. Lo hará probablemente en la próxima actualización de su 'Revista España', que no se hará hasta el otoño. Su previsión actual es del 2,9%, una cifra que ellos mismos saben que ha quedado desfasada. "Las cifras (actuales) refuerzan el sesgo a la baja sobre el crecimiento previsto para 2018 por BBVA Research". sostienen.

El BCE también ha revisado las previsiones para la zona euro por el proteccionismo, la vulnerabilidad de los emergentes y la volatilidad

¿La desaceleración es solo cosa de España? Lo cierto es que no. De hecho, se está produciendo en toda Europa, motivo por el que el Banco Central Europeo (BCE) también se ha sumado a esta avalancha de revisiones y ha recortado una décima las previsiones de crecimiento de la zona euro para 2018 y 2019, hasta el 2% y el 1,9%, respectivamente. 

El presidente del organismo monetario, Mario Draghi, cree que los riesgos más importantes están relacionados con un incremento del proteccionismo, la vulnerabilidad de los mercados emergentes y la volatilidad del mercado. Y que "han ganado importancia últimamente". Quizá estos argumentos han ayudado al supervisor a decidirse a mantener intacto el rumbo de su política monetaria. 

Lo que está claro es que la recuperación económica no acaba de hacerse notar en los bolsillos de todos los españoles y que ya se advierten nubarrones en el horizonte que invitan a la cautela sobre las previsiones de crecimiento de la economía española. Si el Gobierno presenta finalmente los Presupuestos en octubre o noviembre, es probable que tenga que aprovechar la ocasión para rebajar sus cifras.

Las previsiones del Gobierno

En estos momentos, espera un crecimiento del 2,7% este año y del 2,4% en 2019, datos que empiezan a quedarse por encima del consenso de los analistas. Aún así, en sus últimos actos públicos, la ministra de Economía, Nadia Calviño, se ha esforzado mucho en negar cualquier atisbo de crisis y ha criticado a todos los que lanzan mensajes alarmistas sobre la economía española.

Eso sí, lo cierto es que esta misma semana aprovechó su participación en un foro para decir alto y claro que no habría que dramatizar una posible revisión del cuadro macroeconómico, lo que nos hace pensar que la ministra empieza poco a poco a coger conciencia de que le va a tocar rebajar las expectativas de crecimiento. Es cuestión de tiempo que la veamos hacerlo en un Consejo de Ministros. 

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