Quantcast

Economía

Los aranceles de Trump expulsan al aceite de oliva y a las naranjas españolas de EEUU

Donald Trump, presidente de Estados Unidos

Tres meses después de la entrada en vigor de los aranceles impuestos por la Administración de Donald Trump a productos agrícolas españoles, los sectores más afectados empiezan a hacer balance de daños. Y la factura es dramática

El sector olivarero prevé dejar de exportar en 2020 unas 150.000 toneladas de aceite (casi un 15% de sus exportaciones globales) como consecuencia de las nuevas tarifas comerciales. El vino español está sufriendo una caída en su facturación de hasta el 25% en Estados Unidos y las naranjas y las mandarinas han perdido prácticamente la totalidad de sus ventas en ese país, al que se exportaban nada menos que 17.000 toneladas de cítricos. 

"Esto es un drama. Está habiendo pérdidas muy grandes para el sector olivarero español. Somos el país y el sector más afectado" afirma Rafael Picó, director de Asoliva. "El arancel del 25% al aceite embotellado nos ha sacado del mercado de Estados Unidos. Se ha perdido toda la inversión que habíamos hecho y que nos había llevado a posicionarnos como el principal exportador de aceite en Estados Unidos durante los seis últimos años", añade. 

El sector de los cítricos también considera que ha sido "borrado" del mercado estadounidense. "No estamos vendiendo prácticamente ni una sola mandarina o naranja desde que se impusieron los aranceles"

El impacto de los aranceles para el aceite de oliva es más grave que para otros sectores. Las trabas comerciales aplicadas por Trump desde el pasado 18 de octubre afectan también al vino, a los lácteos y a los cítricos de otros países de la UE. Sin embargo, en el caso del aceite de oliva sólo se han aplicado aranceles al sector olivarero español y no al de otras naciones. 

"Italia, Grecia y Portugal se están llevando todo el mercado que pierde España. La red de distribución del aceite español en Estados Unidos estaba en un 90% en manos de Walmart y Costco, que desde octubre han dejado de comprar nuestro aceite por ser ahora un 25% más caro que el de otros países. Sólo se mantiene un 10% de las ventas, las que corresponden a aceites gourmet", añade Picó. 

150.000 toneladas menos de aceite

En 2018, España vendió 120.000 toneladas de aceite a Estados Unidos: el 50% era aceite embotellado y el 50% a granel. Los aranceles por el momento sólo afectan al embotellado, pero Asoliva calcula que las pérdidas para el sector aceitunero se elevarían hasta las 150.000 toneladas de aceite (casi un 15% de las exportaciones globales realizadas por el sector).

"El golpe está siendo doble porque a las 60.000 toneladas de aceite embotellado que ya no vendemos en Estados Unidos hay que sumar todo el aceite que España está dejando de vender a granel a otros países como Italia o Portugal, que ya no pueden embotellar ese aceite y venderlo a Estados Unidos porque al estar producido en España se verían penalizados con el arancel del 25%", precisa el director de Asoliva. 

La facturación del vino cae

Las tarifas comerciales de Trump también están golpeando al sector del vino. Para poder mantener el nivel de ventas en Estados Unidos, el sector ha decidido mantener los mismos precios de venta al público que había antes de los nuevos aranceles, lo que está haciendo caer su facturación hasta en un 25%. 

"Las bodegas están teniendo que comerse sus márgenes de beneficio para poder mantener el nivel de ventas", afirma el director general de la Federación Española del Vino, José Luis Benítez.

A la merma de la facturación para el sector del vino se añade la preocupación por perder un mercado que el sector considera estratégico por dimensión y por imagen. "Si se pierde ese mercado, estás muerto"

"Hay muchas importadoras que no están queriendo compartir el coste de los aranceles. Las bodegas, en muchos casos, asumen el coste completo de los aranceles a costa de sus márgenes. Es algo que se puede hacer durante algún tiempo, pero no mucho", advierte el responsable de la patronal vínicola. 

A la merma de la facturación para el sector del vino, y a la ralentización de las exportaciones, se añade la preocupación por perder un mercado que el sector considera estratégico por dimensión y por imagen. "Fue muy difícil y costoso posicionarnos allí. Si se pierde ese mercado, estás muerto. No hay un mercado igual en el mundo. No se puede compensar con un aumento de las exportaciones a China o a otros países. No hay comparación" agrega Benítez. 

Las naranjas y mandarinas se quedan fuera

El sector de los cítricos también considera que ha sido "borrado" del mercado estadounidense a consecuencia de los aranceles. La temporada pasada (del 1 de septiembre de 2018 al 31 de agosto de 2019) se exportaron más de 17.000 toneladas de cítricos a Estados Unidos: unas 9.000 toneladas correspondían a mandarinas clementinas; 6.000 eran limones; y cerca de 2.000 toneladas correspondían a naranjas.

En los casi tres meses transcurridos desde la entrada en vigor de las tarifas arancelarias, España sólo ha conseguido exportar poco más de 460 toneladas, y sólo de limones, según fuentes del Comité de Gestión de Cítricos, patronal del sector privado. 

La congelación de las exportaciones de cítricos se ha producido precisamente durante la temporada de mayor producción de la mandarina clementina, principal fruto que el sector exportaba a EEUU

"No estamos vendiendo prácticamente ni una sola mandarina o naranja desde entonces. Nos han borrado de Estados Unidos, y es un golpe duro para nosotros porque ese ha sido un mercado de mucho prestigio y donde nos costó mucho hacernos un espacio", añaden las mismas fuentes.

La congelación de las exportaciones de cítricos se ha producido precisamente durante la temporada de mayor producción de la mandarina clementina, principal fruto que el sector exportaba a Estados Unidos. Un país que hasta octubre era el principal destino fuera de la UE para los cítricos españoles. 

Impacto sobre el empleo

Los efectos de este frenazo en las exportaciones a Estados Unidos ya se están haciendo notar sobre el empleo en lugares como el puerto de Castellón, principal punto de origen de los envíos de mandarinas, donde ya se han producido conflictos laborales entre los estibadores y la Autoridad Portuaria ante la amenaza de recortes en su plantilla. 

Consecuencias sobre el empleo que también temen en el sector aceitunero, particularmente en las embotelladoras. "Al no haberse puesto aranceles aún al aceite a granel, lo lógico es que veamos un trasvase de empleos hacia las embotelladoras de Estados Unidos. Todo lo que ya no se embotella aquí (unas 60.000 toneladas), lo van a embotellar los estadounidenses en sus propias fábricas", lamenta Rafael Picó, director de Asoliva. 

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.