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Economía

Alemania aceptará inflación y sueldos más altos para tirar de Europa

¿Cómo se dice flexibilidad en alemán? Die Flexibilität se emplea ahora muy poco en los territorios germanos. Pero en los últimos días ha vuelto a usarse todo lo que puede dar de sí el término para un teutón. El primero en dar señales de una mayor relajación fue el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, quien declaró el domingo que apoya una subida de los sueldos en Alemania. “Europa confía en nosotros para que sigamos siendo el motor del crecimiento”, dijo.

A continuación, el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, comunicó ayer al parlamento que los ciudadanos tudescos tendrán que acostumbrarse a unos niveles de inflación más altos, en el entorno del 3 por ciento, para que se reequilibre la economía europea y los países del sur rebajen sus costes respecto a Alemania y recuperen competitividad, lo que requiere que a lo largo de varios años el sur experimente una inflación cercana al 1 por ciento.

Además, esta nueva actitud en el banco central alemán posibilitaría que se suavizasen los tipos incluso cuando la inflación alemana se sitúa como ahora en el 2,2 por ciento. Para una nación donde una parte de los juristas defiende que se puede llevar al Gobierno a los tribunales por una inflación alta debido a que se trata de un impuesto por la puerta de atrás... ¿significa esto que se han quitado la corbata y todo ya es una fiesta?

Unas elecciones cruciales

La austeridad o Sparmassnahmen debe sonar muy bien en la lengua de Goethe, porque una canciller Merkel a la defensiva en las encuestas volvía a mostrar ayer su imagen de lideresa pétrea de cara a las elecciones del próximo domingo en Renania del Norte-Westfalia, en las que votarán 13 millones de alemanes. Merkel sostuvo que no cambiaría el rumbo y su única concesión fue que fomentaría el crecimiento. Pero con una coda: esto sólo surgirá después de años de reformas. “No se puede crecer a fuerza de crédito. Volveríamos al principio de la crisis”, explicó la canciller.

Y en esa misma línea se expresó su ministro de Medioambiente, Norbert Röttgen: “Tenemos la mayor recaudación de impuestos de la historia. Si no controlamos ahora nuestra deuda, ¿cuándo lo haremos? Tenemos que practicar lo mismo que predicamos en Europa”.

Sin embargo, estas posiciones van a ser testadas en las elecciones del domingo. La candidata de los socialistas en Renania del Norte-Westfalia y posible rival de Merkel para 2013, Hannelore Kraft, está argumentando que la situación es dura y que también hay que invertir con vistas al futuro. ¿Ganará la austeridad o la flexibilidad? El voto de estos comicios regionales puede anticipar el resultado de las generales de 2013, justo cuando los franceses se han pasado a la resistencia contra los recortes tras el colaboracionismo inicial.

Por otro lado, los planes de la Alemania de Merkel para el resto de la eurozona tendrán que superar un serio inconveniente: la inflación en los países periféricos permanece más elevada de lo deseable. En España se encuentra en el 2 por ciento. De ahí que los alemanes continúen reacios a cualquier medida que facilite el crédito y por tanto tenga incidencia en los precios. El único consuelo estriba en que ello se debe, sobre todo, a presiones temporales ocasionadas por el petróleo y las alzas de impuestos. 

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