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Economía

El desconcierto reina en los mercados, ahora miran con buenos ojos a Portugal

El primer ministro luso, Pedro Passos Coelho.

Sangre, sudor y lágrimas. Es lo que está costando el sacrificio de la austeridad en Portugal. El país vecino busca ganarse de nuevo el beneplácito de los mercados tras el rescate de la troika (Banco Central Europeo, Unión Europea y Fondo Monetario Internacional). Y a juzgar por un reciente informe de Barclays Capital, está teniendo su recompensa.

“Un déficit en 2011 mejor de lo esperado y un saludable ajuste en la balanza por cuenta corriente”, reza el titular del informe de la entidad de crédito británica. La semana pasada, la oficina estadística lusa sorprendió a los mercados con sus resultados del cuarto trimestre de 2011. Cifras que los analistas de Barclays han calificado de “alentadoras”. El déficit por cuenta corriente de Portugal se situó en el 2,5%, el nivel más bajo desde 1996, reflejo de una considerable mejora en sus exportaciones.

Aunque sigue en niveles importantes, los expertos de Barclays afirman que el déficit público ha mejorado “considerablemente”: Portugal registró un déficit del 4,2% del PIB en 2011, bien por debajo del 8,5% que registró su país más próximo, España, y del previsto por la troika en el 5,9%.

Segundo rescate

Con todo, la economía lusa no ha disipado los nubarrones, y el país sigue bajo la estricta vigilancia de los mercados, que han llegado a temer un panorama semejante al griego. A pesar de la rotunda negativa de las autoridades europeas, los inversores siguen barajando un posible segundo rescate para Portugal.

Los mercados continúan preocupados por el alto endeudamiento público de Portugal que finalizó 2011 en el 107,8% del PIB y que está previsto que alcance este año el 112,5%. “Cálculos particularmente adversos, ya que el banco central portugués estima que el PIB luso registrará en 2012 una contracción del 3,4% del PIB”, apuntan desde Barclays.

 Estas razones inducen a los analistas a creer que Portugal lo tendrá difícil para volver a los mercados el año próximo. “Pensamos que habrá un fuerte deseo por parte de la Unión Europea para evitar una PSI -pérdidas asumidas por los acreedores privados como la acontecida en Grecia-, sobre todo dado el progreso fiscal y los ajustes externos”, subrayan en Barclays. Los portugueses, también lo esperan.  

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