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Economía

Vía de la Plata, el cava extremeño que se ha hecho de oro con el boicot a Cataluña

Cava Vía de la Plata

Muchos consumidores han decidido hacer política en los supermercados y en las mesas de los restaurantes. Su posicionamiento político les ha hecho revisar las etiquetas de los productos para aceptar o rechazar un producto no por su calidad, sino por su procedencia. Una estrategia que se ha realizado tanto dentro como fuera de Cataluña. Aunque hay productos muy estacionales y de marcado origen que han sentido con mayor fuerza este boicot, este es el caso del cava.

El cava catalán ha sufrido el golpe de estos años de río revuelto, principalmente, en su campaña de Navidad. Y, a río revuelto, ganancia de pescadores. En este caso, los bodegueros de cava que marcan sus botellas con otros orígenes se han beneficiado de la campaña del boicot. Uno de estos territorios es Extremadura. El cava extremeño ha devorado mercado en los tiempos de boicot y un ejemplo de ellos es Vía de la Plata, la bodega que se presenta como el primer productor de cava extremeño. 

Ha pasado de ingresar 613.000 euros al cierre de 2015 a los 1,5 millones de euros en su último ejercicio completo

Según los datos del Registro Mercantil, a los que ha tenido acceso este medio a través de la herramienta Insight View, Vía de la Plata ha pasado de ingresar 613.000 euros al cierre de 2015 a los 1,5 millones de euros con los que cerraba su último ejercicio completo.

Es decir, esta bodega factura un 150% más en 2018 que antes del boicot. El beneficio ahora de Vía de la Plata es un 102% superior que los registrados en 2015, con unos números negros de 127.270 euros frente a los 62.726 euros que registraba esta empresa con cuatro trabajadores hace tres años. 

Denominación de origen

Esta histórica bodega que pertenece desde 2016 a la empresa familiar Francisco Escaso e Hijos es una de las cuatro bodegas extremeñas que tiene Denominación de Origen Cava junto con Bodegas Romale (cavas Viña Romale), Bodegas López Morenas (cavas Bonaval, Bellisco y Lar de Plata) y Bodegas Marcelino Díaz (cavas Puerta Palma).

Unos productores que están estos meses en plena discusión. El consejo regulador de la Denominación de Origen Cava, que tiene sede en la localidad catalana de Villafranca del Penedés y que está formado en su gran mayoría por empresas catalana, ha decidido que los cavas deben especificar en sus etiquetas el lugar en el que se producen dentro de España.

Una normativa que será obligatorio para los denominados cavas 'premium', los reserva y gran reserva, es opcional para el resto de cavas. Los cuatro productores extremeños están aficados en la ciudad pacense de Almendralejo. Una circunstancia que provoca una división interna ya que dos bodegas quieren que su sello sea 'cava de Extremadura' y los otros dos apuesta por 'cava de Almendralejo'. Una división que no sucede en otras zonas productoras alternativas como Valencia, Aragón o Galicia. 

"Un año positivo"

Mientras que el sector del cava vive este año en pleno terremoto, el consejo regulador de la Denominación calificó en su informe anual a su último ejercicio como "un año positivo". El número de botellas de cava producidas a nivel global el año pasado fue de más de 244 millones, una caída del 3,2% respecto al año anterior. Aunque el organismo recuerdo que 2017 fue un año récord de producción de botellas de la DO Cava.

La producción de 2018 supuso un valor económico estimado total de 1.146,8 millones de euros, un 0,2% inferior al del año precedente. "En el mercado interior, constatamos que durante el ejercicio 2018, el consumo de CAVA crece ligeramente, un 0,3% en volumen, y un 2,9% en valor, según la fuente acreditada de AC Nielsen, dejando atrás años complejos por los efectos de la crisis económica y las turbulencias políticas ajenas al sector", recuerda el organismo. 

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