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Economía

Las eléctricas se ponen en lo peor: la demanda caerá este año a niveles de 2004

Más incertidumbre para el sector eléctrico, que ve cómo a la reforma del sector que ha anunciado el Gobierno (en principio, para este mes), en la que muy probablemente tendrán que afrontar "sacrificios", en expresión del Ejecutivo, se une el incierto panorama económico. El presidente de la patronal eléctrica, Eduardo Montes, pronosticó ayer un descenso de entre el 2% y el 2,5% en la demanda de electricidad para este año, lo que supondría volver a cotas inéditas desde 2004. Montes dijo que su previsión, formulada durante su intervención en la presentación del Balance Energético 2011, es una "opinión". El consumo está actualmente en niveles ligeramente inferiores a los de 2005, según el representante de la asociación que agrupa a las cinco mayores eléctricas.

De confirmarse esa caída, sería la segunda consecutiva y, en el peor de los casos, duplicaría a la registrada en 2011 (-1,2%). La previsión también es mucho más pesimista que la de la Comisión Nacional de la Energía (CNE), que, en principio, pronostica un estancamiento del consumo para este año (su última previsión data de febrero pasado). El presidente del organismo, Alberto Lafuente, dijo ayer, poco después de la intervención de Montes, que a España le va a costar muchos años "digerir" los excesos cometidos en política energética en los últimos años y señaló que el déficit de tarifa (el mayor problema del sector eléctrico) va a seguir siendo un lastre para la economía más allá de 2013, año en el que debería estar eliminado.  

Que la demanda caiga no ayuda, precisamente, a poner coto al déficit de tarifa, ya que los ingresos son menores y el agujero del sistema eléctrico se agranda. "Tenemos un problema serio de demanda", dijo ayer Montes, que pidió "una reflexión" ante la infrautilización de los ciclos combinados (centrales de gas), que se han visto desplazadas por el auge de las renovables (y por la caída del consumo) y acabarán funcionando este año, según sus cálculos, en torno a 1.800-1.900 horas, lo que supondría un nuevo mínimo histórico y muy por debajo de las 5.000 horas para las que fueron diseñadas.

En el catálogo de peticiones al Gobierno para la "reducción" a corto plazo del déficit de tarifa (cuya eliminación es el objetivo primordial de la reforma que prepara el Ejecutivo), Montes reiteró su petición de una moratoria para la instalación de "tecnologías que no son maduras", en alusión a las renovables y, en especial, la termosolar, que se libró de la suspensión decretada a primeros del año para las primas verdes; además, reclamó que el coste financiero del déficit (que ahora asumen las eléctricas tradicionales) se comparta y que se aceleren las titulaciones (colocaciones de esa deuda mediante su conversión en títulos negociables).

Esta vez, Montes no pidió que suba la luz (a finales de mes toca revisión), pero sí reclamó una "remuneración adecuada" de los costes regulados (transporte, distribución y primas a las renovables), que Industria va a tener que recortar para eliminar el déficit (es en esa parte, la que fija el Gobierno, en la que se genera el desfase entre ingresos y costes reconocidos).

En el mismo acto, el secretario de Estado de Energía, Fernando Marti (que llegó, intervino y se marchó), reiteró las líneas de la anunciada reforma energética, de la que pocas certezas hay, lo que tiene al sector en un estado de notable nerviosismo. Marti instó a "ser realistas" y pidió "sacrificios" y "el esfuerzo de todos los agentes del sistema". En el caso de los consumidores, dijo, deberán "pagar por la electricidad lo que realmente cuesta"; el Gobierno, por su parte, hará "lo que hay que hacer".

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