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Economía

Sánchez carga en los autónomos parte del saneamiento de las cuentas públicas

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La Seguridad Social se sigue desangrando y hay que tomar medidas que mejoren los ingresos. Por eso, el Gobierno ha decidido tocar la bases de cotización para mejorar la salud del sistema en 3.000 millones al año. La subida no soluciona el grave problema del déficit, pero sí ayuda a reducir el desfase entre los ingresos y los gastos. ¿A quién va a afectar? A los trabajadores que cobran menos, a los que cobran más y a los autónomos, una figura clave en España, uno de los países de la OCDE con más trabajadores por cuenta propia. 

Lo cierto es que la proporción de trabajadores autónomos sobre el empleo total varía considerablemente entre los países de la OCDE, en un rango que va desde un máximo superior al 34% hasta llegar al entorno del 6%. Grecia es el país con la mayor tasa de empleo autónomo con un 34,1%, seguida por Turquía (32,7%), Méjico (31,5%) y Chile (27,4%). Corea supera el 25%, mientras que Italia está por encima del 23% y Polonia llega al 20,4%.

La República Checa y Portugal comparten un 17% y los Países Bajos registran un 16,7%. En España la proporción de trabajadores autónomos alcanza un 16,5%. Entre los países de la UE que pertenecen a la OCDE, España se queda con el séptimo lugar y con el puesto 12 entre el conjunto de naciones de la OCDE, cifras que demuestran la importancia de este colectivo y de los ingresos que aportan al sistema.

Irlanda, el Reino Unido y Eslovaquia están por encima del 15%, mientras que las tasas bajan al entorno del 12% en Austria y Francia (11,6%). En Japón, Alemania, Australia y Suecia la proporción de trabajadores por cuenta propia se sitúa en torno al 10% y cierran la clasificación Dinamarca (8,2%), Noruega (6,5%) y Estados Unidos (6,3%). Si nos fijamos en la tabla, España tiene bastantes más autónomos que países como Francia o Alemania.

De ahí que el Gobierno haya situado a este colectivo en el punto de mira para sanear las cuentas públicas y, sobre todo, las de la Seguridad Social. Hoy en día en España la mayor parte de los trabajadores por cuenta propia cotiza por el mínimo para hacer menos aportaciones. Pueden elegir su base entre el mínimo actual (932 euros al mes) y el máximo (3.804 euros) y casi todos optan por la primera opción a sabiendas de que eso les generará una pensión menor en el futuro. 

¿Qué quiere hacer el Gobierno? Obligarles a cotizar más. El objetivo de cara a 2020 es que coticen por sus ingresos reales, lo que hará que algunos aporten a las arcas del sistema menos de lo que aportan actualmente y que otros aporten más. Y, mientras llega eso, se les han planteado tres opciones para bien aumentar las bases o bien subir los tipos, pero que aporten más.

Tres escenarios

El primer escenario pasa por mantener en 2019 las bases de 2018 pero generalizando las actuales contingencias en sus tipos de cotización hasta alcanzar el 33,7%, de forma que el tipo el de incapacidad temporal sería del 29,3%, el de contingencias profesionales un 2,3%, el del cese de actividad un 2% y, como novedad, el de formación del 0,1%.

El segundo escenario plantea un incremento de la base mínima del 6,25%, si bien el tipo por contingencias comunes se quedaría en el 28,3%, a lo que habría que añadir un 2,1% por contingencias profesionales y 1,3% por cese de actividad, además del 0,1% por formación, alcanzando el 31,8%.

En el tercer escenario, el incremento de la base mínima alcanza el 12,25% hasta los 900 euros, pero con un tipo por contingencias comunes del 28,3%, del 1,9% por las profesionales y del 0,9% por cese de actividad, además del 0,1% por formación, hasta situar el total en el 31,2%.

El Gobierno quiere que los autónomos coticen más hasta que se pueda implantar el sistema de cotización por ingresos reales

En cualquiera de los escenarios los autónomos tendrán que cotizar algo más. Y es que estas nuevas aportaciones podrían ayudar a sanear, aunque sea un poco, el maltrecho sistema de pensiones. El déficit volverá a crecer este año y superará de nuevo los 18.000 millones, según la última notificación a Bruselas, y las cosas no pintan bien para el futuro ahora que el Gobierno ha decidido volver a vincular las pensiones al IPC real.

Además, Bruselas quiere nuevos pasos que compensen la casi derogación de la reforma de 2013, que aseguraba una contención firme del gasto del sistema a costa de unas prestaciones cada vez menores. Tanto, que en primavera hará una recomendación específica a España sobre este tema, como publicamos en Vozpópuli, así que el Gobierno tiene que ponerse las pilas con las pensiones.

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