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Economía

Tensión ACS-Atlantia: Florentino trata de ganar poder en Abertis por la debilidad de la italiana

Giovanni Castellucci, CEO de Atlantia, junto a Florentino Pérez, presidente de ACS, y Marcelino Fernández, CEO.

Crece la tensión entre ACS y Atlantia en la recta final de la operación que llevará a ambas compañías a tomar el control de Abertis. El reciente derrumbe del puente Morandi, de cuyo acceso era concesionario el grupo italiano, le ha colocado en una situación de debilidad de la que Florentino Pérez trata de aprovecharse para ganar poder en la nueva Abertis. Por el momento, sus intentos in extremis han sido en vano mientras que Atlantia está intentando de cerrar la operación cuanto antes para evitar nuevas sorpresas.

La compañía italiana, llamada a ser la empresa que controle la mayoría del capital de Abertis, se ha visto sumida en la incertidumbre desde mediados de agosto, tras el desplome del puente genovés que ocasionó el fallecimiento de 43 personas. A la fuerte corrección que ha sufrido el valor en Bolsa, traducida en un descenso en la capitalización bursátil cercana a los 6.000 millones de euros, se une la amenaza del Gobierno local de retirar al grupo todas las concesiones que posee actualmente en Italia e incluso nacionalizar la filial que las aglutina, Autostrade.

En los últimos días, los rumores apuntan a que el consejo de administración de la compañía podría tomar la decisión de recortar el dividendo previsto y aprobado en la última junta de accionistas. A raíz de este giro de los acontecimientos, el presidente de ACS ha tratado de plantear algunos cambios en los esquemas previstos para la toma de control de Abertis con el argumento de que, al contrario de lo que sucedía la pasada primavera (cuando pactó con Atlantia la fórmula definitiva para comprar Abertis de forma conjunta), ahora es ACS la que se encuentra en una situación de privilegio respecto al grupo italiano: en su cotización máxima de los últimos años y con una deuda reducida prácticamente a cero.

Estado en que quedó el Puente Morandi

En este punto, Pérez ha planteado a su socio italiano revisar el papel de ACS como socio minoritario de Abertis (el pacto prevé que tenga, junto a su filial alemana Hochtief, el 50% menos una acción de la sociedad de nueva creación que será propietaria de los títulos de la concesionaria española).

A vueltas con la gobernanza

Fuentes conocedoras de la situación apuntan también a una serie de propuestas relacionadas con el gobierno corporativo y el reparto de poderes en Abertis. El acuerdo contempla que el consejero delegado de Abertis sea nombrado por Atlantia mientras que la presidencia sea designada por ACS, de común acuerdo con la empresa italiana.

Según las mencionadas fuentes, los últimos encuentros entre las partes han estado rodeados de una creciente tensión, que no ha hecho posible llegar a un acuerdo sobre las modificaciones planteadas por Florentino Pérez. El presidente del grupo español de construcción y servicios también ha llamado la atención a Atlantia sobre la necesidad de revisar las cifras pactadas para la adquisición por parte de los italianos de hasta un 24% del capital de Hochtief a través de una ampliación de capital, dada la caída del precio de los títulos de la empresa alemana, a la par que los de las acciones de Atlantia.

Entre tanto, el grupo italiano, que ha rechazado cualquier revisión de lo pactado, lucha por cerrar cuanto antes la operación y comenzar a despejar las dudas en torno a su situación interna. Por lo pronto, el Gobierno italiano emitió hace unos días un decreto por el que Atlantia deberá costear los trabajos de reconstrucción del puente Morandi pero en ningún caso será la compañía elegida para llevar a cabo las obras.

Pendientes del consejo

En los próximos días, el consejo de la compañía mantendrá una reunión de la que está muy pendiente el mercado por la posibilidad de que de ella salga un recorte del dividendo que pondría de manifiesto la difícil situación que atraviesa.

En principio, la hoja de ruta pasa por que en los próximos días se cree la sociedad para tomar el control de Abertis y se envíe la pertinente documentación a los organismos supervisores. Sin embargo, el clima de tensión entre los socios podría demorar aun más una operación que ya acumula un considerable retraso, con las correspondientes consecuencias negativas para el funcionamiento de la propia Abertis.

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