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Economía

La fibra de Telefónica estará en todos los hogares de España en 2024

José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica.

Telefónica lleva nueve años desplegando fibra óptica en España, intervalo de tiempo en el que ya ha cubierto dos tercios del total de los hogares españoles.

De seguir a este ritmo, en 2023, como máximo en 2024, habrá cubierto toda la piel de toro. De forma paralela, la compañía que dirige José María Álvarez-Pallete está procediendo al apagado del par de cobre en las centrales en las que trabaja con este tipo de tecnología, sustituyéndola por fibra óptica.

En España hay un total de 6.500 centrales de cobre. En algunas de ellas Telefónica comparte espacio con otros operadores como Vodafone u Orange, tal y como obliga la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia) para favorecer la competencia.

Un mazo de cobre de 2.400 pares da servicio a 2.400 clientes, mientras que un tubo de cobre con 256 fibras del tamaño de un pelo dan servicio a 16.384 clientes"

El plan fijado por telefónica supone el apagado de 653 centrales hasta 2020, al ritmo aproximado de una al día. El objetivo es que todos los clientes actualmente con servicios sobre par de cobre (ADSL) se pasen cuanto antes a la fibra. Las centrales seguirán en funcionamiento, pero ya no con par de cobre, sino exclusivamente con fibra óptica.

A partir de 2020 se iniciará el cierre de las centrales denominadas OBA (Oferta de Bucle de Abonado). Aquellas centrales más sensibles, en las que Telefónica comparte infraestructura con otras telecos.

Se ofrece esta horquilla temporal para que sus competidores busquen mientras tanto una solución, aunque desde Telefónica aseguran que muchos de esos rivales volverán a estar en esas mismas centrales tras el apagado del par de cobre -se negociará de nuevo el espacio y las condiciones-. 

Centrales más eficientes

La fibra no son sólo ventajas para el cliente en términos de velocidad de conexión y calidad y estabilidad de la misma. También suponen el ahorro de espacio y de energía para los operadores, dado que la fibra óptica es menos exigente en ambos casos.

En el caso de la energía consumida, la fibra óptica es capaz de reducir el consumo hasta un 60% respecto al par de cobre. Además, el espacio para dar servicio al cliente es sólo de un 15% del que ocupan las centrales tradicionales.

Un mazo de cobre de 2.400 pares da servicio a 2.400 clientes, mientras que un tubo de cobre con 256 fibras del tamaño de un pelo puede dar servicio a 16.384 clientes.

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