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Economía

El nuevo rumbo de Telefónica: los planes de Pallete tras tomar el control

A la izquierda, el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete.

Ha sido a la vuelta del verano, justo cuando el sector de las telecomunicaciones arranca curso con el tradicional encuentro del sector en la UIMP de Santander. Y José María Álvarez-Pallete, que llegó a la presidencia de Telefónica en abril pasado, ha dado la campanada.

El elegido por César Alierta, ahora presidente de la Fundación Telefónica, para ocupar el deseado sillón presidencial de la primera multinacional española se ha ganado en estos meses la confianza de todo el consejo de administración, que él mismo renovó parcialmente al llegar al cargo, y en especial de los dos accionistas históricos, BBVA y La Caixa.

Desde su llegada al cargo ha ido trabajando en la elaboración de un plan para devolver al grupo a una cierta disciplina financiera, en un momento complicado por la ralentización del negocio en Latinoamérica y por el impacto en sus cuentas de las devaluaciones de monedas como el real brasileño o la libra esterlina (su beneficio semestral se desplomó un 42%).

Pallete se ha marcado unos objetivos de disciplina financiera para que el grupo reduzca su deuda a niveles del entorno de los 40.000 millones de euros

La deuda supera ya los 50.000 millones de euros y Pallete ha vuelto del verano con las pilas puestas para conseguir reconducir el ejercicio de 2016. El plan del presidente y su equipo pasa por sacar a Bolsa entre el 25% y el 50% de la filial de infraestructuras Telxius durante el otoño y, en paralelo, buscar un comprador para la venta de un paquete minoritario de su filial británica O2, sin descartar la salida al parqué londinense de un paquete también minoritario del grupo.

La operación del grupo británico, cuya venta a Hutchison se frustró por los impedimentos de la Comisión Europea, también se quiere tener pergeñada antes de que finalice el año. Adicionalmente, Telefónica ha aprovechado esta misma semana para lanzar una emisión de bonos híbridos por valor de 1.000 millones de euros, a un interés del 3,75%, sin descartar nuevas emisiones en lo que queda de año.

El objetivo es recortar la deuda a niveles “razonables”, según fuentes al tanto del proceso puesto en marcha por Pallete, que fijan en el entorno de los 40.000 millones de euros ese apalancamiento.

Con estos nuevos mimbres, Telefónica quiere convencer a las agencias de rating que va en la buena senda del recorte de deuda, después de que ni Fitch ni Moody’s le hayan dado estos días el voto de confianza que pedía el presidente del grupo. La primera ha rebajado un escalón la nota del grupo desde 'BBB+' a 'BBB', mientras la segunda ha mantenido a la operadora en perspectiva negativa, al dudar de su capacidad para “desapalancarse antes de que finalice el año”.

Toca ahora convencer a las agencias de rating de que Telefónica va a dar un vuelco a su perfil financiero en sólo tres meses. Fuentes del sector señalan que las agencias confían en Pallete, dada su trayectoria en el grupo y su gran conocimiento de los temas financieras, su especialidad.

La sombra del ex presidente es alargada pero Pallete ha sabido hacerse su hueco sin armar ruido y Alierta se dedica a pleno a la Fundación

A nivel interno, el nuevo presidente se encuentra “asentado en el puesto, muy confiado y con todas las magnitudes muy medidas y el diseño claro del panorama financiero futuro del grupo en su cabeza”, afirman fuentes internas. “Tiene claro que con las nuevas medidas, el volumen de deuda razonable, la generación de caja del grupo, las inversiones y el dividendo están garantizadas”, añaden.

La sombra del anterior presidente era y es alargada, pero Pallete ha sabido hacerse un hueco, sin grandes revoluciones internas para evitar fricciones con la estructura de poder heredada de Alierta, pero tomando posiciones claras en cada una de las áreas vitales de la compañía y dando un voto de confianza a los directivos que hasta abril dependían del ejecutivo aragonés, ahora centrado al cien por cien en la Fundación y los proyectos educativos y solidarios.

La confianza con la que actúa el nuevo presidente se ha dejado notar en Santander. De forma sorpresiva, Álvarez-Pallete se ha convertido en el nuevo adalid de las grandes operadoras de telecomunicaciones europeas en su guerra con los gigantes de internet (Google, Facebook, WhatsApp, Linkedin, Spotify…).

El presidente anunció que el grupo lleva año y medio trabajando en crear una plataforma para que todos sus clientes sepan qué datos personales y profesionales manejan y utilizan, con fines lucrativos, las empresas de internet.

El objetivo final, según Pallete, es que los usuarios puedan gestionar sus propios datos y cuáles de ellos permiten que sean utilizados por los OTT (Over The Top en sus siglas en inglés), hasta el punto de que puedan pedir a cambio o una contraprestación económica o, en su caso, servicios de valor añadido sin coste alguno.

La iniciativa de Pallete ha marcado el nuevo debate de la guerra entre telecos y empresas de internet a nivel europeo. “El presidente ha sabido dar un golpe de efecto en el foro adecuado, demostrando que sabe liderar el nuevo proyecto de Telefónica, tanto a nivel operativo y financiero como en lo que respecta a sus clientes finales y el papel que juegan las empresas de internet que parasitan las redes en las que no invierten”, dicen esas fuentes internas de la operadora.

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