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Economía

Peligra el dividendo de 300 M. anuales de BBVA y Caixa en Telefónica

Telefónica está en el punto de mira de los inversores ante la expectativa sobre el cambio de su política de retribución al accionista.

El BBVA y La Caixa son los dos accionistas tradicionales que forman el núcleo duro de Telefónica. Controlan, respectivamente, un 6,25% y un 5,4% del capital de la multinacional de las telecomunicaciones, y en virtud de esta participación son los principales beneficiarios de los jugosos dividendos que reparte la compañía año tras año.

Según los datos oficiales disponibles, las dos entidades financieras se han embolsado conjuntamente 2.850 millones de euros en dividendos de su participada entre 2010 y 2015, a razón de 1.714 millones para el banco con sede en la calle Sauceda de Madrid y de 1.135,8 millones para la caja catalana.

Telefónica ya suspendió el dividendo en 2012 y al año siguiente sólo pagó la mitad para afrontar la crisis financiera

Sólo en 2011 se embolsaron 1,6 euros por acción, al igual que el resto de accionistas (más de 1,47 millones de minoritarios). Fue un año récord, luego llegaron las vacas flacas (suprimió el de 2012 y recortó a la mitad el de 2013 para afrontar la crisis).

Los ejercicios 2014 y 2015 han vuelto a ser normales (el dividendo bruto asciende ahora a 0,75 euros), pero en 2016 tocan tambores de cambio. Y ésa es la gran preocupación tanto de los dos accionistas del núcleo duro, como del fondo BlackRock, que controla un 5,1%, y de los minoritarios (hay más de 1,4 millones de particulares en el capital).

Tanto si Telefónica opta por elevar el pago en scrip (abonar el dividendo en acciones de la compañía, no en cash) hasta el 75% de los 0,75 euros que preveía pagar con cargo a 2016 como si finalmente se decanta por recortar el dividendo para reducir deuda y mantener su rating crediticio, el roto que le hace a sus dos bancos-accionistas será importante.

BBVA percibió en 2015 unos 173 millones y Caixabank unos 150 millones, cantidades que este ejercicio están en peligro. Ninguna de las dos entidades anda con ganas de seguir aumentando su participación en la operadora al recibir el dividendo en scrip, si bien jamás se han quejado públicamente y han respaldado sin fisuras las decisiones del consejo de Telefónica.

La caída de los márgenes operativos del negocio bancario tradicional y las nuevas exigencias de capital convierten al dividendo en fuente esencial de tesorería

En el caso de Caixabank, Telefónica es su principal suministrador de cash directo proveniente de dividendo, porque Repsol se lo apunta por puesta en equivalencia. El resto de participadas (Abertis, Gas Natural Fenosa...) de la entidad catalán cuelgan de su holding Criteria.

BBVA, por su parte, tiene a la operadora como su principal participación industrial y fuente de ingresos por dividendos. El hecho de que Telefónica recorte su dividendo en 2016 impacta directamente en los balances de ambas entidades financieras en un año crucial. Las autoridades europeas están extremando, cada vez más, las exigencias de capital de los bancos.

Los nuevos requerimientos de los test de estrés a la banca serán más exigentes en un momento en el que el negocio tradicional bancario está en decadencia, con márgenes operativos más estrechos. De ahí que los dividendos se hayan convertido en una de las principales fuentes de capital fresco, que va directo a la caja de las entidades.

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