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Economía

Ya no sólo castiga el ladrillo: el 35% de los préstamos concedidos desde inicio de la crisis son morosos

Imagen del Banco de España.

Es uno de los mayores animadores del vértigo de crecimiento en que lleva instalada la tasa de mora desde hace un par de ejercicios. Sin embargo, el ladrillo ya no es el único indicador que lanza señales de alarma desde los balances de los bancos. El saldo de morosos del resto de sectores empresariales crecen a un ritmo galopante desde el inicio de año como evidencian las cuentas de resultados de la gran banca hasta septiembre. De hecho, Santander, BBVA, Caixabank, Bankia, Sabadell y Popular han conformado el G6, como adelantó Vozpópuli hace una semanas, como escenario en el que construir una estrategia común ante las refinanciones empresariales. La tasa de impago de todos los sectores empresariales presenta ya doble dígito, según la última estadística del Banco de España correspondiente a cierre de julio, por primera vez desde el comienzo de la crisis. En 5 años, el 35% del saldo vivo de préstamos concedidos a grandes empresas, pymes y autónomos (268.183 millones) se encuentra en situación de impago: 94.470 millones. En la última década, los impagados  se disparan a 127.238 millones (el 40% de los créditos concedidos) del total del saldo vivo (604.962 millones)

Durante los años en los que se cocinaba la burbuja inmobiliaria, la banca extendió el manguerazo de financiación, que ahora purga con el grifo cerrado de crédito, a sectores que se convirtieron en socios del crecimiento generado por el ladrillo: ocio, consumo o turismo. Así, en los últimos diez años, el saldo vivo de créditos del sector servicios (525.245 millones) más que duplica al financiado por los bancos en 2003 (243.972 millones) y continúa desapalancándose desde su pico (694.607 millones, segundo trimestre de 2010). Su tasa de mora, situada en un 18,45% hasta julio, es la segunda más alta tras el ladrillo (29,01%). No es de extrañar pues que su saldo vivo de impagados (96.908 millones) se haya disparado en más de 70.000 millones desde el inicio de la crisis (26.205 millones, 2008)

Tanto Santander como BBVA prevén que la economía española crezca en 2014 por encima de las estimaciones del Gobierno, situadas en un 0,7% del PIB. Sus proyecciones se mueven alrededor del 1%. Buena parte de este crecimiento volverá a sustentarse por la vía de las exportaciones. El resto, a nivel doméstico. ¿Pero será suficiente para crear empleo?. “Si no es así”, reflexionaba recientemente un alto ejecutivo bancario, “los procesos de refinanciación de las empresas, grandes y pequeñas, seguirán multiplicándose”.

El sector servicios acapara el nivel más alto de créditos impagados, tras el inmobiliario. Su tasa de mora asciende al 18,45%

Los datos del supervisor, recogidos en el Informe de Estabilidad Financiera de mayo, cifran en 208.206 millones el nivel de préstamos refinanciados por la banca española al cierre del pasado ejercicio, un 13,6% del crédito al sector privado residente. De ellos, el 42,4% (88.270 millones) está clasificado como normal por las entidades, mientras que un 20,6% (42.890 millones) es subestándar y el 37% (77.036 millones) restante, como dudoso. En total, casi 120.000 millones (concretamente, 119.926 millones) están con problemas de pago.

Pero el recién finalizado ejercicio de reestructuración de los préstamos refinanciados, al que ha obligado el Banco de España a todo el sector, ha descubierto más mora oculta en esa bolsa de 88.270 millones de préstamos que la banca tenía contabilizada como sanos en sus balances. Fruto de ello, el sector financiero ha tenido que provisionar otros 5.000 millones.

No todos los procesos de reestructuración de las deudas empresariales acaban teniendo éxito. Muchos de ellos culminan en impagos. Con especial incidencia en el sector de las manufacturas por tres motivos: la caída del consumo, el estallido de la burbuja inmobiliaria y el descenso, hasta casi la desaparición, de los presupuestos de obra pública. La tasa de mora del sector de la alimentación, bebidas y tabaco se sitúa actualmente en el 12,39% (2.541 millones, frente a 423 millones en 2008), mientras que el de la metalurgia y maquinaria alcanza el 20,32% (4.514 millones, frente a 721 millones en 2008).

Otros sectores, motivado por cambios legislativos, amenazan a los bancos con más esfuerzos en provisiones. Es el caso de la financiación destinada a proyectos relacionadas con las energías renovables. La nueva ley energética, que acabará con las elevadas retribuciones en primas a los inversores, especialmente en el sector fotovoltaico, apenas ha empezado a asomarse en la mora de los bancos. En menos de dos años, el número de dudosos actual en el sector de la producción y distribución de energía eléctrica, gas y agua asciende a 823 millones, una cifra pequeña en volumen en comparación con otros sectores, pero preocupante en su velocidad de expansión. Desde el primer trimestre de 2012 hasta julio de este año, su tasa de mora se ha duplicado (del 0,92% al 2,13%).

El sector energético es el que más ha crecido en porcentaje desde inicios de 2012. Su mora, sin la incidencia de la nueva reforma aprobada recientemente que castiga al mundo fotovoltaico, se ha duplicado hasta el 2,13%

La cifra amenaza con seguir al alza. Alrededor de 50.000 pequeños y medianos inversores, la mayoría rurales, se embarcaron en huertos solares y pidieron créditos que iban desde los 300.000 euros a los 600.000 para el desarrollo de un proyecto estándar medio de 100 kilovatios. Los inversores se apalancaban un 80% con créditos garantizados por la alta rentabilidad (se cobraban hasta 450 euros por MW producido) y la seguridad jurídica dada por el Estado. La repercusión que tendrá el recorte de primas de la ley Soria preocupa al Banco de España, que tiene monitorizada a la banca en este aspecto.

Según los datos de la Asociación Nacional de Productores de Energía Fotovoltaica (Anpier), se concedieron préstamos para proyectos fotovoltaicos por valor de 20.000 millones de euros, de los cuales un 60% los concedieron cinco entidades financieras. Serían 12.000 millones de euros los que BBVA, Caixabank, Caja Rural de Navarra, Cajamar y Santander concedieron a inversores en huertos y plantas solares.

El sector de las renovables se ha convertido en el último socio del mundo de la construcción e inmobiliario para engordar las tasas de mora de los bancos españoles. La curva no empezará a contenerse hasta 2014. En este diagnóstico coinciden Javier Marín, CEO del Santander, Ángel Cano, su homólogo en BBVA, y un documento interno de Analistas Financieros AFI al que ha tenido acceso este medio.

En septiembre, la mora en la gran banca ya ha comenzado a aflorar por encima de los dos dígitos en línea con la tasa de todo el sector (12,12%, según el dato de agosto del Banco de España. La semana pasada, Sabadell declaró un saldo de mora del 12,61% sin considerar los activos bajo la protección del EPA de Banco CAM. “La tasa del sector está por encima del 15%”, explicaba Jaime Guardiola, CEO del Sabadell, durante la presentación de resultados del tercer trimestre.

Caixabank, por su parte, ha aumentado casi tres puntos en nueve meses: del 8,63% a 31 de diciembre de 2012 al 11,40% de finales de septiembre. La entidad explica que este aumento se ve impactado por la reclasificación de créditos refinanciados y la reducción del saldo vivo de préstamos. “La morosidad de particulares (5,72%) continúa mostrando resistencia. La presión se mantiene en pymes al continuar la debilidad económica”, aseguran desde la entidad catalana. Su mora a empresas alcanza el 21,59%. Más contenida, pese a prácticamente duplicarse, aparece la mora del Santander. En España alcanza el 6,40% en septiembre, frente al 3,64% de un año antes. Idéntico camino recorre BBVA. Su saldo de morosos alcanza el 6,2% en los nueve primeros meses frente al 3,7% de un año antes. En ambos casos no se detalla la tasa de mora de sus divisiones inmobiliarias que pueden elevar el nivel de morosos de sus negocios en España cercano o por encima del 10%.

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