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Economía

El BCE cede competencias a Bruselas para poder ejercer de supervisor único en 2014

Mario Draghi, presidente del BCE.

El futuro de la supervisión bancaria única puede terminar de cocinarse la próxima semana en Bruselas. Al menos, esa es la intención de los responsables del Banco Central Europeo (BCE), la institución que ejercerá de supervisor único del 85% de la banca europea, que ha cedido competencias en las negociaciones con el Parlamento Europeo de las últimas semanas con el fin de poder poner en marcha el eurobanco en otoño de 2014.

La Eurocámara votará este martes el nuevo sistema de supervisión bancaria. El texto que irá a votación al pleno recoge el acuerdo entre el BCE y el Parlamento Europeo sobre la transparencia y rendición de cuentas del nuevo supervisor. Unas negociaciones que se iniciaron en marzo pasado cuando Bruselas llegó a un acuerdo con los Estados miembros sobre el nuevo sistema de supervisión bancaria. En estos encuentros la institución que preside Mario Draghi no solo tiene la obligación de ser más transparente con Bruselas sino que se ha visto obligado a ceder competencias frente a los políticos europeos y, en especial, frente a la Autoridad Bancaria Europea (EBA).

Así, Bruselas y el BCE han decidido que la Autoridad Bancaria Europea (EBA, en sus siglas en inglés) tenga nuevos poderes para realizar pruebas de resistencia y obtener información de bancos y supervisores nacionales. La EBA también recomendará prácticas convergentes a los supervisores nacionales e impulsará la diversidad del sector bancario en la UE.

Además, Bruselas ha exigido una mayor rendición de cuentas al BCE. Por ejemplo, el Parlamento Europeo tendrá que aprobar los nombramientos del presidente y del vicepresidente del órgano supervisor, así como su posible despido.

Precisamente, España volverá a contar con un puesto fijo en este consejo de supervisión, entre los ocho miembros que compondrán el máximo órgano de gobierno de la unión bancaria dentro del BCE, como adelantó este medio en julio pasado. Este consejo velará porque las tareas de política monetaria y supervisión bancaria del BCE permanezcan estrictamente separadas a fin de evitar posibles conflictos de intereses entre los objetivos de la política monetaria y las labores de supervisión.

Entre los ocho consejeros, se designará al presidente y vicepresidente. Habrá otros tres sillón de carácter fijo (uno de ellos asignado a España). Los otros tres consejeros tendrán carácter rotatorio por un año entre los países europeos más pequeños. Francia, Alemania o Italia también tendrán voz y voto permanente, según explican fuentes del sector.

Agilizar la puesta en marcha

Tras esta cesión de competencias, algunos consejeros del BCE ya han comenzado a pedir públicamente a Bruselas que agilice los tiempos para poner en marcha la supervisión única. A principios de esta semana, el representante alemán en el directorio del futuro supervisor único, Jörg Asmussen, lanzó el mensaje de que la institución está preparada para iniciar estos nuevos trabajos en otoño de 2014.

“Si el Parlamento Europeo aprueba la semana próxima el borrador de ley para el supervisor bancario común, podríamos comenzar dentro de un año, en otoño de 2014″, indicó Asmussen. En este sentido, el consejero alemán explicó que, cuando el proceso legislativo se haya completado, la institución comenzará a reclutar a los expertos y gestores necesarios, que cifró en torno a un millar de empleados, de los que unos 700 estarían directamente implicados de la supervisión bancaria de unos 130 bancos con activos equivalentes al 85% del total de la eurozona.

Todo el sistema financiero español quedará incluido baja el parapeto de la nueva supervisión única.

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