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Economía

Sacyr estudia cómo evitar la penalización de 100 M. que exigiría Globalvía por Itínere

Pelea en todo lo alto por el control de Itínere

Sacyr estudia minuciosamente la mejor salida a la encrucijada en la que se ha encontrado a raíz del proceso de venta de la participación que aún mantiene en la concesionaria de infraestructuras Itínere. El hecho de que Corsair, primer accionista de Itínere, haya anunciado el ejercicio de su opción de compra preferencial sobre las acciones que aún son propiedad de Sacyr expone a la compañía a una penalización de 100 millones de euros por romper unilateralmente el contrato de venta de este activo a Globalvía, firmado a finales de julio, lo que reduciría a la mitad los ingresos que obtendría por el 15% que aún conserva en Itínere.

Aquel acuerdo de venta a Globalvía incluía también las participaciones de Abanca y Kutxabank, lo que otorgaría a la antigua concesionaria de FCC y Caja Madrid el control de algo más de un 55% del capital de Itínere. Pero Sacyr es la única de las tres que tiene encima de la mesa la intención de Corsair de comprarle la participación por lo que tendría que asumir en solitario la penalización al ser la única que rompería el compromiso con Globalvía.

La otra alternativa sería respetar este contrato, aunque esta opción también sería problemática para la compañía que preside Manuel Manrique, ya que Corsair podría reclamar que, toda vez que ha igualado la propuesta económica de Globalvía, las acciones de Itínere en poder de Sacyr tienen necesariamente que ir a parar a su cartera.

En la tarde del lunes, justo cuando vencía el plazo de 45 días de que disponía Corsair para ejercer su derecho de tanteo, la entidad remitió una comunicación a Sacyr en la que manifestaba su intención de hacerlo. A partir de entonces, se abre un plazo de 15 días para que Sacyr se pronuncie al respecto. Un plazo que el grupo constructor empleará para apurar sus opciones de salir del atolladero de la mejor manera posible.

La vía de los tribunales

Eso sí, no será fácil. Fuentes próximas a Globalvída sostienen que el incumplimiento del contrato les otorga el derecho a reclamar la citada indemnización de 100 millones de euros. Mientras, Sacyr analiza minuciosamente el contrato en busca de una posible escapatoria. Independientemente del camino que finalmente tome, la compañía recibiría la misma cantidad por su participación en Itínere (203 millones de euros), con lo que una posible ruptura unilateral del contrato con Globalvía no acarrearía un beneficio adicional para Sacyr.

La situación se complicará para la constructora si no existe algún tipo de escapatoria. Y, al mismo tiempo, para la operación, que podría acabar camino de los tribunales, en los que, de alguna manera, ya se encuentra. En paralelo al proceso de venta, la Corte de Arbitraje de Madrid dirime sobre el bloqueo de las participaciones ejercido por Corsair, que ostenta cerca de un 38% del capital de Itínere. Una circunstancia que, según las fuentes consultadas, no afecta al proceso.

En cualquier caso, si Sacyr optara finalmente por vender a Corsair, Globalvía no compraría las participaciones de Abanca y Kutxbank, con las que alcanzaría una participación aproximada del 40% en Itínere, insuficiente frente al 59% que tendría Corsair.

Por el momento, Sacyr insiste que no ha firmado ningún tipo de acuerdo con el fondo y que estudia la solución más adecuada a este problema. El grupo controlaba el 100% de Itínere hasta 2009 cuando, como consecuencia de los efectos de la crisis, se vio obligado a vender la mayoría a fondos controlados por Citi.

Por entonces, tan sólo conservó un 15% con la intención de venderlo posteriormente. Desde entonces, todos los intentos han sido en vano, especialmente por la falta de ofertas firmes. Ahora se topa con la situación contraria y, por lo que parece, no menos problemática.

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