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Economía

El Fondo de Rescate podría inyectar dinero en la banca española en julio

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, propondrán a los países miembros que se puedan inyectar recursos directamente en la banca sin condiciones y sin tener que cambiar los tratados, según fuentes de la UE. De este modo, el fondo de rescate permanente podría contribuir si fuese necesario a la recapitalización de las entidades españolas en cuanto entre en vigor el 1 de julio. Justo lo que podría alejar las dudas sobre cómo España va a conseguir el dinero para apuntalar su sistema financiero y, por lo tanto, rebajar la prima de riesgo.

Fuentes comunitarias explican que si se lee con detenimiento el texto del tratado sobre el Mecanismo Europeo de Estabilidad, éste abre la puerta a que los directivos del fondo puedan acordar arreglos especiales con los Gobiernos o, incluso, crear nuevos instrumentos, tal y como los que se han dispuesto para rescatar los bancos de Grecia y Portugal. Por supuesto, todo ello tendría que contar luego con la aprobación unánime de los parlamentos nacionales.

Pero el simple hecho de que se anuncie este colchón para la banca española podría reducir el coste de nuestra financiación en los mercados y, en el mejor de los casos, permitir al Ejecutivo de Rajoy recabar los recursos poco a poco por sí mismo.

De hecho, el vicepresidente económico de la Comisión, Olli Rehn, compareció este lunes con el ministro de Economía francés, Pierre Moscovici. Juntos afirmaron que se podrían cambiar las normas de modo que el flotador europeo pueda prestar a la banca sin que ello conlleve una intervención de los Estados. Y esto fue enseguida celebrado con subidas en la bolsa española de un 3 por ciento y caídas en la prima de riesgo hasta los 520 puntos.

Al rato, Merkel declaraba que a medio plazo se podría implementar una supervisión bancaria común. Las declaraciones de Rajoy el sábado mostrándose por primera vez dispuesto a las cesiones de soberanía se consideran fundamentales para este nuevo giro en Europa. Fuentes del Ministerio de Economía confirman que el Gobierno ha estado negociando esta posibilidad durante los últimos días. Ayer, el español Amadeo Altafaj, quien acaba de ser nombrado segundo de Olli Rehn, visitaba la Moncloa.    

Apoyados por Mario Draghi, Barroso y Van Rompuy van a presentar un plan con dos patas, una pensada para el corto plazo y otra diseñada con vistas al largo. La primera parte incluiría la propuesta de emplear el mecanismo de estabilización con el fin de ayudar a las entidades financieras. Las iniciativas de cara al futuro comprenderían la autoridad bancaria única, el fondo de garantía de depósitos paneuropeo y el fondo de recapitalización de entidades. Semejantes medidas evitarían que un euro se pueda considerar más valioso en un país que en otro y, por tanto, disiparían un horizonte de fugas de impositores de los bancos, fenómeno que ha ocurrido en Grecia y que se temía en España.  

El mismo Barroso sostuvo ayer en presencia de Merkel que se precisan combinar las actuaciones a corto con las de medio plazo. A lo que la canciller apostilló que representan dos caras de una misma moneda.  

Las autoridades europeas discutirán estas medidas tanto en la cumbre de Roma del 22 de junio como en el Consejo Europeo del 29 y 30. El comisario de Mercado Interior, Michel Barnier, presentará un primer borrador mañana miércoles. Y la autoridad bancaria europea (EBA por sus siglas en inglés) también emitirá su opinión durante la semana.

EL FMI publicará el próximo lunes sus conclusiones sobre la banca española. Y las auditorías externas de los bancos españoles se conocerán en torno a la segunda quincena de junio. Éstas pueden arrojar unas necesidades de capital para los bancos españoles entre los 40.000 y los 100.000 millones, según las distintas estimaciones de los analistas. Se calcula que el Mecanismo Europeo de Estabilización podrá movilizar hasta 800.000 millones en los mercados.

Con esta inyección sólo para los bancos, se eludiría una intervención a la griega de España. Un rescate de ese tipo ahuyenta la inversión, por lo que forzaría a la UE a garantizar todos los vencimientos de deuda españoles de los próximos años y no habría dinero suficiente, máxime si después cae Italia. 

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