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Economía

La Comisión Europea sobre la reforma fiscal: "Una oportunidad desaprovechada"

Cristobal Montoro

La Comisión Europea ha calificado la reforma fiscal de Montoro de “oportunidad desaprovechada” y de poco ambiciosa, tal y como se puede comprobar en el dictamen que han elaborado en detalle los técnicos de Bruselas sobre los Presupuestos del Reino de España.

“La reforma fiscal se centra en el recorte de los impuestos sobre la renta de las persona físicas y de sociedades, por lo que carece de la amplitud o la ambición que podría haber tenido. Se trata, en parte, de una oportunidad desaprovechada para simplificar considerablemente y subsanar las deficiencias del sistema tributario y para reducir de manera sostenible la fiscalidad que recae sobre el trabajo, desplazando la presión fiscal hacia los impuestos indirectos (que gravan el consumo o el deterioro medioambiental) o los impuestos recurrentes sobre los bienes inmuebles”.

Es decir, la Comisión sigue insistiendo en que se reduzcan las cotizaciones para penalizar menos el empleo, lo que a su vez se compensaría con más impuestos verdes, más IBI y menos desgravaciones. Y si bien reconoce que al bajar IRPF también puede haber un efecto positivo en la renta disponible y por lo tanto en el consumo y en el empleo, considera que “el impacto de la reforma podría haber sido mayor de haberse centrado más en la disminución de los costes de la mano de obra mediante la reducción de las cotizaciones sociales”.

En un contexto de competencia global por los puestos de trabajo, la Comisión presiona para que se recorte la carga fiscal sobre el empleo y se desplace hacia el consumo y, por ende, hacia las importaciones. De este modo se restablece la competitividad necesaria para generar saldos positivos con el exterior e ir, poco a poco, reduciendo nuestra descomunal deuda externa, la cual nos coloca en una situación muy delicada en cualquier momento en el que retorne la inestabilidad a los mercados.

En reiteradas ocasiones a lo largo del documento, los técnicos de la Comisión señalan que la reforma fiscal tendrá incidencia sobre los ingresos y por lo tanto podría hacer que el saneamiento presupuestario resulte más difícil. Este factor combinado con la desviación presupuestaria de las Comunidades dificultará que se cumpla con el objetivo de déficit comprometido en 2015. No en vano, la Comisión prevé que España cerrará el 2015 con un desfase del 4,6 por ciento, cuatro décimas por encima de la meta del 4,2 fijada por Europa, lo que en algún momento obligará al Gobierno de Rajoy a tomar medidas adicionales, tal y como adelantó Vozpópuli.

El comisario Pierre Moscovici insistió este martes en que España no había hecho lo suficiente y, por consiguiente, debe aprobar nuevos ajustes el año que viene

El año pasado la Comisión ya nos advirtió en noviembre de una desviación de sólo dos décimas, y a continuación en el Consejo Europeo de diciembre se le impuso a España un ajuste por valor de unos 2.500 millones de euros que luego se tradujo en una subida sorpresa de las cotizaciones el día antes de Navidad. ¿Qué ocurrirá esta vez? Por el momento, Francia e Italia han conseguido que no se adopte ninguna decisión hasta el Consejo Europeo de marzo en lugar del de diciembre. La idea es esperar y ver si la economía y la consolidación presupuestaria mejoran sobre lo previsto, de forma que los ajustes exigidos puedan ser menores. Incluso cabe la remota posibilidad de que se relajen un poco los objetivos.

No obstante, se antoja bastante más difícil que se pueda ser más flexible con el objetivo de España en tanto en cuanto esté creciendo a ritmos superiores al 1 por ciento. “La relajaciones del déficit se han aplicado cuando la economía se contraía. Sin embargo, ahora que España crece tendrá que rebajar el agujero presupuestario, máxime cuando además todavía tiene tanto que reducir”, sostiene una fuente conocedora de los entresijos de Bruselas.

Y en esa misma idea abundó el comisario de Economía, Pierre Moscovici, quien insistió este martes en que España no había hecho lo suficiente y, por consiguiente, debe aprobar nuevos ajustes el año que viene.

Así las cosas, muy seguramente a España se le exigirá otro esfuerzo añadido respecto a las cuentas públicas. ¿Y en qué pone el foco la Comisión? Pues, como ya hemos apuntando, en la pérdida de ingresos derivada de la reforma fiscal y en las Comunidades Autónomas.   

A pesar del deterioro visible de las finanzas públicas de las Autonomías a lo largo de 2014, hasta finales de octubre no se había aplicado ninguna de las medidas preventivas previstas en la Ley de Estabilidad española en las Comunidades con riesgo de incumplimiento. Además, en comparación con el año pasado, la adopción de medidas correctoras avanza a un ritmo mucho más lento, y sólo se ha aprobado uno de los seis planes económicos y financieros autonómicos. Por lo que respecta a los presupuestos autonómicos, las desviaciones respecto del resultado previsto proseguirán hasta 2015, por lo que resultará difícil alcanzar un objetivo de déficit aún más exigente”, recoge el informe confeccionado por la Comisión.

Es más, la Comisión recuerda que siguiendo una recomendación europea el Gobierno español constituyó un grupo de trabajo para estudiar la reducción de gasto en las autonomías. Sin embargo, según resalta el documento del Ejecutivo europeo, pese a haber identificado algunas medidas, todavía no se ha acordado la adopción de ninguna. Y eso que más de dos tercios del ajuste del déficit en 2015 se corresponden con el lado del gasto, sobre todo en ayuntamientos y comunidades. De lo que a todas luces se puede inferir que después de las elecciones autonómicas de mayo habrá que abordar un nuevo ajuste en las regiones.

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