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Economía

Pelea entre Hacienda y Funcas por las cifras de la reforma fiscal: ¿llegará la rebaja al cien por cien de contribuyentes?

Después de tirar siempre de los estudios de Funcas para rebatir las medidas fiscales que adoptó Zapatero, Montoro y compañía se revuelven contra el think tank en cuanto no les gusta lo que oyen. Y lamentablemente lo hacen sin dar datos.

La principal obsesión del Ministerio de Hacienda en los últimos días ha consistido en refutar los números ofrecidos por Funcas respecto al alcance de la reforma fiscal. El think tank de las cajas de ahorros pasó por su base de datos los principales parámetros de la reforma y concluyó que en 2015 un 30 por ciento se quedaría igual y no obtendría apenas beneficios del recorte de impuestos.

Incluso después de presentar una rebaja fiscal valorada en unos 6.000 millones de euros sólo en 2015, la letra pequeña de la reforma de Hacienda incluía un listado de subidas encubiertas que sembraba algunas dudas sobre cuánto se iban a bajar en verdad los impuestos. Ante la ausencia de una memoria económica o de una explicación detallada de los números, no es de extrañar que al fin y al cabo los ciudadanos hayan desarrollado un cierto escepticismo, en especial tras sufrir alzas fiscales un año sí y otro también.

Y entonces apareció Funcas con unos datos que confirmaban la intuición de que habría contribuyentes que se quedarían igual. Una afirmación que hizo mucha pupa en el Gobierno. Cuestionado en su medida estrella de cara a las próximas elecciones generales, el Ejecutivo tuvo que salir en tromba a desmentir los cálculos de Funcas. Hasta el mismísimo Rajoy salió al paso del estudio asegurando que el cien por cien de los contribuyentes se beneficiaría de la rebaja de impuestos.

Hacienda argumentó que la base de datos de Funcas no llega al millón de declarantes y que los datos son demasiado antiguos porque corresponden al 2003, aunque hayan sido actualizados contemplando la evolución de la economía y, sobre todo, de la inflación. Así que, con la intención de rebatir a Funcas, el Ministerio ha publicado recientemente un gráfico en el que básicamente se sostiene que en 2016 todas las rentas brutas por debajo de 120.000 euros pagarían menos que en 2011 (ver la tabla de Hacienda). Nada de explicar el detalle de lo que pasará en 2015, año en el que ponía el foco Funcas.

¿Y por qué las diferencias? 

En principio, que el 30 por ciento de los contribuyentes siga igual quizás parezca mucho. Pero lo de sostener que el cien por cien se va a beneficiar también se antoja excesivo. Y les ponemos un caso: un perdedor de la reforma sería alguien al que despiden ganando más de 2.000 euros, cobra dividendos por valor de 1.500 euros y encima vende su casa y ha de desembolsar, por ejemplo, unos 12.000 euros de impuestos más por haberse eliminado los coeficientes que corregían la plusvalía del efecto de la inflación.

O si el declarante es propietario de una vivienda y la alquila a un joven de menos de 35 años, entonces tendrá que tributar por una parte de la renta obtenida que ahora está exenta. Tampoco nos olvidemos del caso de una renta alta a la que se limita la aportación al plan de pensiones que ahora se puede deducir. Por no hablar de la limitación aplicada a los gastos deducibles de los autónomos. Y de todo esto Hacienda no ha ofrecido ni un sólo dato. No ha publicado ni uno solo de los impactos que pueden tener estas alzas sobre las cuentas del Estado.

Y con todo, la principal explicación de las diferencias entre las conclusiones de unos y otros radica en que Funcas tiene en cuenta las bases liquidables y muchos contribuyentes que ya no pagan y que por lo tanto se quedan igual (ver las tablas de Funcas). Entre los cero y los 9.740 euros se concentra la mayor parte de los que permanecen igual que antes según Funcas. Es decir, hay muchos que seguirán abonando lo mismo porque sencillamente no pagan. Ni más ni menos que unos 5 millones de contribuyentes situados por debajo de los 12.000 euros tendrán en 2015 la misma factura fiscal de acuerdo con los cálculos de Funcas.

Y sorprendentemente los datos se antojan bastante parecidos si se examinan los guarismos de Hacienda, una vez se tiene en cuenta que emplea rentas brutas sin deducciones. En su tabla de rentas brutas se puede comprobar perfectamente cómo unos siete millones de contribuyentes se colocan por debajo de los 12.000 euros y no se verán afectados por la rebaja sencillamente porque ya no pagan. O dicho de otro modo, le dan la razón a Funcas. En definitiva, de ambas proyecciones se desprende lo mismo, ya sean rentas liquidables o brutas: que el grueso de las rentas declaradas es muy bajo y que, por lo tanto, puede inferirse un nivel de elusión bastante alto.

¿Un tajo pequeño al IRPF?

Aunque en términos medios hay una rebaja generalizada, otra cosa distinta es la intensidad del recorte. Al principio se hablaba de concentrarla en los tramos de renta bajos y en 12 millones de personas. Pero al extenderla a todos y cada uno de los contribuyentes, el coste se dispara y se ha tenido que diluir mucho, tal y como puede comprobarse en la tabla a continuación.

Y por Comunidades este efecto puede diluirse todavía más, pues hay Autonomías como Andalucía o Cataluña que no tienen intención de rebajar su mitad del impuesto y en consecuencia el recorte se dejará a medias respecto a las cifras arriba ofrecidas.

Funcas también coincide con Hacienda en el coste de la reforma, unos 5.411 millones en 2015 frente a los 6.000 millones esgrimidos por Hacienda. ¿Y cómo se repartirá por tramos de renta ese coste? Según Funcas el 27 por ciento se lo llevan las rentas por encima de los 42.000 euros, con 1.480 millones del coste. Las rentas entre 12.000 y 17.000 euros suman el 28 por ciento del coste de la reforma. Y entre los 17.772 y los 42.521 euros acaparan prácticamente el 40 por ciento con unos 2.000 millones de euros.

Así que, analizados los datos, las diferencias no parecen tan grandes. Tan sólo ocurre que Funcas hace un esfuerzo por brindar datos, mientras que Hacienda simplemente rehúye el debate. 

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