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Economía

Solbes responsabiliza a Zapatero y a Salgado de haber colocado a España al borde del rescate

Zapatero era más expansivo y yo más restrictivo en el gasto”. Esta es otra de las frases con la que Pedro Solbes ha resumido la diferencia de enfoque sobre política económica que le separaba del expresidente socialista. Cuatro meses antes de abandonar el Gobierno, le entregó a Zapatero un informe en el que proponía la supresión del famoso cheque-bebé, de la deducción de los 400 euros en el IRPF y otras medidas que luego el expresidente tuvo que tomar con el agua al cuello, cuando en mayo de 2010 recibió una carta del Banco Central Europeo en la que le ponía deberes ineludibles. Solbes ha dicho esta mañana que si Zapatero hubiera adoptado estas decisiones un año antes, España no hubiera tenido que afrontar la crisis de deuda en las condiciones tan penosas como lo hizo, situándose al borde del abismo que vivieron otros países como Grecia, Irlanda o Portugal.

Solbes asegura que Zapatero no reaccionó frente a la crisis hasta que en mayo de 2010 el BCE le impuso sus deberes

Solbes cita en su libro una información de El País donde se interpretó así su relevo por Elena Salgado: “Es un perfil serio y riguroso, como Solbes, pero sabe que ahora toca más gasto público y no poner pegas”. El exvicepresidente ha hecho suya este martes esta lectura sobre su cese en abril de 2010. Si el expresidente le hubiera hecho a él, ha insistido, España no hubiera estado colocada al borde del rescate. Pero eligió a alguien como Salgado, que le iba a decir sí a todo.

El libro de Solbes – Recuerdos. 40 años de servicio público – es una especie de lavado de imagen en la que el exvicepresidente económico, hoy sentado en el Consejo de varias multinacionales, intenta demostrar que siempre ha sido un servidor público, un funcionario al servicio del Estado al que, sin embargo, no le importó estar durante cinco años dentro de un Consejo de Ministros en el que el presidente no comulgaba con muchos de sus criterios de política económica. Es lo que él mismo ha definido este martes como el ‘modelo Palme’. En una ocasión, el expresidente Felipe González le comentó que este modelo consistía en que el jefe del Ejecutivo apoyaba siempre a su ministro de Economía, salvo en contadas ocasiones para demostrar quien mandaba. Solbes ha dicho que esto le funcionó con González, pero no con Zapatero, pues éste asumió desde el principio un papel de “árbitro”, dejándole dentro del Gabinete como un ministro más y, en ocasiones, a voluntad de lo que se decidiera desde la Oficina Económica que entonces dirigía Miguel Sebastián.

El ex vicepresidente económico afirma que Zapatero ejerció de árbitro entre él y el resto de los ministros, en contra de lo que en el pasado hizo Felipe González

¿Por qué no dejó antes el Gobierno si tan grandes eran sus discrepancias con Zapatero? Pues Solbes ha respondido que por responsabilidad, ya que en Washington, donde asistió a una reunión del Fondo Monetario Internacional, percibió que el ambiente era preocupante y se atisbaban serias tensiones en el ámbito financiero. “Marcharme podría haber sido mal percibido”, ha recordado, “intenté no crear mayor preocupación de la necesaria”.

De cualquier modo, a Solbes no le ha quedado más remedio que entonar el mea culpa en algunos aspectos de su gestión al frente de Economía. Ha reconocido que no supo acabar con la burbuja inmobiliaria, que no acertó a atajar el endeudamiento del sector privado y que tampoco percibió a tiempo la gravedad de la recesión que se echaba encima de España. “No evito mi responsabilidad en la crisis”, ha reconocido.

"Es una pena que Manuel Pizarro no se quedara en política porque hubiera hecho cosas importantes", asegura Solbes

Para la curiosidad, contar que mantiene una buena relación con el exdiputado del PP Manuel Pizarro y, además, le aprecia. “Siempre le he considerado, tenemos buena relación, es una pena que no se quedara en política porque hubiera hecho cosas importantes”. En el recuerdo queda el debate televisivo que ambos mantuvieron en febrero de 2008, en el que el ex vicepresidente económico todavía llamaba a la crisis “desaceleración”. Fue, a su juicio, "un debate de guante blanco".

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