España, el país desarrollado que más ha subido sus impuestos en los últimos 30 años según la OCDE

La recaudación fiscal baja pero los impuestos siguen subiendo. Ésa es la realidad española donde las estadísticas sugieren que la presión fiscal es menor sólo porque la recaudación es menor pero tras las que se esconde una subida de impuestos que no ha cesado a lo largo de todos los gobiernos de la democracia. De hecho, España es el país del club de los desarrollados en el que más han subido los impuestos en los últimos 35 años, según los datos de la OCDE.

La presión fiscal tocó pico en el año 2006 y aunque ese año comenzó una rebaja que se ha mantenido hasta el año 2011, los repuntes del IVA, IRPF y otras tasas aprobados por el nuevo Ejecutivo han vuelto a hacer repuntar la carga tributaria sobre los ciudadanos, colocando a España de nuevo a la cabeza del ranking de subidas de impuestos, según fuentes del organismo. La subida es de tal magnitud que la presión fiscal ha saltado de niveles del 18,4% en 1975 a tasas que duplican exactamente ese nivel y superan el 32% a día de hoy.

Sin embargo, la presión fiscal se mide técnicamente como el volumen de los impuestos sobre el PIB. Eso hace que la menor actividad arroje la ilusión óptica de que está bajando la carga tributaria pese a que se han encarecido las tasas del IVA, del IRPF y de otros impuestos. En 1996, con la llegada de José María Aznar al poder, el entonces ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, aseguró que el Ejecutivo recaudaría 5,5 billones de pesetas más si España alcanzase la tasa impositiva media de la UE (entonces en el 41%). Con las actuales subidas, la recaudación no sólo no ha aumentado sino que está disminuyendo.  

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España cobra más a sus ciudadanos que otros socios europeos

Países que han vivido desarrollos similares como Italia, Grecia o Portugal se colocan por detrás del aumento de la presión fiscal. De hecho, la subida de impuestos de países como Turquía o Corea ha sido un 5% inferior a la española pese a que esos países mantienen tasas de crecimiento todavía superiores a las de nuestra economía.

Tras esa caída de la recaudación puede estar escondiéndose un fenómeno de sumergimiento de la economía. Muchas transacciones pasan a facturarse sin IVA o como parte de la economía sumergida a raíz de la mayor presión fiscal.