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Economía

Montoro incumple el límite de gasto previsto en la Ley de Estabilidad

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.

La Administración central incumplió en 2014 la regla de gasto contemplada en la Ley de Estabilidad Financiera. En principio, las Administraciones Públicas están sujetas a una senda de corrección del déficit comprometida con Bruselas. Pero una vez se cumple con ésta al reducir el déficit por debajo del 3% del PIB, la norma que se aplica es más laxa y se conoce como la regla de gasto. Ésta prevé que los desembolsos no puedan aumentar por encima de una tasa de crecimiento a medio plazo de la economía española calculada por el Ministerio de Economía. Además, se tendrán en cuenta los cambios tributarios que causen un impacto sobre la recaudación. Básicamente, la intención de esta norma consiste en que no se puedan acumular de nuevo desequilibrios presupuestarios. Pues bien, si el año pasado la tasa fijada ascendió al 1,5%, el gasto computable del Estado central para la regla de gasto creció en cambio al 2,2% para situarse en los 98.627 millones de euros, 7 décimas por encima.

El Ministerio que encabeza Cristóbal Montoro explica que la devolución del céntimo sanitario hipotecó todo, lastrando las cuentas en un total de 1.950 millones de euros. De no haber tenido que reintegrar ese impuesto sobre los hidrocarburos por una sentencia comunitaria, el aumento de los desembolsos computables para la regla de gasto se habría situado en el 0,2 por ciento, muy por debajo de la ratio de crecimiento.

No obstante, el problema es que este año tiene todos los visos de repetirse el incumplimiento. De acuerdo con los cálculos de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), el Estado central va a vulnerar otra vez la regla de gasto a pesar de la situación todavía deficitaria de las cuentas públicas. En 2015, la tasa de referencia se cifra en el 1,3%, lo cual permitiría un incremento del gasto por valor de unos 1.300 millones de euros a los que se añaden los 1.950 millones de la devolución del céntimo sanitario, un desembolso en el que no se incurrirá en este ejercicio.

Es decir, en total Hacienda contaría con un margen de 3.250 millones de euros. Sin embargo, el organismo presidido por José María Escrivá también contempla en sus estimaciones el impacto de la rebaja de impuestos, que asciende a los 4.570 millones de euros incluyendo el adelanto del recorte del IRPF. La rebaja tributaria merma la estructura de ingresos y gastos, y eso significa que para alcanzar el objetivo de la regla de gasto los desembolsos deberían descender en unos 1.300 millones en 2015, hecho que según la Autoridad Fiscal no se aprecia en los datos de ejecución presupuestaria publicados hasta la fecha. Al estar creciendo la economía en torno a un 3%, existe la tentación de permitirse alegrías como la rebaja tributaria.  

Para estimar si se cumple o no con la regla de gasto, la legislación excluye del cálculo varios capítulos por considerarlos ligados al ciclo económico y/o no controlables: los intereses de la deuda, las prestaciones por desempleo, las transferencias de la UE y las transferencias a las Comunidades y Entidades Locales. Si se restan todas esas rúbricas, el Estado central fundamentalmente se queda con los salarios de los empleados públicos, Defensa, Interior, subsidios, inversión en infraestructuras e I+D o becas. 

El incumplimiento de la regla de gasto implica que la corrección del déficit está descansando sobre factores cíclicos o coyunturales. Nada de meter mano a partidas estructurales o permanentes y que por lo tanto no tienen que ver con la marcha de la economía. Es más, al haber bajado impuestos de manera permanente, se está erosionando aún más si cabe el ajuste estructural que opera con independencia del ciclo.

Si bien el conjunto de las Comunidades se ciñó a la regla de gasto al disminuir sus desembolsos un 0,5% en 2014, cuatro Autonomías se la saltaron elevando el gasto computable: Extremadura con un alza del 5,1%, País Vasco con un 3,3%, Baleares con un 2,1% y Cataluña con un 1,7%. Todas por encima del 1,5% aprobado como media de crecimiento. Y la evolución de los gastos computables indica que este año incluso podría generalizarse el incumplimiento de la norma. No en vano, la Airef observa que estos gastos computables están creciendo hasta abril en torno al 3,2% frente al 1,3 establecido como tope. Y ello a pesar de que las CCAA no han adoptado en principio medidas que entrañen un incremento de los compromisos presupuestarios. La Airef explica además que el año pasado en las mismas fechas esas partidas no estaban repuntando.

En cuanto a los municipios, éstos se están ajustando a la regla del gasto tras haber registrado una disminución del 1,8% del presupuesto computable en 2014, en parte porque tienen la obligación de generar más superávit con el fin de reducir su deuda siempre que ésta supere el cien por cien de sus ingresos recurrentes. De esmerarse este año con la regla de gasto, muchos ayuntamientos pueden elevar su superávit: como la economía está creciendo bastante más que la tasa de referencia, entonces el gasto aumentaría menos de lo que engordan los ingresos y, en consecuencia, aumentarían todavía más los excedentes presupuestarios.

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