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Economía

Carmena retrasa los trámites para la reforma de Gran Vía en plena batalla con Montoro

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena

La reforma de la Gran Vía, uno de los proyectos más emblemáticos del Ayuntamiento de Madrid, sufrirá algunos retrasos a la hora de dar comienzo las obras. El Consistorio ha decidido prolongar el plazo de presentación de ofertas para el contrato de obras de remodelación de una de las principales arterias de la capital, que supondrán su cierre al tráfico de vehículos particulares.

La medida de la corporación municipal que preside Manuela Carmena, que adjudicará el contrato ya en 2018, llega precisamente en medio de la polémica con el Ministerio de Hacienda, después de que éste decretara la tutela semanal de las cuentas públicas del Ayuntamiento tras el rechazo de tres planes económico-financieros al entender que no cumplía con la regla de gasto.

La medida del departamento que dirige el ministro Cristóbal Montoro podría provocar que el Ayuntamiento tuviera que renunciar a algunos de sus proyectos aunque, por el momento, el de la reforma de la Gran Vía no corre peligro. Sin embargo, sí resulta posible que, a cuenta de la batalla con Hacienda, determinados planes tengan que postergarse.

De esta forma, las ofertas para remodelar la Gran Vía no se abrirán hasta el próximo 29 de diciembre, con lo que el inicio de las obras, previsto para el próximo mes de febrero, podría retrasarse. El objetivo marcado por el Ayuntamiento de que a mediados del próximo ejercicio la peatonalización total de la Gran Vía sea ya una realidad también podría verse afectado por la medida.

Objetivo, el próximo verano

Durante la última reunión de la comisión del área de Desarrollo Urbano Sostenible, su delegado, José Manuel Calvo, fijó el mes de febrero como fecha para el inicio de los trabajos. Por entonces, Hacienda aún estaba estudiando el último plan económico-financiero remitido por el Ayuntamiento de Madrid, por lo que las cuentas del Consistorio aún no se encontraban intervenidas de facto.

Aunque se trata de uno de los proyectos más emblemáticos del Ayuntamiento en materia de Urbanismo, no se trata ni mucho menos de los más caros. El presupuesto del contrato se eleva a 9,3 millones de euros. El plan consiste en la ampliación de las aceras a ambos lados de la calle y la reducción del espacio destinado a la circulación a un carril, que estará destinado al transporte público, los vehículos privados de los residentes y los del transporte.

Otro de los efectos en el retraso de las obras será su coincidencia con las de la remodelación de la Plaza de España, previstas para abril, según confirmó el propio delegado de Desarrollo Urbano Sostenible en la citada comisión.  La confluencia de ambos trabajos generará previsiblemente una serie de problemas circulatorios, de los que ya han alertado tanto los partidos de la oposición como los comerciantes de la zona, que aún luchan por revocar la decisión del Ayuntamiento de acometer la reforma de la Gran Vía.

Como ya sucediera el pasado año, la Gran Vía se cerrará provisionalmente al tráfico durante las fiestas navideñas, en lo que será un ensayo general de lo que finalmente sucederá con la centenaria calle.

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