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Economía

El relevo en el Banco de España dispara las conspiraciones en el Gobierno y en el PSOE

Rajoy se dirige a los medios de comunicación

El presidente del Gobierno ha dispuesto de casi seis meses para señalar al nuevo gobernador del supervisor, pero su costumbre de retrasar decisiones importantes hasta el último minuto ha vuelto a prevalecer en el caso del Banco de España. Este laissez faire, laissez passer, ha multiplicado los movimientos internos dentro del PP y del PSOE para tratar de influir en algo que puede ser considerado como una especie de arbitraje por parte de Mariano Rajoy.

El ministro Luis de Guindos comparecerá mañana jueves en el Congreso para desvelar la quiniela una vez que Rajoy diga la última palabra. Ayer por la mañana todavía no había trasladado al PSOE el nombre del sustituto de MAFO y eso llevó a los socialistas a mantener también la indecisión sobre el nombre que propondrán como subgobernador.

En el Gobierno están a la espera de que Rajoy diga la última palabra

Casi seis meses después de que el actual Gobierno supiera que le tocaba elegir al sucesor de Miguel Ángel Fernández Ordóñez con fecha fija tras el triunfo electoral del 20-N, y a solo 48 horas de que su nombre tenga que ser defendido en el Congreso por Guindos, en el PP se siguen haciendo cábalas. Se sabe que Rajoy ha considerado colocar en el sillón de gobernador a su amigo Fernando Becker, que a Guindos le gustaría que fuera ocupado por Luis Linde y que en la maquinaria interna del Banco Central Europeo, y no necesariamente por influencia de Mario Draghi, suenan mejor las opciones de José Manuel González Páramo y Antonio Sáenz de Vicuña.

Dentro del Gobierno las simpatías van por barrios. Hay quien opina que nombrar gobernador a González Páramo sería tanto como premiar a un ex alto funcionario del BCE que no supo corresponder al aprecio del que en su día gozó dentro del PP. En esta formación política no ha pasado desapercibida la tarea de lobby protagonizada por Páramo en las últimas semanas para vender su candidatura. Otro sector del partido advierte que la elección de Linde serviría para aumentar la influencia del ministro de Economía dentro del Gabinete rompiendo los actuales equilibrios internos. Por último, hay quien piensa que Becker no está preparado en estos momentos para afrontar el desafío que representa la necesidad de tener hilo directo con los altos funcionarios europeos que pueden posibilitar la inyección directa de dinero a la banca española. Todos tienen sus detractores y sus defensores, una situación que hubiera podido evitarse si el presidente del Gobierno hubiera señalado con tiempo al sucesor de MAFO, se comenta en el PP.

En el PP se opina que González Páramo ha hecho una buena tarea de lobby vendiendo su candidatura

Según las afinidades internas, los preferidos del PSOE para el cargo de subgobernador son Vicente Salas, que volverá al Consejo del supervisor para cubrir la vacante de Ana Sánchez Trujillo, el ex secretario de Estado de Economía José Manuel Campa, la ex directora general del Tesoro Soledad Núñez y su marido, el ex director de la Oficina Económica de Moncloa Javier Vallés. Para no atarse las manos, el PSOE ha convencido a Guindos de que el subgobernador pueda salir elegido sin haber estado previamente sentado en los órganos de gobierno del Banco de España.

Los defensores de Salas recuerdan que guarda en su cabeza las principales claves de la reforma financiera, teniendo en cuenta que estuvo hasta hace quince días en el Consejo del Banco de España, desde donde colaboró con los socialistas más que MAFO. Las simpatías internas hacia Soledad Núñez, Javier Vallés y Campa están muy repartidas en el equipo que ahora rodea a Alfredo Pérez Rubalcaba, donde cada uno tiene sus fans.

Lo que sí hay en la dirección del PSOE es una clara predilección hacia González Páramo para el puesto de gobernador. Se opina de él que es independiente y que está bien conectado con Bruselas y Frankfurt. Los socialistas tienen en contra de Linde que, debido a su edad, cesaría en 2015 y daría al PP la oportunidad de elegir a un nuevo gobernador de su confianza por otros seis años más.  A Becker le consideran el peor de los candidatos debido a su cercanía al presidente del Gobierno.

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