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Economía

Guindos prefiere a José Manuel Campa como subgobernador del Banco de España para que haga tándem con Luis Linde

El ministro de Economía, Luis de Guindos, durante su última comparecencia en el Congreso.

El que fue secretario de Estado de Economía con Elena Salgado ha figurado en las listas que ha barajado el PSOE hasta última hora para proponer al Gobierno el nombre de subgobernador. Formalmente, la propuesta de nombramiento de este último depende del gobernador. Luis Linde tomará posesión el lunes, por lo que tiene de plazo hasta el próximo viernes para cubrir esta importante vacante. El candidato preferido del ministro Luis de Guindos es José Manuel Campa, a quien no se atrevió a renovar como secretario de Estado de Economía por temor a la reacción que pudiera tener el Partido Popular. Ya se disponía para entonces de un antecedente preocupante con la elección de Carmen Vela como secretaria de Estado de Investigación, después de haber participado en su día en la plataforma de apoyo a José Luis Rodríguez Zapatero.

En la difícil etapa que se ha abierto para el supervisor, el número dos de la institución tiene vital importancia ya que le corresponde gestionar la revolución que el Gobierno ambiciona dentro del viejo edificio de la calle Alcalá, además de conducir los expedientes que tienen abiertos a las entidades intervenidas.

Los socialistas no se enteraron del nombre del gobernador hasta que el ministro lo anunció en la Comisión de Economía del Congreso

El PSOE no conoció hasta las seis de la tarde del jueves la propuesta de Luis Linde como gobernador y a esa hora ya sabía que iba a proponer como número dos del Banco de España a la ex directora general del Tesoro Soledad Núñez, después de haber barajado otras posibilidades como la de José Manuel Campa o la de Vicente Salas, que posiblemente regrese al Consejo del supervisor el próximo julio para ocupar la vacante que dejará Ana Sánchez Trujillo, propuesta en su día por Pedro Solbes.

El PSOE no esperaba la reacción del Gobierno y del PP contra Núñez y ahora se enfrenta a dos opciones: o rechazar el pacto que le ha ofrecido Guindos para designar al subgobernador o atender sus sugerencias y reconsiderar la propuesta de Soledad Núñez. Campa no es una imposición del ministro de Economía, pues el Gobierno también está dispuesto a admitir como número dos del supervisor a Fernando Restoy, actual vicepresidente de la CNMV, o al propio Vicente salas, de perfil mucho más técnico que el de la ex directora general del Tesoro.

A Núñez se la considera en el Gobierno muy identificada con el PSOE y con la etapa de Zapatero, al margen de que sus cualidades profesionales estén siendo cuestionadas en algunos ámbitos del supervisor, del que es funcionaria y formó parte de sus órganos de gobierno en su calidad de ex responsable del Tesoro.

"Sabíamos que estábamos intervenidos, pero desde este jueves un poquito menos", apunta irónicamente un veterano diputado del PP

En el Gobierno se opina que la elección de Linde encierra dos claves básicas. La primera es que Mariano Rajoy premia el esfuerzo que ha hecho en los últimos meses el ministro de Economía para auparle al cargo, después de un exitoso primer escalón que le elevó hace un mes al Consejo del supervisor tras la vacante dejada por Vicente Salas. Con Linde en el Banco de España, Guindos va a tener desde el lunes al otro lado del teléfono en una institución tan importante a alguien de su entera confianza, en un momento en el que falta por coronar la consolidación del sistema financiero, encajando las ayudas que vengan de Europa. Queda también pendiente encarar un profundo saneamiento interno del supervisor que afectará a los expedientes abiertos a las entidades que han recibido dinero público, además de una ambiciosa reestructuración, así se prevé en Moncloa, al menos, del cuerpo de inspectores. Y otra nota importante a destacar: la relación de Linde con el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, es más que correcta. No cabe, pues, hablar en esta ocasión de contrapesos.

Una segunda clave procede del mensaje de autonomía que Mariano Rajoy ha querido lanzar al Banco Central Europeo en un momento en el que arreciaban las presiones para colocar en el sillón de la calle Alcalá a José Manuel González Páramo o a Antonio Sáenz de Vicuña, ambos bien engarzados en la maquinaria interna que dirige desde Frankfurt el siempre misterioso Mario Draghi. Hay voces dentro del Gobierno y de la gran banca que consideran un error no haber llevado a Páramo a la calle Alcalá. En cualquier caso, su hipotética designación, como también la de Sáenz de Vicuña, hubiera sido leída como la prueba evidente de que España, formalidades al margen, está intervenida hasta las cachas. Sabíamos que estábamos intervenidos, pero desde este jueves, posiblemente un poquito menos, afirma un veterano diputado del PP que siempre dio por hecho el nombramiento de Linde.

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