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Economía

El doble rasero de Bruselas: levanta imposiciones a Novagalicia que Bankia sí tiene que cumplir

Escotet, Etcheverría y Botas, los tres primeros ejecutivos de Abanca, la antigua Novagalicia.

Las dos recibieron ayudas de Europa por el rescate financiero. A cambio, Bruselas les obligó a quedarse prácticamente en el esqueleto financiero en sus zonas de origen para no distorsionar la competencia. Sin embargo, menos de dos años después de que llegará el maná del dinero europeo, Bruselas ya no trata con el mismo rasero a Abanca, la antigua Novagalicia, y Bankia. De hecho, los nuevos dueños de la entidad gallega han conseguido mejorar sustancialmente el plan inicial marcado por Bruselas para intentar que Abanca pueda ser viable en el futuro, suavizando determinadas cláusulas que Bankia y Catalunya Caixa sí están obligadas a cumplir.

Las mejoras se han centrado en cinco grandes puntos, según confirman a Vozpópuli fuentes conocedoras de las negociaciones. De una parte, Escotet ha conseguido paralizar el actual expediente de regulación de empleo (ERE). Bruselas exigía un recorte de plantilla y cierre de oficinas que motivaron el ERE aún en vigor. Para cumplir con esas exigencias, Abanca aún tendría que cerrar otros 80 oficinas y provocar la salida de 300 trabajadores. Sin embargo, las negociaciones entre Bruselas, FROB y Escotet se han cerrado con un enorme respiro para la plantilla. Abanca no sólo no tendrá que cerrar más oficinas sino que Bruselas le ha permitido poder abrir más sucursales fuera de su territorio de origen siempre que la entidad mantenga un determinado ratio de eficiencia. Hasta la fecha, Bankia tiene limitado el número de oficinas, tras el último ajuste dirigido desde Bruselas. De tal manera, que si Bankia quisiera abrir una nueva sucursal sería a costa de cerrar otra.

Además, la Comisaría de la Competencia ha dado luz verde para cambiar la consideración de las poco más de 30 oficinas que Abanca tiene diseminadas fuera de Galicia, Asturias y León. Hasta la fecha, esta mini red estaba compuesta por lo que se conoce como oficinas liquidadoras. Estas sucursales tenían vetadas la posibilidad no sólo de captar nuevos clientes sino de generar nuevas operaciones. Su mandato, a raíz del plan de liquidación, se centraba en mantener el negocio que tenían en ese momento. A partir de ahora, podrán comenzar a operar con total normalidad.

Las intenciones de Escotet, según ya ha trasladado internamente, es comenzar a ampliar plantilla a finales del próximo ejercicio o principios de 2016. También en el medio plazo, pero sin fecha, los nuevos dueños tienen previsto sacar al mercado un pequeño paquete de Abanca. Escotet no ha precisado qué porcentaje saldrá a Bolsa, aunque fuentes del sector no dudan que será el suficiente para poder recuperar parte de la inversión realizada por la compra de Novagalicia.

Abanca podrá conceder crédito al ladrillo, tendrá más plazo para vender sus participadas industriales y ha sorteado la limitación retributiva a los consejeros

Bruselas también ha abierto la mano en las restricciones a la concesión de crédito. A diferencia de Bankia, que tiene vetado destinar financiación para el mundo promotor, Escotet sí ha logrado flexibilizar el veto para los préstamos vinculados al ladrillo. Aun así, el mayor volumen de nueva financiación se centrará en las pymes y familias. Así, la nueva cúpula asegura que la entidad repartirá en los próximos tres años 12.000 millones de euros en créditos.

La planificación del presidente de Banesco y el consejero delegado de Abanca, Francisco Botas, desarrolla también medidas para agilizar la financiación. Una que ya está en marcha es el crédito 48 horas, que permite prestar hasta 50.000 euros en dos días una vez que el cliente ha trasladado toda la documentación. Otra de las novedades es que las oficinas podrán gestionar créditos de hasta 400.000 euros sin necesidad de una autorización de la cúpula de la entidad.

La resolución de Bruselas también ha variado las condiciones para la desinversión de las participaciones no financieras de Abanca. Mientras que Bankia cuenta con un estricto plan de desinversiones de sus participadas que debe cerrarse antes de 2015, la entidad gallega ha ganado tiempo hasta más allá de 2017. Antes de esa fecha, Abanca estaba obligada a vender su cartera industrial (R, Tecnocom, sus bodegas, sector eólico...) Con el nuevo plazo, la entidad ha ganado tiempo para no tener que malvender su brazo industrial. Incluso, se han frenado las negociaciones de muchas operaciones a la espera de poder conseguir mejor precio.

Por último, la venta ha permitido a los nuevos gestores sortear la limitación de 300.000 euros anuales impuesta para los gestores de todas entidades que han sido nacionalizadas. De hecho, la primera medida del nuevo consejo ha sido elevar hasta 600.000 euros el sueldo de los principales ejecutivos. La plantilla también se verá afectada por esta desaparición. Con el nuevo plan desaparecen las limitaciones en materia de remuneración para fijar la retribución variable de la plantilla de la entidad. A costa, eso sí, de empeorarles sus condiciones laborales.

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