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Economía

Los Presupuestos de 2015 congelan la inversión de los ministerios en el entorno de los 4.700 millones

Los ministros de Fomento y Hacienda, Ana Pastor y Cristóbal Montoro

Los Presupuestos Generales de 2015 que elabora el Ministerio de Hacienda contemplarán una congelación de las inversiones reales de los Ministerios en el entorno de los 4.700 millones de euros.

Las conocidas como inversiones reales se quedarán en los mismos niveles después de seis años consecutivos de recortes, desde los 14.000 millones del pico de 2008 hasta los mencionados 4.700 millones de euros, un recorte de alrededor del 63 por ciento.  

En lugar de volver a engordar la inversión pública, en Hacienda consideran que es mucho más eficiente centrar el impulso a la economía en las rebajas de impuestos, que ponen más renta disponible en los bolsillos de familias y empresas. Se trata por tanto de fomentar así el desendeudamiento, el consumo y la inversión de los agentes privados.

Sin embargo, el Gobierno de Mariano Rajoy intentará impulsar las inversiones mediante otras vías. En primer lugar, se pretende favorecer el sistema alemán, por el cual las empresas privadas financian la infraestructura y luego el Estado lo va pagando año a año en función del uso que hayan hecho los ciudadanos.

Hacienda también se ha reunido con las Comunidades Autónomas para que se coordinen y aprovechen todo lo posible los programas de fondos europeos 2014-2020. Según este esquema, una mitad lo paga Europa y otra el país beneficiado.

En último lugar, se baraja que el sector público empresarial pueda engordar sus inversiones gracias a la apertura de los mercados. De hecho, la inversión real de los Presupuestos de 2014 se dividió entre los 4.700 millones de los Ministerios y los 7.300 millones que aportó el sector público empresarial. No obstante, algunas fuentes apuntan que en este capítulo las dificultades son muchas porque estas empresas públicas ya se encuentran muy endeudada. 

Además, el Estado siempre ha dispuesto de las transferencias de capital para financiar inversiones. Sin embargo, éstas cada vez más han sido destinadas a costear otros menesteres como el sistema eléctrico, la Seguridad Social, el Fondo de Liquidez Autonómico o el Pago a Proveedores, dejando muy poco para las inversiones. En concreto, de los 10.000 millones de transferencias contempladas en los PGE de 2014, sólo 3.700 millones pudieron dedicarse a inversiones.

Y de todas las inversiones llevadas a cabo por el Estado de acuerdo con los Presupuestos de 2014, la mayor parte, unos 1.600 millones, se emplearon en carreteras, seguidos de 800 millones consignados para obras hidráulicas. En cambio, de la inversión emprendida por los entes públicos y sociedades mercantiles estatales unos 3.500 millones fueron al ferrocarril, 770 millones a los puertos, 660 a las hidráulicas y 550 a los aeropuertos.

Si se toman los datos de Contabilidad Nacional que tienen en cuenta todos los niveles de Administración, la formación bruta de capital o inversión ha descendido desde el pico de 2009 situado en los 46.763 millones hasta los 15.167 registrados al cierre de 2013. O lo que es lo mismo, un 67 por ciento. Y en porcentaje del PIB la ratio de inversión ha caído desde el 4,47 por ciento del PIB en 2009 hasta el 1,48 por ciento del PIB en 2013. Todo ello mientras las partidas de pensiones, prestaciones de desempleo o intereses de la deuda seguían subiendo y empujaban el gasto público desde cotas del 39 por ciento del PIB hasta el entorno del 45 por ciento. De ahí la crítica habitual de muchos economistas que consideran que se está recortando el gasto productivo en favor del improductivo.

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