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Economía

Goldman Sachs destaca que los depósitos españoles recuperan niveles “previos a la crisis de Bankia”

La fuga de depósitos que ha asolado al sistema financiero español ha finalizado, o al menos eso asegura Goldman Sachs, analizando los últimos datos facilitados por el Banco Central Europeo (BCE). Conforme el banco de negocios estadounidense, los depósitos aumentaron en 15.000 millones en junio, alcanzando los niveles previos a la dimisión de Rodrigo Rato en Bankia y la posterior llegara de José Ignacio Goirigolzarri (mayo 2012), que desató una enorme crisis bancaria y una importante fuga de depósitos.

Ayer mismo, Santander reconoció haber incrementado sus depósitos en 25.000 millones durante los últimos 12 meses y 9.000 millones en el semestre. Un botón de muestra que sin duda BBVA replicará a su vez, ya que la entidad también está dejando caer que está recibiendo un fuerte proceso de entrada de dinero en cuenta. 

El pasado mes, aumentaron especialmente los depósitos minoristas, con 13.000 millones, mientras el segmento corporativo lo hizo en otros 2.000 millones. El apartado que Goldman llama ‘otros depósitos’ (gobiernos locales, fondos de  seguros y pensiones), que han protagonizado la principal salida de depósitos a lo largo de los últimos 12 meses, se han mantenido estables por fin. Desde mayo, habían perdido más de 100.000 millones.

La fuga de depósitos en España desde el comienzo de la crisis de Bankia solo tiene lugar ya en el segmento de ‘otros depósitos’, pero no en la categoría considerada core (retail y corporativo). Los depósitos en conjunto suman 1,52 billones españoles de euros, de los que 759.000 millones los aportan los particulares, 206.000 los titulares corporativos y 562.000 corresponden al apartado ‘otros’.

Precisamente, este fue el segmento que más se movió hace un trimestre, a raíz de la crisis en Chipre, según destaca Goldman Sachs. La posibilidad de una quita a estos vehículos provocó una reubicación del dinero, aunque esa posibilidad de una quita sobre las cuentas parece descartada o, al menos, sus efectos en el sistema han sido asimilados ya.

En cualquier caso, la noticia es buena para la economía española. El dinero en las cuentas bancarias es como la sangre en un organismo. Ha habido ejemplos claros en países latinoamericanos en los que la fuga de capitales dejaba una economía depauperada, con la consiguiente caída de la recaudación fiscal y el crecimiento de las actividades sumergidas. 

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