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Economía

El Gobierno se aferra al IRPF y al IVA para compensar el agujero de Sociedades

El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, en el Congreso.

La recaudación de Sociedades no va bien y la cosa no parece que vaya a mejorar en lo que queda de año si no se forma gobierno. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, tiene un plan para hacer que remonte, pero no puede llevarlo a cabo si no se despeja la investidura. Hasta que eso suceda, no le queda otra que confiar en la mejora del IRPF y el IVA para remontar la recaudación y evitar así un nuevo desvío del déficit a final de año, como ocurrió en 2015. Según las últimas cifras de PIB, puede que la recuperación económica le dé alguna alegría al ministro.

La economía volvió a sorprender en el segundo trimestre al crecer un 0,8%. Se esperaba que perdiera algo de fuerza, pero finalmente ha conseguido mantener el ritmo. Y el empleo creció un 2,9%. Es verdad que la cifra es algo menor que la del trimestre precedente, pero sigue rondando el 3%. La buena evolución de estas dos variables se va a notar en la recaudación de IVA y de IRPF en la última parte del ejercicio, o al menos eso espera el Gobierno.

Lo cierto es que la recaudación de IRPF ha caído un 4,7% en el primer semestre, pero casi todo el descenso se debe a la reforma fiscal. Entre enero y junio la rebaja de tipos del tributo ha mermado en 2.254 millones de euros sus ingresos. Sin embargo, la Agencia Tributaria sostiene en su último informe de recaudación que los efectos de la reforma desaparecerán a partir de agosto, puesto que las cifras se empezarán a comparar con meses en los que ya estaba en vigor la última parte del cambio fiscal, que entró en vigor en julio de 2015. A partir de ese momento, las cifras de IRPF empezarán a mejorar.

Montoro, de hecho, siempre ha defendido la rebaja fiscal que puso en marcha en 2015, a pesar de que ha reducido en casi 8.000 millones los ingresos fiscales. A su parecer, es la propia rebaja fiscal la que está impulsando el consumo y, con ello, el crecimiento. Por eso es partidario de seguir bajando los impuestos en la próxima legislatura, aunque le va a resultar mucho más difícil ahora que Bruselas vigila de cerca las cuentas españolas y reclama un ajuste estructural de 10.000 millones. De hecho, quiere medidas que reduzcan el gasto en pensiones y en la administración, pero también sugiere acompañar estas medidas de ahorro con cambios en el IVA para elevar los ingresos.

La recaudación de IVA va peor que el año pasado, pero puede mejorar estos meses gracias al verano

La recaudación del IVA, por su parte, va bien, aunque es cierto que no va tan bien como el año pasado. Si en el primer semestre de 2015 crecía prácticamente al 7%, ahora lo hace a un 4,3%, aunque todo apunta a que mejorará en los próximos meses gracias al aumento del consumo que suele producirse en la temporada de verano. El hecho de que la economía esté aguantado bien la falta de gobierno y esquivando la temida desaceleración que muchos anuncian, también juega a favor de este impuesto.

De hecho, es bastante probable que el IVA alcance e incluso supere el objetivo de recaudación fijado en los Presupuestos de 2016, algo que no ocurrirá en el caso de Sociedades y que va a ser muy difícil en el IRPF. En cualquier caso, el ministro siempre pide prudencia en sus declaraciones públicas al valorar las cifras de recaudación. Según Montoro, no se pueden sacar conclusiones de solo unos meses y hay que esperar a ver qué ocurre en el conjunto del año y al trasladar las cifras a Contabilidad Nacional. El año pasado sin ir más lejos, los ingresos fiscales crecieron un 4% y la recaudación en términos de Contabilidad Nacional creció un 5,2%.

La reducción del déficit es algo menor que la planteada en los Presupuestos de 2016, lo que puede ayudar algo a Montoro

Y hay otro factor que favorece a a Montoro. Aunque no se alcancen los objetivos de recaudación fijados en los Presupuestos, hay que tener en cuenta que esas cuentas se diseñaron para alcanzar unas cifras de déficit mucho más ambiciosas que las actuales. El Presupuesto se diseñó partiendo de un cierre del saldo en el 4,2% en 2015 y con el objetivo de dejarlo en el 3,6% en 2016. Pero las dos cifras se han quedado ya obsoletas.

Las cuentas, en realidad, acabaron con un desfase del 5% por la puesta en marcha de medidas como la reforma fiscal. De hecho, Bruselas casi multa a España por no tomar medidas efectivas para reducir el déficit, pero finalmente el ministro de Economía, Luis de Guindos, consiguió convencer a sus colegas de que cancelaran la sanción. Lo que sí hizo la Comisión fue plantear una nueva senda de déficit para España con un ajuste mucho más suave, al menos este año: Dejar el déficit en el 4,6%, lo que supone cuatro décimas de ajuste respecto al cierre de 2015, frente a las seis para las que se diseñaron las cuentas. Según el último dato oficial, el déficit público se situó al 2,20% en mayo, así que aún queda margen.

Los expertos no lo tienen tan claro

Además, el Gobierno ha tomado algunas iniciativas para frenar el gasto y compensar así la baja recaudación. En concreto, Montoro aprobó en marzo un recorte de gasto de 2.000 millones después de uno de los avisos de Bruselas. Además, adelantó el cierre presupuestario al mes de julio para evitar gastos superfluos y controlar mejor el cumplimiento del déficit. Y también tiene planes para recuperar la recaudación de Sociedades con la fijación de un tipo mínimo en el pago fraccionado, pero no puede hacerlo mientras esté en funciones. Así que, de momento, solo le queda confiar en que la recuperación impulse fuertemente el IVA y el IRPF.

Los expertos consultados por Vozpópuli, en cambio, no lo tienen tan claro. A su parecer, la mejora del consumo y del empleo pueden impulsar algo la recaudación de estas dos figuras, pero será difícil compensar la baja recaudación de Sociedades si no se forma gobierno y se pone en marcha la medida prometida a Bruselas: la recuperación de los típos mínimos del pago fraccionado del Impuesto de Sociedades, una iniciativa que, a su parecer, solo traslada los problemas a futuro porque no supone más que un adelanto en el pago de impuestos, pero que sí puede permitir al Gobierno salvar el año.

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