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Economía

La EPA no recoge el empleo más precario: la temporalidad supera el 35%

Camarero

La temporalidad es uno de los grandes problemas del mercado laboral español. Hace solo una semana conocimos los resultados de la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre del año, que situaba la tasa de temporalidad en el 26,8%. Pero no todo el mundo da por buena esta cifra. Uno de los informes de la última edición de 'Papeles de Economía', la revista editada por la Fundación de Cajas de Ahorro, no solo pone en duda la cifra, sino que dice que si se atiende a otros registros más fiables, la tasa supera el 35%.

El informe lo firman Florentino Felgueroso (Fedea), José Ignacio García Pérez (Universidad Pablo de Olavide) y Marcelo Jansen (Universidad Autónoma de Madrid) y se titula 'La contratación temporal en España: nuevas tendencias, nuevos retos'. Una de las conclusiones más interesantes del informe es que la tasa de temporalidad que publica la EPA no es muy fiable. La EPA es una muestra trimestral que recoge información sobre el empleo durante una semana de referencia en cada trimestre.

Y precisamente por ceñirse solo a una semana, no puede captar los episodios de empleo que empiezan y terminan durante el resto de las semanas de ese trimestre. De ahí que no haya correspondencia entre la EPA que publica el INE y la estadística de contratos que publica el Ministerio de Trabajo. Este problema es, además, cada vez mayor, puesto el peso de los contratos de muy corta duración en el mercado laboral ha aumentado mucho en los últimos años. Según el informe, los contratos de una semana o menos representan ya cerca de un 30% de los contratos firmados a lo largo del año.

Otros datos

Otras fuentes, en cambio, recogen mejor este tipo de empleo, como los datos de la Seguridad Social, que arrojan un panorama bastante diferente al de la EPA en cuanto a precariedad laboral. De hecho, el informe asegura que si nos fijamos en el porcentaje de personas que tiene algún tipo de contrato temporal a lo largo del año en lugar de atender solo a lo que ocurre en una semana concreta, la tasa de temporalidad sube casi más de 10 puntos.

Los autores analizan los datos del año 2016, con una temporalidad según la EPA que rondaría el 22-23%. Y, tras hacer sus cálculos, sitúan esa cifra por encima del 35%, la diferencia es bastante notable. Aún así, reconocen que hoy en día la empleo temporal tiene un peso menor al registrado antes del estallido de la burbuja inmobiliaria.

Y es que llevan sus cálculos un poco más atrás y cifran la temporalidad por encima del 40% en el año 2006, momento en el que las cifras de la EPA arrojaban una tasa del 27%. La diferencia entre los cálculos de la EPA y Funcas se mantienen prácticamente intactos. Y, aunque la temporalidad haya mejorado ligeramente, los autores advierten de que el número de asalariados que solo ha tenido contratos temporales ha empeorado considerablemente por el incremento de los contratos de muy poca duración.

La digitalización del mercado de trabajo ha disparado los contratos temporales de muy poca duración

Hay una explicación y no hay que buscarla en un mayor uso de las agencias de empleo temporal para encontrar trabajo, sino en la digitalización del mercado laboral, que no solo facilita los procesos de búsqueda de empleo, sino que también permite un cambio en las relaciones laborales con contrataciones 'on-demand', para la realización de tareas específicas durante un tiempo de corta duración.

Esto ha influido también en el acceso al empleo indefinido, que se ha hecho más difícil tras la crisis. Hoy los trabajadores tardan más en conseguir un contrato de este tipo y encadenan más contratos temporales antes de llegar al empleo fijo. Según el estudio de Funcas, esta persistencia en la precariedad tendrá consecuencias a largo plazo sobre el empleo y la renta laboral de los colectivos más vulnerables a la contratación temporal.

Las recontrataciones

Además, el incremento de los contratos de muy poca duración ha generado también un aumento considerable de las recontrataciones. De hecho, solo el 36% de los nuevos contratos temporales no están asociados a un cese previo en esa misma empresa. Es una práctica habitual en España, se vuelve a contratar a la misma persona cuando se le acaba el anterior contrato temporal.

Sin embargo, es importante resaltar que hay diferencias importantes por sectores. Por ejemplo, es especialmente común en la hostelería, las administraciones públicas y la agricultura. También se suele utilizar esta práctica en la industria manufacturera, el comercio, la sanidad y la construcción.

En este contexto, los autores consideran fundamental atajar el uso abusivo de contratos de muy poca duración. Además, se podría plantear en España un modelo bonus-malus para la financiación de las prestaciones por desempleo. Hoy en día las empresas que no cesan a sus trabajadores tienen las mismas reglas de financiación que las que utilizan este recurso de forma abusiva y un sistema así pondría fin a esta "injusticia". 

Trabajo realizará 7.500 actuaciones contra la temporalidad

Lo cierto es que esta misma semana, la Tesorería General de la Seguridad Social (TGSS) y la Inspección de Trabajo y Seguridad Social (ITSS) han reanudado formalmente la cooperación mediante la firma del convenio entre ambas entidades, con un plan contra la temporalidad que contempla más de 7.500 actuaciones extraordinarias este año.

Las actuaciones se centrarán en materia de declaración de horas extraordinarias, la excesiva e injustificada temporalidad y parcialidad en la contratación y se centrará en las altas y bajas sucesivas, especialmente en el colectivo de los profesores. Estas actuaciones se sumarán a las 8.000 ordinarias previstas para los próximos cinco meses.

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