El Gobierno sólo aplica una medida de su plan de lucha contra el fraude: la amnistía fiscal

Las medidas de lucha contra el fraude fiscal duermen en los cajones de Hacienda. Es lo que denuncian los inspectores tras la reunión mantenida con Mariano Rajoy al que reprochan muchos anuncios que no se convierten en realidad y que sólo haya puesto en marcha una medida antifraude del paquete anunciado a principios de año: la amnistía fiscal.

Según denuncia la inspección de Hacienda, pese a que el Ejecutivo ha anunciado en varias ocasiones refuerzos en la lucha contra el fraude, la Agencia Tributaria está recortando el número de efectivos en diferentes áreas, incluida la lucha contra el fraude inmobiliario en la que los efectivos han caído un 15%, tal y como publicó Vozpópuli. Según los datos de la OCDE, en España hay un inspector de Hacienda por cada 1.928 contribuyentes, la mitad de empleados que la media de los países de la OCDE, que se sitúa en uno por cada 903 contribuyentes.

Entre las medidas anunciadas por el Ejecutivo figuraban:

• El endurecimiento de sanciones a los defraudadores
• La imprescriptibilidad de las rentas no declaradas
• La limitación de pagos en efectivo a 2.500 euros
• Y la obligación de informar sobre cuentas y valores en el extranjero

Todas ellas fueron presentadas en el mes de enero. El Senado tramitó finalmente anteayer las primeras. Además, el Ejecutivo todavía mantiene en trámite parlamentario la reforma del Código Penal que Rajoy presentó como la "reforma fiscal más ambiciosa de la democracia". Así las cosas, el plan del gobierno en la lucha contra el fraude sólo se ha traducido en una medida: la amnistía fiscal. 

49.000 millones pendientes de recaudación 

Según denuncian los inspectores, la falta de medios en la persecución del fraude y la falta de dotación en el área jurídica quedan patentes cuando se analizan las cifras pendientes de cobro, es decir, deuda ya reconocida por Hacienda pero por la que se ha pedido un aplazamiento o se ha iniciado un litigio. Esa cuantía de deuda no ha dejado de crecer y se ha disparado en casi 20.000 millones de euros desde que comenzó la crisis, lo que representa un 63% de crecimiento en apenas tres años.