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Economía

El FMI plantea que el ajuste que el Gobierno hará hasta 2014 debería dilatarse durante una década

Chistine Lagarde pide calma en el ritmo de los recortes

El FMI suscribe las políticas de recortes pero no sus ritmos. Además de cuestionar de la credibilidad de las cifras que el Ejecutivo ha presentado para los próximos dos años, el Fondo cuestiona su viabilidad. En todo un capítulo titulado “el bueno, el feo y el malo: análisis de 100 años de excesos de deuda”, el FMI asegura que “corregir los excesos de deuda lleva tiempo: como media, una década”.

El actual ritmo de ajustes puede provocar "fatiga del ajuste", advierte el FMI

El FMI se enfrenta, pues, al diagnóstico de Berlín y la Comisión Europea que exigen a España que corrija el déficit del 9,5% con el que cerró 2011 hasta llevarlo al equilibrio presupuestario en 2014. El esfuerzo que Bruselas exige cumplir en un trienio suele tardar una década en corregirse, sostiene el FMI que asegura que “entre las economías desarrolladas, los recortes de déficit de 10 puntos en menos de 10 años son extraordinariamente raros”.

Del análisis de los modelos de reducción de deuda, el FMI extrae tres conclusiones fundamentales, las tres cuestionadas por Alemania:

  • Es necesario el apoyo de los bancos centrales y las políticas monetarias: Berlín se ha opuesto a que el BCE compre deuda española y su representante en el banco central ha amenazado con dimitir tras conocer los términos del rescate
  • Es necesario tiempo: El modelo más similar al español es el belga. Bélgica realizó en 1981 un ajuste similar al que ahora se exige a Madrid. Pero el país un déficit del 7% hasta llevarlo a un superávit del 4% entre 1981 y 1991. A España se le pide el mismo ajuste en la mitad de tiempo.
  • Es necesario aplicar políticas de estímulo económico y no sólo de recorte: “El apoyo al crecimiento es esencial para lidiar con los efectos contractivos de las políticas de ajuste fiscal”, concluye el FMI. De igual modo, sostiene que las reformas que se están desarrollando debieran ser estructurales y centrarse en promover el crecimiento a largo plazo.  

Semejante ritmo puede provocar lo que el FMI describe como "fatiga del ajuste" que puede traducirse en tensiones sociales y en dudas en la periferia sobre la conveniencia de avanzar en la integración europea. 

El mapa de la recesión

Las actuales políticas colocan a España como el segundo país con mayor recesión de toda la Unión Europea, sólo por detrás de Grecia.

Ante la estrechez de plazos, el FMI cuestiona la credibilidad de las cifras oficiales en sus tres grandes parámetros:

  • Crecimiento: El FMI considera que la caída económica será del -1,3% frente al 0,5% que prevé el Gobierno
  • Paro: El FMI estima que el paro será un punto superior al previsto por el Gobierno. Según Washington, la tasa de paro en España cerrará 2013 en el 25,1%, frente al 24,3% que prevé el Gobierno
  • Déficit: El Gobierno mantiene su compromiso de cerrar el año en el 6,5% de déficit, mientras que Washington considera la corrección necesaria no llegará hasta 2017

De igual modo, España se enfrenta junto a Grecia a un riesgo de estanflación: altos precios y estancamiento económico. Según el FMI, la vulnerabilidad de la economía española es máxima en un momento en que --según denuncia el Fondo-- el mayor riesgo es la falta de iniciativas políticas. 

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