Quantcast

Economía

El estancamiento salarial ha deteriorado más las pensiones que el envejecimiento

Imagen de dos pensionistas en una céntrica calle

Las pensiones se han colocado en el centro del debate en los últimos días porque los jubilados han decidido salir a la calle a reclamar pensiones dignas. Pero en Vozpópuli llevamos tiempo hablando de este tema y recogiendo los infomes que hacen los expertos advirtiéndo de las tensiones que sufre el sistema. El último lo firman dos investigados de Fedea y uno de la Universidad Rey Juan Carlos y se titula ‘La salud financiera del sistema público de pensiones español. Un análisis retrospectivo’.

En este informe se analiza la evolución de las cuentas del sistema público de pensiones durante las tres últimas décadas utilizando una descomposición contable de su saldo neto que permite aislar la contribución al mismo de una serie de factores que inciden sobre sus gastos e ingresos, como las cotizaciones, el empleo, los salarios o el envejecimiento de la población, el principal reto al que se enfrenta al sistema.

La conclusión a la que llegan Ángel de la Fuente (Fedea), Alfonso Sánchez (Fedea) y Miguel Ángel García (Universidad Rey Juan Carlos) es el estancamiento de la productividad y los salarios reales ha jugado un papel más importante que el envejecimiento de la población en el deterioro de las finanzas del sistema. Es una conclusión curiosa, ya que el foco tiende a ponerse en la demografía y el empleo, pero no en los salarios.

En concreto, el informe sostiene que, en el periodo comprendido entre 1985 y 2016, el saldo del sistema se ha ido deteriorando a un ritmo medio de 0,76 puntos porcentuales al año. Y eso a pesar de que dos componentes de los ingresos (el tipo medio de cotización y la tasa de ocupación) han contribuido positivamente a la salud del sistema en 1,51 puntos.

La evolución salarial, el componente que más afectó a la salud del sistema de pensiones

Sin embargo, esta mejora se la come casi entera el deterioro del componente de la evolución salarial, que recoge los efectos del desplome del crecimiento de la productividad. En concreto, la evolución salarial restó 1,36 puntos a la salud del sistema, lo que le convierte en el componente con un efecto negativo más fuerte sobre las pensiones.

Por la vía del gasto, el aumento de la tasa de dependencia por razones puramente demográficas redujo 1,10 puntos a la salud del sistema. Y el gradual descenso de la generosidad del mismo por las últimas reformas se ha visto compensado casi en la misma proporción por la creciente duración de las carreras de cotización.

El mayor déficit de su historia

A partir de estas cifras, el informe concluye que el envejecimiento de la población y el estancamiento de los salarios reales en las últimas décadas explican el deterioro del sistema de pensiones. Y, curiosamente, han sido los salarios los que más han afectado al sistema, que hoy tiene el mayor déficit de su historia.

Eso sí, el impacto negativo de estos factores se ha visto compensado parcialmente por una mejora de la tasa de ocupación que refleja, sobre todo, la creciente incorporación de la mujer al mercado laboral, por una gradual reducción de la generosidad del sistema y por un incremento de los recursos disponibles por la creciente aportación del Estado a la financiación de los complementos a mínimos.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.