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Economía

El FMI se suma a la mejora de previsiones para España y eleva al 2,6% el PIB de 2017

Luis de Guindos, ministro de Economía, y la directora gerente del FMI, Christine Lagarde.

Todos los organismos están mejorando sus previsiones para España. El último en hacerlo ha sido el Fondo Monetario Internacional (FMI), tradicionalmente más pesimista que otras instituciones. Ha publicado este martes la última actualización de sus perspectivas mundiales con una mejora de tres décimas del crecimiento esperado para España en 2017. El organismo dirigido por Christine Lagarde cree ahora que la economía crecerá un 2,6% este año y un 2,1% el año que viene.

A pesar de la mejora, las nuevas cifras siguen siendo mucho más pesimistas que las de otros organismos económicos. Por ejemplo, también este martes el servicio de estudios de BBVA (BBVA Research) ha actualizado sus previsiones y ha planteado un crecimiento del PIB del 3% para 2017 y del 2,7% para 2018. De hecho, cada vez se oyen más voces defendiendo que el crecimiento volverá a acercarse al 3%. Incluso dentro del Gobierno.

La mejora no es solo para España. El FMI ha mejorado sus proyecciones de crecimiento mundial para 2017 al 3,5%, frente al 3,4% de la última previsión. Para 2018 la cifra se mantiene en el 3,6%. Lo cierto es que las mejoras son generalizadas a muchos países, aunque el crecimiento sigue siendo débil en muchas economías avanzadas y los exportadores de materias primas continúan sufriendo dificultades.

Cree que hay que continuar con las reformas para evitar los riesgos que acechan a la recuperacióm

En cualquier caso, el organismo advierte de que aún hay riesgos significativos a la baja sobre las perspectivas a mediano plazo y que, de hecho, pueden haberse intensificado en los últimos tiempos. "La incipiente recuperación aún es vulnerable", reconoce. Uno de estos riesgos es el aumento del proteccionismo, que podría incluso hacer estallar una guerra comercial.

Para evitar los riesgos, el Fondo pide que continúen las reformas centradas en políticas laborales activas, mayor progresividad tributaria, una inversión en educación más eficaz y cambios en los mercados de vivienda y crédito que faciliten la movilidad de los trabajadores. "Muchas de estas políticas no solo facilitan el ajuste económico, sino que también mejoran el producto potencial a más largo plazo", explica.

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