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Economía

La Tasa Google o que arda la biblioteca de Alejandría

Edificio Prisa

Internet está hecha en base a enlaces. La información se mueve libremente. Fluye y se comparte. Guste o no, aporta una nutrida cantidad de información, en muchos casos inútil, en otras de mucho valor. Tiene el mismo don que el fútbol. Bien utilizado, es capaz de poner al mismo nivel a un multimillonario que a un empleado raso.

Ustedes deciden, o se calzan El País o el ABC bajo el brazo, y no salen de ahí, o se sumergen en el océano de información, variada, veraz, falsa, contraria a nuestros pensares o afín por completo. Alimentar al demonio o levantar una leve brisa para que el ángel alce el vuelo. Conocimiento o dogma. Ustedes deciden. Tienen la posibilidad de hacerlo.

Ando inmerso estos días en Sapiens, la apasionante novela de Yuval Noah Harari. Un diario de la evolución del hombre desde que decidió bajar de los árboles y erguirse ante el mundo, hasta anteayer. Noah apunta al conocimiento, a la forma en que este se reparte, comparte y distribuye, como el tesoro más preciado para evolucionar. Para ser mejores.

Lo que Alemania y España quieren hacer con la nueva Tasa Google o nuevo Canon AEDE es básicamente interrumpir el libre acceso a la información, impedir su distribución

"La aparición de nuevas maneras de pensar y comunicarse, hace entre 70.000 y 30.000 años, constituye la revolución del conocimiento", leo en sus páginas. ¿Se imaginan qué hubiera pasado sin el acceso o posibilidad de compartir el saber? Estaríamos aún sobre las copas de los árboles comiendo bananas -que oye, igual era hasta mejor-.

Lo que Alemania y España quieren hacer con la nueva Tasa Google o nuevo Canon AEDE es básicamente eso. Interrumpir el libre acceso a la información. Impedir su distribución. Apagar la hoguera alrededor de la cual los ancianos transmitían el conocimiento a las nuevas generaciones y se charlaba lo sucedido durante el día. Disuélvanse, no se me amontonen. Quien quiera mover algo por Internet tendrá que pagar por ello. Trabajan en crear un impuesto al enlace. Esto beneficia a los grandes lobbys periodísticos, que son quienes empujan esta nueva regulación en Europa. Prisa y Axel Springer quieren que Internet, la nueva Biblioteca de Alejandría, arda en llamas.

De producirse habrá que echarse al monte digital. Se crearán plataformas alternativas, tendremos que acceder a la Deep Web para tener más información. El ansia por saber no conoce límites, aunque haya a quien le interese una sociedad idiotizada sobre la que apoyarse para ser más alto.

Las redacciones tradicionales echan la culpa a Internet de su incapacidad para adaptarse precisamente a Internet, pero el modelo periodístico digital funciona

Cuando se inventó el coche hubo quien desconfió del artefacto, quien siguió apostando por el caballo como medio de transporte. Cuando se creó el teléfono móvil muchos lo tildaron de inútil, de complemento esnob para ricos y chulos engominados. Nada peor que un tonto con tiempo.

Las redacciones tradicionales echan hoy la culpa a Internet de su incapacidad para adaptarse precisamente a Internet, pero el modelo periodístico digital funciona. Es un hecho desde el momento en el que usted tiene este artículo en sus manos y yo un sueldo por escribirlo.

Pasa muchas veces. La culpa es del mensajero. Lo curioso esta vez es que quien señala es otro mensajero. Perro, a veces, sí come perro, pero tengan cuidado, luego hay que digerirlo.

Pasen el domingo sin pensar en el lunes, no me sean agonías. Serán mucho más felices.

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