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Economía

PP y C’s compiten por la mochila austriaca para paliar la temporalidad

Colas en una oficina de empleo en Madrid

Sin duda, uno de los principales retos de la próxima legislatura será el empleo. Del análisis de las promesas electorales se desprende que la mochila austriaca y la reforma del antiguo INEM pueden ser las medidas estrella de la próxima legislatura en materia laboral. PP y Ciudadanos ya recogen en sus programas el sistema austriaco de indemnización, por el cual el despido se va pagando periódicamente a una cuenta del trabajador como si fuese una cotización, de forma que lo acumula obteniendo unos intereses y puede llevárselo a otro trabajo o incluso gastarlo en su jubilación. Aunque no lo incluya ahora en sus planes, el PSOE fue el que lo propuso por primera vez, y muchas de sus voces más autorizadas lo observan con buenos ojos.

Respecto a los servicios públicos de empleo, las tres formaciones coinciden en la necesidad de reformarlos. La propia Comisión Europea lleva tiempo exigiendo que se le dé una vuelta como un calcetín a un organismo que sólo coloca el 2 por ciento de todas las contrataciones. A continuación, ponemos la lupa en los propuestas de empleo de los tres partidos que figuran en cabeza según las encuestas del 20-D.

Tras siete años de crisis, un diagnóstico a trazo grueso del mercado laboral español parece evidente: millones de desempleados, una devaluación salarial, una excesiva temporalidad y un número ingente de parados de larga duración. El paro y la devaluación salarial han sido el resultado de una brutal corrección de los excesos después de años de burbuja y falta de productividad. Poco a poco, el empleo crecerá y los salarios recobrarán poder adquisitivo conforme ganen en productividad. De hecho, el acuerdo salarial que sindicatos y patronal preparaban y que no se llegó a firmar ya contemplaba alzas salariales. Pero el abuso de la temporalidad se antoja un cáncer con un remedio mucho más complicado. Por más que España sea intensiva en sectores proclives a la temporalidad, su uso está demasiado generalizado y repercute en los trabajadores al abocarlos a una cadena de contratos precarios. En esas condiciones no reciben formación en el puesto de trabajo, erosionando su productividad y sus consiguientes perspectivas de carrera laboral. Sin un puesto estable, se posponen decisiones de consumo o incluso se frena la ratio de fertilidad.

En cuanto a los parados de larga duración, su número se ha disparado sin que se hayan encontrado instrumentos eficaces para atajar este fenómeno. Ni se ha fomentado la intermediación privada. Ni el Sepe ha funcionado. Ni la formación ha servido para reciclarlos. Desde luego, recolocarlos será un reto enorme.

PSOE: más formación, inspecciones y alzas del salario mínimo

¿Y qué proponen los partidos para paliar estos problemas tan graves más allá de las buenas palabras que envuelven sus programas? El PSOE aboga por simplificar a tres los contratos y reforzar la inspección para perseguir el uso indebido de la temporalidad. Ahora bien, ¿simplemente con más inspección se va a solventar el problema de la temporalidad?, argumentan algunos expertos consultados.

Como hay abundante literatura académica que censura el uso de bonificaciones para incentivar la contratación, los socialistas también defienden suprimir las tarifas planas y concentrar esos recursos en la formación destinada a los colectivos más difíciles de reinsertar.

Con escaso predicamento entre los expertos, la subida del salario mínimo que promete el PSOE presenta dos serios inconvenientes: el primero, un incremento del salario mínimo a 1.000 euros en ocho años desplazaría los segmentos salariales hacia arriba. Es decir, si el de abajo cobra más, los que estén inmediatamente arriba pedirán aún más y así sucesivamente, lo que terminaría encareciendo los costes laborales. Por otra parte, muchos economistas defienden que el salario mínimo supone una barrera a la contratación para la gente menos cualificada y con menos experiencia. Estos economistas sostienen que es mejor que al menos tengan un trabajo, sobre todo entre los jóvenes que están iniciando su carrera laboral. De ahí la articulación alemana de los minijobs.

Ciudadanos: contrato único, mochila austriaca y complemento salarial

Por su parte, Ciudadanos contempla un complemento salarial a través del IRPF que subsidie los salarios bajos, una suerte de remedio para la devaluación salarial vía impuestos. Aunque en teoría supone un incentivo brillante para salir de la economía sumergida y cobrarlo, se trata de un experimento caro y que hay que ver cómo opera. Incluso si ha funcionado bien en Reino Unido o EEUU, la idiosincrasia del mercado laboral español es distinta y podría deparar resultados muy diferentes. Muy dados a la picaresca, este complemento se podría aprovechar para cobrar un sueldo en A y otro en B, un problema no menor que habría que considerar en el momento de aplicarlo.

Aparte de la insistencia en la formación, la otra propuesta estelar de Ciudadanos es el contrato único, el cual pretende acabar con la temporalidad por ley con indemnizaciones iguales para todos y crecientes. En la actualidad, el trabajador obtiene muchos derechos de golpe al convertirse en indefinido, en ocasiones sin que haya adquirido siquiera una productividad suficiente como para compensar el coste de esos derechos. De ahí que se levante un muro en el preciso instante de tener que convertir a un empleado en fijo, lo que a su vez explica que abunden los empresarios que se quitan de problemas y optan por la contratación temporal. En cambio, si el trabajador puede adquirir esos derechos de forma gradual conforme se hace más productivo para la empresa, entonces tendrá más posibilidades de afianzarse en el puesto. Aún a costa de perder algo de indemnización, se trata de fomentar un cambio de modelo hacia un empleo más formado, más estable y, al final, mejor pagado. En el caso de Ciudadanos, esta iniciativa se completa con la ya mencionada mochila austriaca.

PP: tarifa plana, mochila austriaca y nuevo INEM

De cara a la próxima legislatura, el PP promete reforzar la inspección al igual que el PSOE. Además, prorrogará la tarifa plana de impulso de la contratación indefinida después de haberla restringido la pasada primavera a los empleos con salarios más bajos, precisamente aquellos cuya demanda por parte de la empresa resulta más sensible a los precios. Como el resto, también apuesta por reformar los servicios públicos de empleo, la formación y las políticas activas. Mientras que el PSOE quiere fundar la Agencia Pública del Empleo, parece que el PP aspira a crear un nuevo INEM que podría separar la gestión de las prestaciones de la actividad de recolocación. De una forma u otra, los servicios públicos de empleo se modificarán en la próxima legislatura. “En España, los servicios de empleo desembolsan unos 14.000 euros por formar a alguien como peón. Tan sólo colocan a un porcentaje muy pequeño de demandantes de empleo. Y si a eso le sumamos que los funcionarios están muy desmoralizados, el sistema está roto. Tenemos que cambiarlo”, sostiene una fuente del sector. Lo cual representará una oportunidad para incorporar la intermediación privada y pagar a empresas especializadas por recolocar parados del mismo modo que se hace en prácticamente todos los países europeos con muchos mejores resultados que los obtenidos en España. El Gobierno de Rajoy lo puso en marcha, pero muy tímidamente y con muy pocos recursos.

Por último, el PP ha vuelto a contemplar entre sus medidas el sistema austriaco que también abraza Ciudadanos. Según este esquema, la empresa provisiona todos los años una parte del despido, aportándolo a una suerte de fondo o cuenta de ahorro individual que pertenece al trabajador y en la que además se podrán ir sumando las rentabilidades obtenidas por la inversión de ese capital. En el supuesto de que un empleado sea despedido, éste podría cobrar como indemnización ese dinero que ha ido guardando. O bien podría reservarlo como una mochila que guarde para su jubilación si no ha tenido necesidad de gastarlo. La empresa puede prescindir de los trabajadores menos productivos en lugar de aquellos cuyo despido es más barato. Y el trabajador puede moverse de empresa sin miedo a perder la indemnización, lo que facilita mucho la movilidad.

Esta iniciativa ya la estudió el PSOE estando en el Gobierno. Pero facilitaba el despido en un momento de sangría en el mercado laboral y presentaba un coste muy elevado. El problema es que en el fondo establece unos costes del despido para todos, los que vayan a ser despedidos y los que no. Sale muy caro implantarlo y eso hay que financiarlo de algún modo: o lo paga la empresa, o sale del sueldo del trabajador porque es un salario diferido o se bajan las cotizaciones del Fogasa y del desempleo para compensarlo. Al principio sólo se podrían acoger los nuevos contratos y tardaría casi una década extenderse por completo.

Pero ahí no queda la cosa. Como explica José Ignacio García Pérez de la Universidad Pablo de Olavide, la mochila austriaca en la práctica implica una reducción del despido porque en caso contrario no se podría costear. Es decir, conlleva la entrada del contrato único por la puerta de atrás, ya que al provisionar poco a poco el despido ocurren dos cosas. Una, se instaura el despido creciente tal y como lo plantea Ciudadanos. Y dos, se están igualando a todos, indefinidos y temporales. En definitiva, erradicaría la maldita dualidad por la que unos trabajadores están sobreprotegidos y otros no tienen derechos. Y en la medida en que termina con la temporalidad serviría para suprimir las políticas de fomento de la contratación indefinida, cuyas partidas podrían destinarse a financiar este modelo. No obstante, veremos si luego no se aparca. El propio PP ya recogía esta idea en su programa de 2011, pero una vez en la Moncloa lo desechó. Ahora sin embargo lo recupera convenientemente para las elecciones. Después de todo, el verdadero problema de fondo es el terrible número de parados, y para enfrentarse a eso hay que seguir bajando los costes laborales vía reducción de las indemnizaciones y recortes de cotizaciones; hay que mantener la flexibilidad laboral y hay que mejorar mucho, mucho la formación, el reciclaje y la recolocación de los desempleados. Por la cuenta que nos trae, restan más años de reformas en el mercado laboral.

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