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Economía

Hacienda vuelve a jugar con las devoluciones para maquillar el déficit de 2013

El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro.

Una vez se restan las devoluciones que pertenecen a 2012, el ritmo de los reembolsos tributarios de 2013 es inferior al del año anterior. Gracias a este juego, la recaudación hasta noviembre de 2013 marcha mejor y sube un 0,9 por ciento en lugar de caer en 4.000 millones y, por lo tanto, hundirse en torno a un 3%. Hacienda ha vuelto a recurrir al retraso de las devoluciones para cuadrar el déficit...

¿A cuánto ascendieron las devoluciones tributarias entre enero y noviembre de 2012? Según las estadísticas de caja de la Agencia Tributaria, exactamente a 42.075 millones de euros. ¿Y qué cantidad se ha devuelto a los contribuyentes entre enero y noviembre de 2013, fecha hasta la que hay datos? Pues ni más ni menos que 46.757 millones. De modo que en principio se podría decir que las devoluciones van bastante mejor que en 2012, año en el que, tal y como adelantó Vozpópuli, se retrasaron los reembolsos hasta el punto en que Eurostat obligó a Hacienda a corregir las cifras.

Sin embargo, los números de 2013 en realidad están adulterados por el efecto de las devoluciones retrasadas, y para comprobar si éstas marchan al mismo ritmo o no que en el 2012 habría que sustraer dos conceptos: el primero, las devoluciones que en verdad corresponden a 2012 y que la misma Agencia Tributaria cifra en 4.122 millones al reconocer que falta esa cantidad para acercarse al ritmo de devoluciones de una campaña tipo.

En segundo lugar, hay que restar 2.786 millones del pago fraccionado de Sociedades, una cantidad que se adelantó en el 2012 y que en 2013 toca devolver de más al cierre del ejercicio, tal y como se recoge en las tablas de cambios normativos que publica la Agencia Tributaria.

Así las cosas, una vez se quitan ambas cantidades al montante acumulado de devoluciones, el dato hasta noviembre de 2013 desciende a los 39.849 millones. Voilà, una cifra que se sitúa por debajo de los 42.075 millones del año anterior, un ejercicio que ya sabemos que fue trucado y por consiguiente anormalmente bajo. En 2012, sólo por IVA las devoluciones cayeron un 16% en agosto, un 28,5% en septiembre, un 6,8% en octubre y un 18,1% en noviembre. Por Sociedades disminuyeron un 95,3% en septiembre, un 6,8% en octubre y un 63,9 en noviembre. Y en 2013 están yendo a una velocidad incluso más lenta que la de 2012. 

Es más, si sumamos a los 42.075 millones de devoluciones de 2012 los 4.122 millones que deberían haberse imputado en ese ejercicio, entonces la diferencia entre las devoluciones de 2012 y 2013 asciende a 6.000 millones. Esto es, se marcha unos 6.000 millones por debajo de lo que debía haber sido la evolución de un año estándar.

Si bien es cierto que desconocemos cuánto se ha solicitado de devoluciones, también hay que tener en cuenta que la recaudación bruta sube y que se exporta más y, por lo tanto, se soporta más IVA que no se repercute y que Hacienda tiene que reembolsar. Es decir, "lo normal sería que en 2013 las devoluciones fuesen incluso más altas", explica Francisco de la Torre, inspector de Hacienda.

El Ministerio de Hacienda siempre alega que todas las devoluciones se computarán en el año que correspondan de acuerdo con los criterios de Contabilidad Nacional. Pero estas cifras indican que por el momento no las están contabilizando al ritmo que debieran. Semejante desajuste de hasta 6.000 millones supondría una rebaja sustancial de la recaudación del entorno de las seis décimas de PIB. Tanto como para cambiar el signo de lo ingresado por la Agencia Tributaria: hasta noviembre de 2013 se han recaudado 154.937 millones en impuestos, frente a los 153.542 millones recabados a noviembre de 2012. Pese a todas las alzas tributarias, el Fisco apenas ha conseguido embolsarse 1.395 millones más, un exiguo 0,9 por ciento que se tornaría negativo tan pronto se tuviesen en cuenta todas esas devoluciones retrasadas por valor de 6.000 millones. O dicho de otro modo, en cuanto se resten esas devoluciones los ingresos fiscales estarán en realidad retrocediendo unos 4.000 millones y, por lo tanto, desplomándose en el entorno de un 3 por ciento.

El déficit se complica

Si Hacienda ha de contabilizar todas estas devoluciones atrasadas al cerrar las cuentas, se antoja francamente difícil el cumplimiento del objetivo de déficit comprometido con Bruselas. El consenso de los analistas de Funcas ya prevé que el déficit público alcance el 6,7 por ciento del PIB en lugar del 6,5 fijado por Europa. A noviembre de 2013, el Estado ha apurado todo su margen y se sitúa en el 3,8 por ciento. Con las Comunidades Autónomas ocurre otro tanto al tocar el 1,3 por ciento. Y se espera que la Seguridad Social al final se quede ligeramente por debajo del 1,4 por ciento del PIB previsto.

Con las cifras de los tres primeros trimestres, las únicas comparables con ejercicios anteriores, Hacienda lo tiene harto complicado. Si quiere clavar el 6,5 por ciento, debe conseguir que el déficit del cuarto trimestre no supere los 20.000 millones. Sin embargo, en los últimos años el déficit sin ayudas a la banca ha alcanzado en el cuarto trimestre los 32.169 millones en 2008, los 40.754 millones en 2009, los 40.010 millones en 2010, los 40.270 millones en 2011 y los 27.321 millones en 2012.

De media, el agujero de este último trimestre del año ronda los 36.105 millones y Hacienda ha de quedarse en los 20.000 millones a pesar de que ha de sumar los 4.500 millones de la paga extra de los funcionarios y los 1.200 millones que no obtendrán de la amnistía fiscal.

No es de extrañar que Montoro tuviese que negarse a costear los 3.600 millones de la reforma eléctrica. Pese a las jubilaciones de funcionarios, éstos siguen cobrando pensión del Estado y la partida de personal no baja. Los gastos en intereses continúan al alza conforme aumenta la deuda. El capítulo de prestaciones por desempleo apenas baja. Así que todo se confía al superávit de los ayuntamientos, una mejora de la recaudación en diciembre y que el Impuesto de Sociedades brinde unos ingresos récord en medio de la crisis.  

A costa de embalsar gasto y devoluciones para el año siguiente, Montoro ha conseguido que el déficit en el último trimestre se reduzca, en contra de lo que sería normal porque en los últimos meses de ordinario se imputan numerosos gastos. Pero sin nuevos ajustes esa 'hazaña' implica que al año siguiente el déficit se disparará nada más comenzar el ejercicio contable.

Como destacan los analistas consultados, llama la atención que todavía no se sepan los datos finales de recaudación de 2013 cuando el año pasado los de 2012 se hicieron públicos el 15 de enero.

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