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Economía

Hacienda cierra el grifo del gasto hasta enero para poder cumplir con el déficit

El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro.

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha cerrado el grifo del gasto para contener el déficit público de aquí a finales de año. Ha vuelto a adelantar el cierre contable, ha restringido los pagos hasta enero y ha dado mayores poderes a la Intervención General del Estado (IGAE). “Desde mediados de octubre, Hacienda ha ralentizado todos los desembolsos que no sean esenciales. Y del 1 de noviembre al 1 de enero, la consigna no escrita en el Ministerio consiste en no abonar nada salvo lo imprescindible”, explica un alto funcionario del Ministerio de Hacienda a Vozpópuli.

Además, como la norma establece que no se puede gastar sin que haya crédito suficiente, Hacienda ha retirado a los centros gestores la capacidad de hacer cualquier retención de crédito. Es decir, les ha quitado el paso previo a la autorización de los desembolsos, de forma que todo pase por la IGAE. La idea se resume en que la Intervención es un órgano más centralizado y más fácil de controlar que unos centros gestores que suelen adquirir compromisos con sus proveedores.

El descontrol del cierre   

Antes de Montoro tomase las riendas, lo normal era que el gasto se disparase a finales de año porque los distintas Administraciones y departamentos buscaban mantener su presupuesto intacto para el siguiente año e intentaban, por irracional que parezca, fundirse hasta el último céntimo asignado.

Muy consciente de esta realidad, Montoro se propuso acabar con este repunte de las facturas propio de los últimos meses del ejercicio. De modo que el año pasado adelantó el cierre contable e impuso una sequía total al conjunto del Estado. La lógica era aplastante: del mismo modo que los mercados privaban a España de la financiación y la obligaban a ajustarse, se podía cerrar el grifo a las Administraciones empezando por las Comunidades Autónomas.

Y este año lo ha vuelto a hacer. Por un lado, mediante el Fondo de Liquidez Autonómica, que entrega dinero a las Autonomías a cambio de ajustes y siempre y cuando se presenten las facturas.

En enero de este año el gasto se disparó en 2.806 millones debido a que las facturas se trasladaron de un ejercicio a otro

Por otro, ha adelantado de nuevo el cierre del ejercicio; aunque quizás de una forma menos ostensible que en el 2012. Si lo habitual era que se echase el cerrojo a las cuentas a mediados de diciembre, este año el plazo para algunos apartados se ha trasladado a noviembre: “Los Servicios Gestores tendrán como fecha límite para el envío a fiscalización previa de los expedientes de aprobación del gasto a las Intervenciones Delegadas y Regionales y Territoriales el día 4 de noviembre”, reza la orden ministerial recogida en el BOE del jueves 17 de octubre.

Se trata de una medida razonable en tanto que se persigue evitar la desviación típica del último tramo del año. Pero estas iniciativas también pueden servir para reducir algo de déficit de este año a costa de trasladarlo al que viene.

De hecho, después de toda la contención de finales del 2012, en enero de este año se disparó el gasto y la inversión del Estado un 15,4 por ciento y un 55,1 por ciento, respectivamente. Un inusitado aumento por valor de 2.806 millones que en opinión de los analistas sólo se justificaba porque se había aguantado el gasto y diferido éste al 2013. En total, casi tres décimas de déficit que se cambiaron de un ejercicio a otro.

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