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Economía

Alemania, alarmada ante la previsión de que España incumpla con el déficit

Berlín y Helsinki han enviado una misiva a la Comisión Europea para que ésta exija mayor disciplina presupuestaria a Francia y España. En el documento, se muestran inconformes con la metodología empleada por el Ejecutivo europeo para justificar que estos países han hecho los esfuerzos suficientes y que por lo tanto no han de aplicar nuevos ajustes. El método es muy subjetivo, sostienen.

Bastó para que saltasen las alarmas con que la Comisión publicase en sus previsiones de déficit que España y Francia incumplían con los objetivos presupuestarios comprometidos, a pesar de haberles ampliado en dos años el plazo para reducir sus desequilibrios en las cuentas públicas.

De acuerdo con las estimaciones dela Comisión, el Reino de España se desvía en dos décimas del 6,5 por ciento exigido y sigue allá por 2015 con el déficit enquistado en el 6,5 por ciento en lugar del 4,8 acordado. Y Francia mantiene su desfase en el 3,9 por ciento en 2015 cuando entonces debería alcanzar el 3 por ciento. Para colmo de las pesadillas germanas, el nuevo primer ministro italiano, Mateo Renzi, ha declarado que quiere una flexibilización del margen que dispone de gasto público. 

A los países del norte no les ha gustado nada la indulgencia con la que el Ejecutivo europeo está tratando a París y Madrid después de haberles concedido más tiempo. Vozpópuli ya había adelantado que Bruselas no  demandaría nuevas acciones de España aunque se desviase del objetivo fijado porque cumplía con el llamado déficit estructural, aquél que no tiene en cuenta el retroceso del ciclo económico.

La Comisión esgrime que estos países incumplen debido a una inesperada caída de la actividad que lastra sus cuentas. Y hace unos complejos cálculos matemáticos para arribar a la cifra de déficit que estos países tendrían si no sufriesen una recesión.

Sin embargo, en una memoria revelada este viernes por el Financial Times, alemanes y finlandeses defienden que los sistemas para calcular si un país ha hecho un esfuerzo presupuestario suficiente o no resultan tan complejos y arbitrarios que en realidad son una caja negra para ocultar métodos de valoración más bien subjetivos. Y en consecuencia piden que los países simplemente se ciñan a las metas acordadas, sin excusas de déficit estructural que valgan.

Enseguida, la Comisión contestó que los métodos eran adecuados y que podría publicarlos para que todo el mundo pueda valorarlos.

La carta abre de nuevo el debate en Europa sobre qué dosis de austeridad es necesaria. Una polémica que viene azuzada porque hay un relevo en la Comisión y entretanto nadie va a sacar el látigo para que los países se disciplinen. El propio Parlamento Europeo ha sometido a mucha presión al Ejecutivo de Barroso por los efectos que ha tenido la austeridad sobre la periferia.

El diagnóstico imperante en Bruselas consiste en que durante este año España puede apañárselas mal que bien para reducir el déficit. Sin embargo, en 2015 hará falta un recorte bastante sustancial que BBVA cifra en unos 9.000 millones adicionales, una cantidad que de por sí puede poner en tela de juicio la recuperación que tanto vende el Gobierno de Rajoy.

Como apuntan varias fuentes europeas, el problema estriba en que las instituciones más valoradas en Alemania por su independencia están cuestionado de forma reiterada las políticas europeas: por un lado, el Bundesbank apremia una y otra vez a los países del sur a que adopten más reformas; por otro, aunque el Tribunal Constitucional de Karlsruhe dictaminase que no podía inmiscuirse en lo que hacía el BCE, censuró que la institución sita en Fráncfort y presidida por Mario Draghi diese su respaldo a los bonos de la periferia. El día que despierte, Rajoy seguirá teniendo a los teutones ahí.

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