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Economía

El Banco de España destaca la espectacular mejoría de la balanza por cuenta corriente

La semana pasada se conoció la cifra de balanza por cuenta corriente española correspondiente al ejercicio 2012 y los primeros titulares fueron demoledores: el importe de salida de capital del sistema era 2,5 veces superior al del periodo anterior. Pero conviene poner de manifiesto que los últimos cuatro meses se ha invertido esa tendencia. Hace más de un trimestre que entra dinero en España en términos netos. En octubre comenzaron a conocerse los primeros datos alentadores.

Ya es conocido que España tiene superávit por cuenta corriente mensual (+4.874 millones en diciembre) y la intención del Ejecutivo es lograrlo para todo el ejercicio. Una situación vital, que coloca al estado y a la economía en una situación de capacidad de financiación. En todo  2012, el déficit de la balanza por cuenta corriente se redujo considerablemente, hasta 8.257,9 millones de euros, frente los 37.497 millones de 2011.

Conforme explica el Banco de España, la mejora se deba a "la reducción del déficit comercial y por la corrección del saldo negativo de la balanza de rentas, que pasó a registrar un superávit, y, en menor medida, por la mejora de las balanzas de transferencias y de servicios". 

El mes de agosto finalizó con un saldo negativo de capital 247.000 millones, según datos del Banco de España. Pero a partir de ahí, el recorte ha sido continuo: 24.000 millones positivos en septiembre, 12.000 en octubre, 13.000 en noviembre y 19.000 en diciembre. Así, la cifra final quedó en algo más de 179.000 millones. El ajuste ha sido de 68.000 millones de euros. Más del 6% del PIB en pocos meses. 

De ahí, hay que recortar los 18.676,3 millones que entraron el pasado mes de diciembre, correspondientes al rescate bancario. Se trata de "fondos otorgados por el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) para la recapitalización de los bancos españoles", informan desde Cibeles.

Sin precedentes

Esto se ha logrado mediante un ajuste interno seguramente sin parangón en la Eurozona y, desde luego, en España. La economía ha realizado una devaluación privada en toda regla que ha logrado darle la vuelta a la balanza y lo ha logrado por varios motivos.

En primer lugar, el aumento de exportaciones de la Pyme, que se ha lanzado a abrir mercados ante el agotamiento de la demanda doméstica. Por otro lado, esa crisis se ha traducido en menos importaciones. Y conviene no echar en saco roto la reforma laboral, que ha logrado el mantenimiento de las grandes plantas de fabricación de autos (segundo fuente de exportaciones). Asimismo, el turismo sigue yendo bien, pese a la crisis de operadores como IAG, Orizonia o varias cadenas hoteleras.

Son muchos los que aseguran que esta devaluación privada, hecha sin directrices políticas ni con las grandes compañías como colosos de entrada que sirvieran de enganche a las pequeñas compañías, merecerá ser un caso de estudio en las facultades de economía en el futuro.

Menos dependencia

Así, España ha logrado poner freno a una dependencia absoluta por parte del Banco Central Europeo (BCE). Durante casi dos años, el único dinero que entraba en el sistema era el que inyectaban desde el banco emisor, para paliar una fuga de capitales inevitable. La sangría se ha frenado y es ahora la principal esperanza para que España logre salir de la crisis o al menos levantar algo de cabeza. 

La corriente más crítica señala que esta mejora es ficticia y se debe sobre todo a la caída del consumo. Apuntan que la pyme no tiene potencial para convertirse en el motor de la economía. Sólo el tiempo puede confirmar o desmentir esto. 

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