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Economía

Crisis de la estiba: el tráfico portuario creció un 5% hasta febrero pese al desplome de Algeciras y Valencia

La crisis de la estiba no hace mella aún en el tráfico agregado de los puertos españoles

La complicada reforma del sistema de la estiba en España no está teniendo consecuencias, al menos por el momento, en el comportamiento del tráfico portuario. Pese a que las tensiones entre el Gobierno, las empresas y los trabajadores del sector aumentaron de forma considerable a partir de febrero, con la aprobación del Real Decreto Ley que liberalizaba el sistema, los puertos españoles incrementaron el tráfico global de mercancías casi un 4% en este mes respecto al mismo del pasado ejercicio. En el acumulado de los dos primeros meses de 2017, el crecimiento del tráfico se aproxima al 5%, con 82,5 millones de toneladas.

Unas cifras que llaman la atención por el hecho de que febrero fue un mes especialmente complicado en los puertos españoles. La inminente aprobación del Decreto Ley con el que el Gobierno pretende cumplir con la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, de diciembre de 2014, que le obliga a reformar el sistema de estiba para liberalizarlo, hizo que los trabajadores del sector aceleraran las negociaciones con las empresas con el fin de tratar de firmar convenios que minimizaran los efectos de la nueva normativa.

La resistencia de buena parte de los operadores portuarios fue respondida por un significativo descenso del rendimiento laboral, que provocó tensiones en algunos de los puertos más importantes y desvío de barcos hacia otros puertos para evitar ser afectados por esta circunstancia.

De acuerdo con las cifras de Puertos del Estado, el tráfico global en febrero ascendió a 40,37 millones de toneladas, un 3,5% más que en el mismo mes del ejercicio precedente. Un incremento superior incluso al que se dio en febrero de 2016 en relación con febrero de 2015 (3,1%).

Los grandes puertos sufren

No obstante, la tendencia reflejada en los datos agregados de los 46 puertos incluidos en la red no se corresponde con la que se está registrando en Algeciras y Valencia, los mayores por volumen de mercancías, que sí sufrieron en febrero los efectos de la crisis de la estiba. El tráfico en Algeciras cayó cerca de un 11% en el mes, lo que hizo que el acumulado de los dos primeros meses presente ya cifras negativas, superiores al 3%, en relación con el periodo enero-febrero de 2016. En cambio, el primer puerto español por volumen de mercancías había registrado un incremento del tráfico del 3,2% en enero.

En Valencia, el desplome ha sido aún más pronunciado. En febrero, el tráfico portuario ha descendido un 16% respecto al mismo mes de 2016, tendencia que contrasta con la registrada apenas un mes antes, cuando el tráfico se incrementó un 8,3%. El pésimo febrero hace que el acumulado de los dos primeros meses del año aflore un balance negativo del 4,25% respecto al mismo periodo del año anterior.

Ambas infraestructuras han sido víctimas de los efectos de la crisis de la estiba en el tránsito de mercancías, en los que son especialistas. La prueba es que el contrapeso para que la estadística agregada sea positiva ha llegado de la mano de puertos como el de Barcelona, con mayor actividad de importación/exportación.

Barcelona y Las Palmas, contrapesos

Al contrario que los otros dos casos, febrero ha sido un mes espectacular para el puerto barcelonés, que ha visto cómo su tráfico se disparó un 50% en relación con el registrado en febrero de 2016, para superar los 5 millones de toneladas. El acumulado de los dos primeros meses del año presenta un crecimiento cercano al 28%.

Más moderado ha sido el crecimiento de Las Palmas pero también se sitúa en el entorno de los dobles dígitos en el acumulado, en este caso, del primer trimestre, cuyo dato ya ha sido publicado por la autoridad portuaria de la que depende y que refleja un incremento del 12% (superior al 17% en marzo).

Mientras tanto, el Gobierno ultima el contenido del nuevo Real Decreto Ley de reforma de la estiba para aprobarlo de forma urgente y tratar de que, al contrario de lo que sucediera con el anterior, reciba el apoyo suficiente en el Parlamento para su convalidación. El Ejecutivo se ha comprometido a hacer llegar el texto previamente a la patronal y los sindicatos de la estiba con el fin de que sea lo más consensuado posible.

Por el momento, la tensión en los puertos continúa aunque el clima se ha suavizado desde que el Gobierno decidió sentarse en la mesa de negociación para intentar que empresas y trabajadores llegaran a un acuerdo y presentarse así ante el Congreso con una solución de consenso. Los próximos meses marcarán definitivamente la pauta para determinar si la crisis de la estiba ha afectado al tráfico portuario más allá de una situación coyuntural.

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