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Economía

Merkel se impone: retrasa la unión bancaria y deja en el aire quién asumirá el coste del rescate de las entidades españolas

La canciller Merkel y el presidente Hollande.

En esta Europa a la que se le ha concedido el Nobel de la Paz porque ya no dispara balas sino primas de riesgo, los mandatarios europeos siguen posponiendo las soluciones. Ayer Merkel consiguió reescribir los acuerdos del Consejo Europeo de junio y retrasar la unión bancaria.

En el texto del Consejo Europeo de junio se decía de manera diáfana que la unión bancaria debía estar lista a finales de este año con toda la supervisión en manos del BCE. Sin embargo, anoche la canciller germana logró modificarlo para que ahora diga bien clarito que a finales de año tan sólo se firmará el acuerdo legal que servirá de esqueleto de la integración bancaria, la cual tendrá que implementarse a lo largo de 2013. O sea, lo más probable es que no se complete hasta después de las elecciones alemanas del 27 de octubre de 2013.

Todo ello significa que se pospone la unión bancaria y por tanto se deja en el aire el rescate de las entidades españolas. En principio y a menos que se decida otra cosa en la próxima reunión de ministros de Finanzas, la factura del rescate bancario computará como deuda pública del Reino de España. A partir de ahora, el Gobierno de Rajoy tendrá que pelear porque la inyección de fondos a los bancos españoles tenga carácter retroactivo.

La expresión clave es “la instauración efectiva”. La UE sólo asumirá la recapitalización directa de las entidades cuando la supervisión bancaria sea “efectiva”. Semejante decisión corre el riesgo de reabrir las preocupaciones de los mercados sobre la situación del sistema financiero español y la posibilidad de que éste arrastre al Estado.   

“Éste no es un Consejo en el que tomar decisiones, sino para preparar el camino para las decisiones que vamos a tomar en diciembre”, declaró la canciller Merkel.

Consciente de que con España se la juega, Hollande se reunió ayer con Merkel a solas y le pidió que se comprometiese con unas condiciones para nuestro país si pedíamos el rescate blando. “España debe poder conocer las condiciones concretas para acceder a las financiaciones previstas por el Consejo Europeo del 28 de junio”, declaró el jueves el presidente galo en una entrevista concedida al diario El País. Los españoles temen que Berlín cambie la condicionalidad una vez hayamos solicitado el rescate.

A continuación, el jefe del Estado francés mantuvo una conversación privada con Monti para discutir el apoyo a España. En lo que va del lunes y el jueves, el transalpino ha colocado 18.000 millones de deuda entre ahorradores domésticos e inversores institucionales, una cantidad récord en la historia europea. De este modo tiene prácticamente aseguradas sus necesidades de financiación de aquí a finales de año. Un movimiento extraordinariamente hábil que aprovecha la calma de los mercados, aleja la posibilidad de su rescate y deja al Gabinete de Rajoy muy solo y por tanto debilitado para pedir el auxilio.

Y por si esto fuera poco, Merkel nos impone también sobre las espaldas la carga del rescate bancario y, por consiguiente, las dudas sobre los vínculos entre el Estado español y sus bancos. De aquí al próximo Eurogrupo, en el que los ministros de Finanzas profundizarán en los detalles de la unión bancaria, el Ejecutivo español tendrá que defender que esto no sea así. 

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