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Economía

Las comunidades dispusieron en 2012 de más ingresos que nunca: un aumento de 34.000 millones en plena crisis

Foto de familia de la última conferencia de presidentes.

Las Comunidades Autónomas dispusieron en 2012 de más dinero que nunca en su historia. Pese a la política de austeridad emprendida, los fondos de las autonomías aumentaron en 34.000 millones en plena crisis. Según los datos de contabilidad nacional enviados a Eurostat, los recursos no financieros de las CCAA alcanzaron el año pasado los 168.000 millones, el 16 por ciento del PIB, frente a los 134.000 millones del 2011.

Tales guarismos contrastan con los 42.000 millones de fondos dispuestos en 1995, o los 70.000 millones con los que contaron en el 2000. Y desde ese año hasta 2007, conforme las comunidades iban contrayendo nuevas competencias y brindaban nuevos servicios, la financiación engordó a razón de unos 10.000 millones por ejercicio hasta rondar los 150.000 millones. Con el advenimiento de la crisis, el incremento se ralentizó, y en 2010 y 2011 los recursos de las autonomías disminuyeron hasta los 143.000 millones y los 134.000 millones, respectivamente.

Sin embargo, en 2012 hacía falta reconducir las cuentas de unas comunidades señaladas por los mercados como una fuente de incertidumbre. Y vistos estos números, parece que los ejecutivos regionales lo han conseguido a fuerza, sobre todo, de lograr mayores ingresos.

Una parte importante de este incremento se debe a que las CCAA obtuvieron 19.000 millones más, unos 60.000 millones en total, por impuestos indirectos como el tabaco o el céntimo sanitario. Al tiempo que el otro gran mordisco procede del IRPF, Patrimonio y otros tributos directos, cuya recaudación se disparó en 2012 en unos 12.000 millones para colocarse en los 46.000 millones.

Las comunidades se beneficiaron del recargo al Impuesto de la Renta que aprobó Montoro a comienzos del año pasado. En muchos casos, incluso lo llevaron más allá elevando también el tramo autonómico, como ha sucedido por ejemplo con Cataluña y Andalucía, que han impuesto tipos marginales de 56 y 55 puntos, respectivamente.

Además, estas cifras de ingresos están distorsionadas por dos razones: por un lado, las comunidades se han embolsado en 2012 una liquidación a su favor por valor de 5.150 millones, debido a que en 2010 percibieron su parte de los tributos según el sistema de financiación antiguo y al liquidar dos años más tarde les corresponden más recursos y, por lo tanto, el Estado ha tenido que compensarles con una mayor porción de la tarta de los impuestos.

Por otro, las comunidades recibieron en 2011 menos dinero de los impuestos para compensar que en 2009 les anticiparon unos 18.000 millones de más, ya que entonces no se esperaba una caída tan brutal de la recaudación. Sin embargo, Hacienda ha concedido a las regiones un plazo de 10 años para devolver estos recursos. 

De acuerdo con el nuevo sistema de financiación vigente desde 2009, el Estado reparte con las autonomías el 50 por ciento del IVA e IRPF, el 58 por ciento de los especiales y el cien por cien del eléctrico. Las transferencias del Estado a las CCAA alcanzaron los 45.000 millones, 3.000 millones más que en 2011 pero casi 15.000 millones menos que en 2010 y 2009. 

El gasto no cede  

A pesar de los recortes, los empleos no financieros, esto es el gasto, sólo cayeron en 2.000 millones en 2012, desde los 188.000 millones hasta los 186.000 millones.  

Los consumos intermedios de las CCAA, es decir el gasto corriente en bienes y servicios, únicamente descendió en unos 1.500 millones y se situó en los 28.299 millones; mientras que las transferencias sociales apenas se rebajaron unos 1.500 millones y ascienden en total a los 30.000 millones. De estos números se deduce que los 10.000 millones de ahorros anunciados en Sanidad y Educación tuvieron un efecto bastante limitado durante 2012.

Una partida que sí se redujo sustancialmente es la de remuneraciones de asalariados, que se podó en unos 5.000 millones, en buena parte por la supresión de la paga extra de Navidad. Este capítulo supone en la actualidad para las comunidades unos 69.900 millones, una cifra muy encima de los 19.000 millones que representaba en 1995.

El pico de los gastos de personal se alcanzó en 2009, cuando en plena crisis el coste se disparó hasta los 76.792 millones. Las autonomías acaparan la mayor parte del empleo público y en 2012 superaron con mucho los presupuestos de plantilla de los ayuntamientos, en los 20.000 millones, o el del Estado central, en los 23.000 millones.

La inversión de las autonomías se ha desplomado hasta los niveles de 1997 y ronda los 5.000 millones después de que alcanzase en 2008 los 18.000 millones.

Sin embargo, las transferencias al resto de administraciones se dispararon desde los 24.664 millones en 2011 hasta los 37.574 millones en 2012, lo que en parte podría atribuirse a la devolución al Estado central del pago a proveedores, el cual se anota en 2012 aunque las autonomías contarán con varios años para amortizarlo.

Los intereses de la deuda prácticamente se han triplicado, al pasar de los 2.600 millones en 2007 a los 6.300 millones en 2012. Las CCAA cerraron el ejercicio pasado con un endeudamiento total de 184.500 millones, según las estadísticas del Banco de España.

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